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Ancelotti brilla donde Zidane suspendía: es un ganador de partidos desde el banquillo
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Ancelotti brilla donde Zidane suspendía: es un ganador de partidos desde el banquillo

El técnico italiano está demostrando una gran capacidad de darle la vuelta a situaciones complicadas a través de los cambios. Mestalla y San Siro, los últimos grandes ejemplos

Foto: Carlo Ancelotti da órdenes a Luka Modric. (Reuters)
Carlo Ancelotti da órdenes a Luka Modric. (Reuters)

Carlo Ancelotti ha vuelto con fuerza al Real Madrid. El técnico italiano se ha caracterizado a lo largo de su carrera por gestionar de forma brillante a los grupos de futbolistas que ha dirigido a través de su mano izquierda y su habilidad para convencer a todos de que son importantes en mayor o menos medida. Esta temporada, además, está demostrando una virtud decisiva en el libreto de cualquier técnico de élite: la dirección de campo. El entrenador blanco detecta qué necesita su equipo, qué busca el contrario y decanta la balanza de la victoria hacia su conjunto a través de cambios tácticos y sustituciones. No solo no le está temblando la mano para sentar a la vieja guardia, sino que además está ganando partidos con sus arriesgadas decisiones.

placeholder El técnico transalpino da órdenes a los suyos en Mestalla. (Reuters)
El técnico transalpino da órdenes a los suyos en Mestalla. (Reuters)

A pesar de no poder contar con dos de los futbolistas más importantes de la columna vertebral blanca en este inicio de temporada, Toni Kroos y Ferland Mendy, Ancelotti ha encontrado el camino para sobrevivir hasta que pase la tormenta. No ha guardado la ropa. Más bien al contrario. El Real Madrid no basa su éxito en la fortaleza defensiva y la solidez colectiva tras la pérdida de la pelota como el proyecto de Zinédine Zidane; lo hace apoyado en su voracidad ofensiva mientras ajusta la fase defensiva. Nadie lleva más goles que el conjunto blanco en este inicio de Liga (15 en cinco partidos) y ningún equipo ataca el área tanto ni con tantos efectivos.

En esta línea, otra de sus principales diferencias es la dirección de campo. Si bien el francés es el entrenador que mejor ha entendido el sentir y las entrañas del Santiago Bernabéu a la hora de emplear el valor de sus futbolistas y ganar competiciones desde la integración de los diferentes jugadores en la dinámica competitiva, su capacidad para girar el rumbo de los partidos a través de las modificaciones tácticas y la entrada de futbolistas que revolucionen los duelos ha sido escasa. En el otro lado de la balanza esta este nuevo Ancelotti. El que mata los partidos, el que los amarra cuando toca y el que los inclina cuando la cosa va mal.

placeholder Eduardo Camavinga está sumando mucho desde el banquillo. (Reuters)
Eduardo Camavinga está sumando mucho desde el banquillo. (Reuters)

El ejemplo más reciente se vivió en Mestalla. La entrada de Eduardo Camavinga dotó de mayor verticalidad, fuerza y conducción al centro del campo. Y, aunque los goles llegaron con Vinícius Júnior y Karim Benzema en los últimos minutos, el impacto del francés fue evidente. Lo explicaba el propio Ancelotti en rueda de prensa: "Los del banquillo tienen que sentirse importantes. Con los cinco cambios tenemos una ventaja muy grande porque tenemos unos suplentes de mucha calidad". Los partidos enseñan que ni suele hacer los cambios tarde ni suele guardarse más de dos en el bolsillo.

Sin embargo, ningún partido evidencia el intervencionismo de Carlo como San Siro. El Real Madrid estaba atascado en un partido a cara de perro donde el Inter de Milán llegaba con facilidad, se plantaba en el área en pocos toques y amenazaba una y otra vez el cero a cero en el marcador. Solo Thibaut Courtois aguantó erguido al equipo en la primera parte y solo la reacción de Ancelotti en la segunda lo equilibró. El técnico sabía que sin agitar el árbol no caerían los frutos y que, de seguir así, la derrota era una posibilidad más que factible que no estaba cómodo con el balón en los pies y era débil sin él. Así que cambió el plan.

placeholder La entrada de Rodrygo Goes fue clave para vencer el encuentro en San Siro. (Reuters)
La entrada de Rodrygo Goes fue clave para vencer el encuentro en San Siro. (Reuters)

Primero ralentizó el ritmo de la posesión interista al juntar más a su equipo. Líneas menos separadas y más activación defensiva colectiva. "Defender es una cuestión de sacrificio de todos", dice el italiano en sus charlas y así lo lleva a cabo el equipo. El Inter de Milán pasó de disparar 14 veces en la primera parte a hacerlo solo cuatro en la segunda y registrar únicamente un tiro entre los tres palos. No fue casualidad. "El Inter gastó mucha energía en la primera parte y luego se notó. Tenemos un nivel físico muy bueno, con mucha energía: Vinicius, Camavinga, Valverde, Casemiro…", explicó Carlo.

La segunda apuesta fue ofensiva. Abrió el campo con Vinícius Júnior por la izquierda para dotar de más amplitud y profundidad el ataque. Y lo mismo por la derecha con Rodrygo Goes. No le importó sacrificar a Hazard y sentarlo porque él tenía claro lo que demandaba el encuentro. Y por último, Camavinga entró en el lugar de Modric para llegar al área, asociarse con Valverde y ponerle en bandeja de plata el 0-1 a Rodrygo. "¿Hazard? Lo he pensado meter cuando el Inter estaba muy cerrado, pero prefería a Vinicius y a Rodrygo para atacar por fuera", confesaba el italiano en rueda de prensa.

Ya intervino acertadamente contra el Celta de Vigo donde Camavinga necesitó nada y menos en el día de su debut para colocar el 4-2 ante el cuadro gallego. Así como en el Benito Villamarín con el ingreso de Lucas Vázquez. El extremo, con más funciones defensivas que ofensivas, selló la banda derecha de Daniel Carvajal y fue clave para evitar que Juan Miranda y Aitor Ruibal (luego Cristian Tello) buscaran el 2vs.1 en su banda. La mano de Ancelotti se hace notar y ayuda al crecimiento del nuevo proyecto blanco.

Carlo Ancelotti ha vuelto con fuerza al Real Madrid. El técnico italiano se ha caracterizado a lo largo de su carrera por gestionar de forma brillante a los grupos de futbolistas que ha dirigido a través de su mano izquierda y su habilidad para convencer a todos de que son importantes en mayor o menos medida. Esta temporada, además, está demostrando una virtud decisiva en el libreto de cualquier técnico de élite: la dirección de campo. El entrenador blanco detecta qué necesita su equipo, qué busca el contrario y decanta la balanza de la victoria hacia su conjunto a través de cambios tácticos y sustituciones. No solo no le está temblando la mano para sentar a la vieja guardia, sino que además está ganando partidos con sus arriesgadas decisiones.

Zinédine Zidane