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Pjanic, incomprendido por Koeman, redondea la operación salida del Barcelona
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En busca del ahorro en salarios

Pjanic, incomprendido por Koeman, redondea la operación salida del Barcelona

El centrocampista, que llegó el verano pasado tasado en 60 millones de euros, se marcha cedido al Besiktas. Es el duodécimo jugador que abandona el Barça este verano

Foto: Pjanic, en un calentamiento. (Efe)
Pjanic, en un calentamiento. (Efe)

Cuesta entender el caso de Miralem Pjanic en el Fútbol Club Barcelona. Hace un año, los blaugranas se deshicieron de un proyecto de futuro como Arthur Melo (24 años en ese momento) en un trueque por el centrocampista bosnio, quien sumaba seis primaveras más. La idea de la dirección deportiva se basaba en el rendimiento inmediato que Pjanic sería capaz de aportar al esquema de Ronald Koeman. Un volante acostumbrado a jugar en sus últimas temporadas en la Juventus de Turín por delante de la defensa para armar el sistema ofensivo de los italianos. El paralelismo con Sergio Busquets era evidente y se esperaba que pudiera dar descanso con garantías al pivote. Pero había diferencias, sobre todo en las actitudes defensivas del bosnio – Pjanic jugaba arropado por interiores de un corte rocoso como Matuidi o Khedira en Italia-, que no tenían nada que ver con la capacidad de interceptación de Busi.

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Los matices no le importaron demasiado a Koeman, que no trató de incorporar a Pjanic a su sistema. Las oportunidades que recibió el bosnio hablan por sí solas: 13 partidos como titular en toda la temporada y 1.295 minutos en total. En el anterior curso, defendiendo la camiseta de la Juve, disputó 3.350' minutos. “Sobran jugadores”, dijo el técnico holandés a pocos días del cierre del mercado, refiriéndose a la situación que vivían tanto Pjanic como Umtiti, dos de los sueldos más altos de la plantilla. Se intentó hasta el último día con una posible vuelta a Turín -el jugador llegó a expresar su deseo de regresar en redes sociales contestando a aficionados bianconeros, hastiado por el año de banquillo-, pero no hubo acuerdo. Incluso un tanteo por parte del Sevilla entró en escena a última hora, que no fraguó por los 12 millones brutos que consta su salario.

Cuando todo parecía encomendado a que el bosnio permaneciese, al menos hasta enero, en la capital condal, el mercado turco acabó por suponer una vida extra. Pjanic se marcha del Barcelona, al menos por una temporada, sin haber podido celebrar un solo gol con la camiseta blaugrana… ni de repartir una asistencia. El Besiktas se hace con el jugador con un anuncio oficial que llegó poco antes de las 12 de la noche, con la finalidad de poder inscribirlo en la Champions. Un día antes, Pjanic había sido titular con Bosnia en el empate a uno frente a Francia, donde dejó muestras de su calidad.

placeholder Pjanic defendiendo la camiseta de Bosnia. (Efe)
Pjanic defendiendo la camiseta de Bosnia. (Efe)

El comportamiento de Pjanic durante su complicado año en Barcelona fue intachable. Las quejas públicas fueron escasas y respetuosas, eludiendo el enfrentamiento con el técnico o con el club. Incluso Koeman apreció la profesionalidad que el bosnio había tenido durante el verano. El inicio de la temporada fue igual de desolador para él. Sin convocar en los dos primeros partidos de LaLiga, a la espera de que llegara una oferta, y sin participación frente al Getafe pese a formar parte de la lista. A sus 31 años, Pjanic seguía siendo un futbolista atractivo y se confiaba en darle salida al mercado turco o ruso, como así sucedió. Se trata del duodécimo jugador que sale del Barça este verano. A diferencia de Umtiti, el aspecto físico del centrocampista no era un problema para su escaparate.

Una operación de maquillaje financiero

El trueque que involucró a Pjanic y a Arthur no dejó a nadie indiferente. El club español quedó descontento con la actitud que el prometedor centrocampista brasileño había tenido durante los últimos meses de su relación, pero logró sacar 72 millones de euros por él. La operación, evidentemente, tenía truco. El Barça pagaría 60 kilos por el centrocampista bosnio de 30 años. La tasación de ambos jugadores en este movimiento estaba muy por encima del mercado, permitiendo cuadrar las cuentas a ambos lados de la comunicación. Esta situación provoca que el fichaje de Pjanic se coloque como el octavo más caro de la historia del Barcelona.

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En lo deportivo, ninguno de los dos equipos implicados acabó satisfecho. “No sé qué más tengo que hacer para jugar (…) Necesito tener tres o cuatro partidos seguidos para valorarme un poco más”, expresó Pjanic en diciembre en una entrevista concedida a ‘El País’. Esas oportunidades no llegaron, siendo utilizado como uno de los últimos centrocampistas de la rotación -al nivel de Riqui Puig-. Poco más protagonismo tuvo Arthur Melo en la Juventus de Turín, redondeando un año nefasto para las aspiraciones competitivas de los italianos, quienes por primera vez desde la 2010-11 no celebraron el Scudetto. El regreso de Allegri al banquillo, y la no llegada de Pjanic, son las mejores noticias para el brasileño, que se encuentra recuperándose de su paso por el quirófano debido a una calcificación en la pierna derecha.

Cuesta entender el caso de Miralem Pjanic en el Fútbol Club Barcelona. Hace un año, los blaugranas se deshicieron de un proyecto de futuro como Arthur Melo (24 años en ese momento) en un trueque por el centrocampista bosnio, quien sumaba seis primaveras más. La idea de la dirección deportiva se basaba en el rendimiento inmediato que Pjanic sería capaz de aportar al esquema de Ronald Koeman. Un volante acostumbrado a jugar en sus últimas temporadas en la Juventus de Turín por delante de la defensa para armar el sistema ofensivo de los italianos. El paralelismo con Sergio Busquets era evidente y se esperaba que pudiera dar descanso con garantías al pivote. Pero había diferencias, sobre todo en las actitudes defensivas del bosnio – Pjanic jugaba arropado por interiores de un corte rocoso como Matuidi o Khedira en Italia-, que no tenían nada que ver con la capacidad de interceptación de Busi.

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