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El Atlético justifica su condición de campeón en el calor húmedo de Vigo (1-2)
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Dos goles de Ángel Correa

El Atlético justifica su condición de campeón en el calor húmedo de Vigo (1-2)

Buen partido del equipo de Simeone, que fue muy superior hasta los 10 minutos finales, porque no acertó en los cambios. El gol del Celta llegó en una mano muy discutible de Llorente

Foto: Koke felicita a Correa por su primer tanto. (EFE)
Koke felicita a Correa por su primer tanto. (EFE)

Reservó Simeone varios titulares habituales en el banquillo, sin rodaje alguno de pretemporada (Suárez, Trippier, Lodi), retrasada su incorporación a la dinámica del equipo por sus competiciones continentales respectivas. A pesar del calor, fue desde el principio un partido batalladísimo entre dos equipos dirigidos por técnicos argentinos valientes, entretenido para las gradas parcialmente pobladas a pesar de la ausencia de jugadas peligrosas. No pasaba nada en las áreas, pero el partido echaba chispas en la canícula galaica. En los tendidos de sol se sufría en silencio, y en estas cavilaciones andaban los narradores radiofónicos cuando Lemar se inventó una jugada por el centro para dar medio gol a Ángel Correa, que fusiló a su compatriota Dituro sin compasión. Era el minuto 24: primer tiro entre los tres palos, primer gol; pero el protagonista continuaba siendo el calor.

placeholder Marcos Llorente y Javi Galán pugnan por un balón. (EFE)
Marcos Llorente y Javi Galán pugnan por un balón. (EFE)

Yannick Carrasco estaba enchufado como si fuera la vigésima jornada del torneo y tan bien se cerraba el vigente campeón, tanto oficio mostraba en la prevención de problemas, que tanto la medular como la delantera celtiñas penaron el resto de la primera parte para inquietar a Oblak. En el minuto 37, Iago Aspas (que había protagonizado el único disparo local a puerta hasta entonces) salvó un remate de Hermoso debajo de su propio larguero y el consiguiente 0-2. El Atlético generaba pocas oportunidades, pero eran clarísimas. Tuvo otra diáfana Carrasco, tras buena jugada colectiva, en el minuto 40. Sufría más el sofoco el equipo local que el visitante, equilibrado con gran discreción y solvencia por Kondogbia en la posición de ‘5’ defensivo, más ducho en la posesión, con más veneno (exceptuando a Aspas) en su línea de ataque. Los de Simeone habían completado un buen primer tiempo, superado el incierto cuarto de hora inicial.

¿Penalti?

Los rojiblancos comenzaron con la misma actitud el segundo tiempo, demostrando su superioridad colectiva, hasta que llegó la jugada del penalti extraño por mano de Llorente (con VAR de por medio) en el minuto 55. Más allá del debate sobre si es mano o no, Aspas lo lanzó con maestría, engañó al portero esloveno y certificó el empate.

El recién llegado Franco Cervi (exBenfica) reemplazó a Nolito a la hora de partido, justo antes de que Simeone rompiese la banca e incluyese a Luis Suárez, a De Paul y a Trippier (por Lemar, Koke y Correa). Mientras calentaban en la banda, un contraataque asombroso del Atlético volvió a ser culminado por Correa después de una asistencia magnífica de Saúl, auxiliado por un desmarque del siempre entonado Carrasco.

placeholder Correa anota el segundo gol. (EFE)
Correa anota el segundo gol. (EFE)

El técnico atlético mantuvo el triple cambio con el 1-2, exhibiendo la profundidad de su banquillo. Denis Suárez intentaba que su equipo controlara el juego, pero a los vigueses les faltaba orden, y la ejemplar brega del peruano Tapia no podía bastar para resolver la inferioridad de los locales por sí misma.

Simeone, impasible bajo la calima con su camisa negra, vivió el último tramo de partido con más inquietud de la esperada. (Hubo un clamoroso error de Aspas a puerta vacía, tras un fallo defensivo no menos tremendo del Atleti en el minuto 79, probablemente atribuibles ambos a la ola de calor). Los cambios no tuvieron apenas influencia, a diferencia de los vigueses, y el equipo colchonero se metió en su área por primera vez en el partido, aunque sin sustos equivalentes a la pifia de Aspas. El resultado, sin embargo, no se modificó, entre otras cosas gracias al paradón de Dituro en la oportunidad postrera de Carrasco. La tangana final por el encontronazo entre Hugo Mallo y Mario Hermoso (expulsados ambos, además del 'profe' Ortega) oscureció el final de un partido disputado con deportividad que terminó de forma lamentablemente crispada.

No puede haber dudas de que el conjunto rojiblanco presenta el proyecto más consolidado del torneo tras una década del Cholo en el club; una estabilidad que evidentemente no encuentran sus dos máximos rivales. El primer partido de Liga del vigente campeón fue una estampa honesta del momento actual: se trata probablemente del mejor equipo de España, pero es difícil imaginarlo ganando a los equipos más ricos de Europa. Joao Félix, por cierto, ultima aún su regreso a la plantilla tras la Eurocopa.

Reservó Simeone varios titulares habituales en el banquillo, sin rodaje alguno de pretemporada (Suárez, Trippier, Lodi), retrasada su incorporación a la dinámica del equipo por sus competiciones continentales respectivas. A pesar del calor, fue desde el principio un partido batalladísimo entre dos equipos dirigidos por técnicos argentinos valientes, entretenido para las gradas parcialmente pobladas a pesar de la ausencia de jugadas peligrosas. No pasaba nada en las áreas, pero el partido echaba chispas en la canícula galaica. En los tendidos de sol se sufría en silencio, y en estas cavilaciones andaban los narradores radiofónicos cuando Lemar se inventó una jugada por el centro para dar medio gol a Ángel Correa, que fusiló a su compatriota Dituro sin compasión. Era el minuto 24: primer tiro entre los tres palos, primer gol; pero el protagonista continuaba siendo el calor.

Celta de Vigo
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