La llamada de Zidane deja un vestuario dividido y Allegri vuelve a rechazar al Madrid

La tarde de miércoles fue una tarde de teléfonos en el Real Madrid. Una jornada de llamadas desde el móvil de Zinédine Zidane al de los de sus jugadores, a los que quiso informar personalmente de su decisión de abandonar el Real Madrid y no cumplir el año que le resta de contrato con el club blanco. Algo que incluso dejaba en mal lugar a alguno de los pesos pesados, como Toni Kroos, quien horas antes insistía en que "si Zidane estuviese pensando en marcharse, me lo habría dicho porque tenemos una relación estrecha".

Horas después Kroos era uno de los que recibía la llamada de Zizou informándole de su decisión de marcharse del club. Los jugadores no fueron los únicos destinatarios de la llamada, pero sí los primeros. Porque Zidane siempre ha priorizado su relación con el vestuario a la que mantiene con el presidente y la junta directiva del club. Con Florentino siempre ha tenido una relación más profesional, más distante, pero siempre educada y ejemplar. Lo que no quita para que hayan vivido momentos de tensión a costa de los fichajes y las decisiones deportivas.

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El propio Zidane dejaba caer a algún jugador que su sustituto no está en el Real Madrid, descartando con ello a Raúl como posible nuevo inquilino del banquillo blanco. De hecho, José Ángel Sánchez ya está en Italia para poner negro sobre blanco lo que había hablado hace una semana con Massimiliano Allegri. El director general del club blanco y el exentrenador de la Juventus se vieron las caras y el directivo madridista sondeó al técnico de Livorno sobre su disponibilidad. No era la primera vez que lo hacía, pero en esta ocasión la respuesta fue diferente a la de las dos tentativas anteriores, lo que dio tranquilidad en los despachos del Bernabéu.

Negociación frustrada con Allegri

Una vez informado Florentino, el presidente dio orden a Sánchez de cerrar el fichaje de Allegri, al que le habían ofrecido un contrato por dos temporadas. Cuando se produjo esa primera toma de contacto, ni Zidane había confirmado su marcha, ni Antonio Conte, otro técnico del gusto de Florentino, estaba libre. Pero ayer por la tarde, mientras Zidane comunicaba su decisión al vestuario, el Inter confirmaba la marcha de Conte después de ganar el Scudetto. Sin embargo, la orden de Pérez a Sánchez fue viajar a Italia para cerrar el fichaje de Allegri, con quien tenían muy avanzada la negociación.

No obstante el técnico italiano, que estaba a la espera del desenlace de Zidane, ha decidido tomar la iniciativa y firmar por la Juventus. Se trata de la tercera vez que Allegri está a punto de firmar por el Madrid y al final se echa atrás.

Las llamadas de Zidane no han supuesto una sorpresa al vestuario madridista porque en las últimas comparecencias en rueda de prensa el técnico francés se había encargado de sembrar la duda sobre su futuro. Sin embargo, a algunos de los más allegados al técnico en el vestuario como Modric, Casemiro o el propio Kroos sí les ha pillado con el pie cambiado porque confiaban en que se quedaría para cumplir su año de contrato. Otra parte del vestuario, la que se ha distanciado de él en los últimos tiempos con gente como Hazard, Isco o Marcelo, han recibido la noticia con indiferencia. E incluso hay otra parte a la que le queda la sensación de que Zidane ha vuelto a "dejarles tirados otra vez".

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La salida de Zidane tendrá efectos colaterales en la plantilla. Para empezar, supone una complicación a la hora de cerrar el fichaje de Kylian Mbappé, quien tenía en Zizou a su contacto directo con el Real Madrid. El delantero quería jugar a las órdenes de Zidane, leyenda del fútbol francés y uno de sus ídolos. Algo que ahora no ocurrirá y que puede afectar al plan ideado por el Real Madrid para cerrar el desembarco de Mbappé en el Santiago Bernabéu.

La renovación de la plantilla

Otro de los efectos colaterales es la situación de alguno de los llamados ‘soldados de Zidane’. Jugadores como Hazard, que vivía bajo el paraguas de Zizou y al que el club quiere poner en el mercado tras su nulo compromiso y escaso rendimiento con los blancos. O la renovación de un Lucas Vázquez que el técnico priorizó porque lo considera un comodín en una plantilla que se ha hecho mayor. Con Zidane este verano se irá un jugador que él insistió en fichar hace nueve temporadas: Raphael Varane. Fue una recomendación suya, llegó con 18 años y saldrá porque el verano de 2022 queda libre y el club quiere rentabilizar su marcha.

Y, por último, Sergio Ramos. Ramos era el mayor apoyo de Zidane y Zidane era el mayor apoyo de Sergio Ramos. Los dos han hecho piña cuando han tenido que hacer frente a Florentino y a los medios afines al presidente. El privilegiado estatus de Sergio Ramos en la plantilla blanca tiene mucho que ver con su buena relación con el entrenador. Por eso su marcha le deja en una posición de incertidumbre en el caso de que quisiera renovar finalmente. Ramos fue uno de los primeros jugadores a los que llamó Zidane. Hablaron de la decisión del entrenador y de la situación del capitán, que también se resolverá en unos días. El de Camas espera una llamada de Florentino Pérez en las próximas horas que será clave para su decisión. Sergio sigue esperando que el Real Madrid mueva ficha, pero las posturas son distantes. El club le ofrece un año con la ficha que cobraba tras la bajada salarial, y él pide dos temporadas con el sueldo previo a la rebaja.