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"¡El fichaje es Isco!". El tope salarial dará forma a una Liga 2021-22 saneada pero sin Mbappé
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LAS CUENTAS DEL FÚTBOL POSCOVID

"¡El fichaje es Isco!". El tope salarial dará forma a una Liga 2021-22 saneada pero sin Mbappé

Con el fin de la temporada, las portadas de los periódicos deportivos juguetean con nuevos cromos, pero las estrictas exigencias presupuestarias de La Liga obligarán a la austeridad

Foto: Isco controla el balón, junto a Mbappé, en un PSG-Real Madrid de 2018. (EFE)
Isco controla el balón, junto a Mbappé, en un PSG-Real Madrid de 2018. (EFE)

El fútbol, como el océano, tiene muchos niveles de profundidad. Habitualmente vivimos en el más superficial, donde están las emociones: las alegrías por los goles, el amargor de la derrota. Algunos se adentran a explorar un poco más abajo, en la parte táctica donde residen el 4-3-3 con falso nueve, la presión adelantada, los pasillos interiores o los extremos a pierna cambiada. Sin embargo, a un nivel mucho más hondo hay una parte del fútbol donde la luz casi nunca penetra, pero que mueve las mareas de este deporte.

Hablamos de la parte financiera, los grandes números de los clubes lo determinan todo pero que nunca aparecen en los análisis. Ingresos, gastos, amortizaciones, pasivo pero sobre todo, hablamos del tope salarial: la clave de bóveda que en la industria futbolística poscovid determinará si Real Madrid o Barcelona son capaces de atraer a las mejores estrellas del planeta o si se abrirá paso una nueva Liga, sin futbolistas tan rutilantes pero mucho más competitiva, y donde clubes como Atlético o Sevilla estarán sentados a la mesa y mirándolos de tú a tú, no solo en títulos —el equipo rojiblanco ya ha dado muestras de ello— sino también en ingresos.

Foto: Jugadores y cuerpo técnico del Atlético celebran la victoria en Valladolid. (Reuters)

Bienvenidos a la zona abisal del fútbol español, la oscuridad en la que se decide todo.

La Superliga como síntoma

Los periodistas especializados que le entrevistaron en el Chiringuito y los aficionados madridistas que Florentino Pérez se encuentra por la calle le preguntan continuamente una cosa: cuándo va a fichar Kylian Mbappé por el Real Madrid. Su respuesta a unos y otros —son esencialmente las mismas personas, pero con distinta graduación— es la misma: "Tranquilos".

En otra situación, esa respuesta podría interpretarse como un 'confiad en mí y yo proveeré', pero en la actual coyuntura suena más bien a 'esperad sentados', porque el presidente madridista ha sido al mismo tiempo bastante transparente en cuanto a la situación actual del Madrid y del fútbol europeo. Lleva bastante tiempo advirtiendo algo a gritos, pero nadie parece interesado en oírle.

placeholder Florentino Pérez, durante su intervención en 'El Chiringuito'. (Atresmedia)
Florentino Pérez, durante su intervención en 'El Chiringuito'. (Atresmedia)

En el debate sobre la Superliga que tuvo lugar hace unas semanas, se presentó a los 12 clubes fundadores como antagonistas de otros como el Bayern de Múnich, que se negaron al proyecto. Su presidente, Karl-Heinz Rummenigge, dijo entonces que "todos los clubes de Europa deberían trabajar de forma solidaria para garantizar que la estructura de costes, especialmente los salarios de los jugadores y los honorarios de los asesores, se ajusten a los ingresos para que todo el fútbol europeo sea más racional". Paradójicamente, es justo lo mismo que proponían los fundadores de la Superliga: limitar ese tipo de gastos a un 55% de los ingresos. Sin duda, los 'superclubes' pusieron sobre la mesa el problema correcto, pero lo enfocaron de una forma equivocada.

La UEFA recomienda que el gasto en salarios —que como dice Rummenigge no solo incluye los sueldos de jugadores y empleados sino también las comisiones a los agentes— debía mantenerse por debajo del 70% de los ingresos anuales de un club. Hasta que llegó la pandemia, el fútbol español coqueteaba con ese límite. En 2019, los clubes de primera división gastaban un 66,4% de sus ganancias en los salarios de los jugadores, en la línea de Italia. Otros como Francia lo superaban por mucho.

Cuando llegó el covid-19 y un porcentaje importante de ingresos se desvaneció, todas estas ligas se metieron en problemas: porque los sueldos, como el dinosaurio de Monterroso, todavía estaban allí.

La Liga, particularmente, lleva desde 2013 implementando un complejísimo mecanismo para mejorar el saneamiento financiero de los equipos. Podemos resumirlo en que aquellos clubes que gasten demasiado en masa salarial (oficialmente llamado Límite de Coste de la Plantilla Deportiva o LCPD, calculado según los ingresos relevantes menos el gasto estructural) no podrán inscribir nuevos jugadores.

El del tope salarial es un fantasma que sobrevolará, al menos, a los tres grandes clubes de La Liga durante los próximos años, hasta que los ingresos puedan volver a niveles anteriores a la pandemia. Otros expertos consultados incluyen a equipos como el Betis, que el año pasado realizó un gran esfuerzo para ponerle a Manuel Pellegrini un plantel a la altura del reto —ha dado resultado y se han clasificado para Europa League— pero ahora podrían tener que hacer ajustes para recomponer esa audacia del verano pasado.

Como aún desconocemos muchas cosas del próximo curso futbolístico, por ejemplo, los ingresos presupuestados por cada club, es difícil saber cuántos sobrepasan en estos momentos el tope salarial. En el caso del Real Madrid, por ejemplo, algunas fuentes consultadas estiman que puede andar entre el 71% y el 76% actualmente, en función de qué tipo de ingresos se calculen, pero existen aún muchos condicionantes. Luego existen muchos vericuetos para 'hackear' esta normativa, pero para demostrar que esto no es ningún farol está el caso de Pedro León, que en 2014 se quedó varios meses sin jugar porque su club, el Getafe entonces, había sobrepasado su límite salarial.

placeholder Cerci fue presentado el 4 de septiembre de 2014. (Daniel Ochoa de Olza / AFP)
Cerci fue presentado el 4 de septiembre de 2014. (Daniel Ochoa de Olza / AFP)

Lo mismo le ocurrió al Atlético de Madrid con el italiano Alessio Cerci. Fichado sobre la bocina, el extremo del Torino sobrepasaba el límite salarial del conjunto colchonero, pero la LFP les concedió un aumento del mismo en cinco millones gracias a un aval personal de Gil Marín & Cerezo y la promesa de una ampliación de capital. Para una SAD como el Atleti es una opción, pero para Real Madrid o Barcelona no.

"El límite salarial en sí mismo es todo un mundo, un sistema de cálculo supercomplejo", explica David Valero, economista e investigador de la industria futbolística. "Creo que el reglamento de La Liga a este respecto, para calcular los topes salariales, son unas 260 páginas, todo letra y sin un número". Aunque la mayor parte de esto se atribuye a los sueldos de la primera plantilla, para el cálculo entran en juego muchos otros factores, desde el cuerpo técnico a la cantera pasando por las comisiones a representantes en un fichaje o las amortizaciones del mismo.

¿Cómo ganan ahora dinero los clubes?

Para un equipo de fútbol, las tres principales vías de ganar dinero son los ingresos televisivos, los premios por participar en ligas o competiciones internacionales, los que se obtienen de los partidos (por la venta de entradas, abonos y demás en el estadio) y las operaciones comerciales como publicidad, 'merchandising' o acuerdos con marcas. Pese a las dificultades, las competiciones pudieron reanudarse a los pocos meses de pandemia por lo que los clubes pudieron apuntalar una parte de los presupuestos.

Los que no pudieron salvarse fueron los ingresos derivados de los partidos jugados en casa con público. ¿Cuánto supone esto?

placeholder Marcelo y Rubén Peña pugnan por un balón en el estadio vacío de Valdebebas. (E. Candel / EFE)
Marcelo y Rubén Peña pugnan por un balón en el estadio vacío de Valdebebas. (E. Candel / EFE)

Para los equipos pequeños, que basan casi todo su presupuesto en los derechos televisivos, el cierre de los estadios apenas ha magullado sus cuentas. En España no hay datos publicados al respecto, pero podemos observar lo que sucede en la Premier League. En la temporada previa a la pandemia, los equipos más humildes (Huddersfield y Bournemouth) ingresaron unos 5,8 millones de euros en 'matchday revenue', es decir, derivados de los aficionados y el estadio en los días de partido. En el otro extremo, el Arsenal y el Manchester United ingresaron ese año 111 y 129 millones respectivamente.

Es decir, al margen de lo que supone deportivamente, para los grandes clubes el golpe económico de cerrar los estadios ha sido mucho mayor que para el fútbol modesto. Según sus propios informes económicos, el Real Madrid ingresó ese mismo año prepandemia 173 millones de euros en concepto de 'socios y estadio' mientras que en la temporada 20-21 que terminó este fin de semana solo ha ingresado nueve millones, la parte correspondiente a la cuota de los socios.

Con la pandemia, el Madrid pasó de ingresar por los partidos 173 millones al año a nueve

El año que viene está previsto que los aficionados vuelvan al Bernabéu, aunque aún está por ver en qué porcentaje. "Lo que se prevé es que la temporada arranque con un 25% de aforo, que es lo que se va a dar en la Eurocopa, y puedan llenarse a final de año, eso permitiría al Madrid ingresar unos cien millones más este año", indica Tomás J. Rubio, experto en divisas de Moneycorp y autor de algunos finos análisis en el portal madridista 'La Galerna' sobre el límite salarial, "ese gran desconocido", y su efecto en el fútbol español.

"Solo España tiene un control económico a priori", explica, "en otros países tienen cosas parecidas, menos severas, y las hacen a posteriori, una vez se cierra la temporada".

A veces se bromea con las consecuencias que el aleteo de una mariposa tiene en el otro extremo del mundo, pero en este caso la causalidad es directa: de las tasas de vacunación y la mejora de la incidencia en España dependerá que el Madrid pueda permitirse renovar a Sergio Ramos o tenga que hacer caja por Raphäel Varane.

Por resumirlo en un solo dato, el covid-19 ha devuelto los ingresos del Madrid —presupuestados en 617,6 millones para esta última temporada— a niveles de 2015. Solo cuatro meses antes de que alguien enfermara por primera vez en Wuhan, Florentino estaba presentando una previsión récord de ingresos, fijada en 822 millones. Los jugadores son y cobran lo mismo que entonces. Por ello, la única forma de cuadrar las cuentas ha sido darle un mordisco a la parte más importante del presupuesto.

Actualmente, y tras una bajada generalizada que se pactó el año pasado, el presidente madridista está tratando de convencer individualmente a los jugadores para rebajar aún más sus nóminas. ¿Por qué ahora? Porque cualquier exceso registrado en su límite de coste de plantilla el día 30 de junio será restado al tope salarial del Madrid para la próxima temporada. De momento ha tenido éxito con algunos (Modric, Odegaard o Jovic) pero aún queda partido por delante: hay muchos jugadores con sueldo alto y una participación discreta cuando no cuestionable, como Marcelo o Isco, y en el otro extremo futbolistas determinantes como Lucas Vázquez o Fede Valverde que querrán dejar de estar entre los peor pagados de la plantilla.

Estos movimientos tectónicos salariales chocan, además, con la idea de entrar en la puja por superestrellas como Mbappé o Haaland. El problema, como indica Rubio, no es el dinero para ficharlos (incluso teniendo en cuenta el proyecto de remodelación del nuevo Bernabéu, la capacidad del Madrid para endeudarse sigue intacta) sino el sueldo. "Si tu pides 50 millones para fichar a Haaland el banco te los va a dar, el problema es que la Liga igual te dice que no te deja inscribirlo".

El problema no es conseguir dinero para traer a Mbappé o Haaland, sino el sueldo

En la última actualización de los LCPD, La Liga otorgaba al Madrid un tope salarial de 473 millones. En la temporada 2019-20 el equipo se gastaba 524 millones en sueldos, una situación que no ha variado demasiado (Bale y James Rodríguez son los únicos ahorros importantes) por lo que el problema es palpable. A Rubio le parece plausible que actualmente el club esté sobrepasando su límite salarial entre 20 y 40 millones de euros.

"La norma permite un par de excepciones", dice este experto, "si tú traspasas a un jugador por 80 y su salario anual eran 20, realmente reduces cien millones de la masa salarial, entonces La Liga te permitiría inscribir por un 25% de esos 100 que han reducido". Otra posibilidad es que, si la masa salarial del equipo está 100 millones por encima del límite de La Liga, el equipo podría solicitar inscribir por ese 25% de diferencia a costa de que se lo restaran al límite salarial de la temporada 2022-2023.

En cualquier caso, ahora o el día de mañana, habrá que ajustarse el cinturón. También hay que tener en cuenta de que además de las restricciones de La Liga está el famoso 'fair play' financiero de la UEFA. A largo plazo, todas estas medidas ayudan a garantizar la sostenibilidad de los equipos, pero evidentemente juegan en contra del deseo de los aficionados madridistas o barcelonistas de reformar las plantillas tras un año poco edificante en cuanto a trofeos.

El informe Deloitte sobre economía de los clubes de fútbol, publicado en enero, también anticipa para el Real Madrid una restricción del gasto la próxima temporada, aunque advierte: "Aunque aquellos equipos con ingresos por 'matchday' más altos han sido golpeados de forma más significativa, con el anticipado regreso de los fans y un estadio nuevo en el horizonte, el Real Madrid puede sentirse bien situado para rebotar con fuerza en años venideros".

Lo del Barça es aún más grave

Para el agente de un futbolista no hay nada tan esperanzador como el interés sincero del Madrid y el Barça por su representado. Esta es precisamente la jugada que ha intentado hacer recientemente Mino Raiola, el agente del noruego Erling Haaland, delantero del Borussia Dortmund que, como Mbappé, ha anotado 41 goles esta temporada. Organizó visitas a Madrid y Barcelona junto al padre del noruego y deslizó intereses para lograr su objetivo. Sin embargo, esta vez no ha colado.

En el caso del Barcelona, a los problemas salariales que comparte con el Madrid se unen los de deuda. "Lógicamente, en el club deberán bajar retribuciones", explica Valero, "pero no es el problema principal: el Barça se aproximará al tope salarial que le exige La Liga de rebote, porque, sobre todo, de ello dependerá su supervivencia como club, ese es el objetivo, arreglar la cuenta de pérdidas y ganancias".

"Del recorte de salarios depende no solo el tope salarial sino la supervivencia del Barça"

Como el resto, para este economista es aún un misterio cómo van a elaborar los clubes sus presupuestos para la temporada 2021-2022. "Probablemente los ingresos serán superiores a esta temporada porque seguro tendremos partidos con público", dice Valero, "esto va a aumentar la facturación y tirará hacia arriba el tope salarial".

Esto sin duda aportará un poco de oxígeno, ¿pero será suficiente como para invertir en jugadores importantes? Aquí hay muchas dudas. "Hay que tener en cuenta un factor que va a ser muy importante: los resultados de este año no computarán a efectos de avales, y esto va a hacer que los clubes que no son sociedad anónima deportiva", actualmente Barça, Madrid, Athletic y Osasuna, "van a sanear el balance tanto como puedan si son inteligentes; si dejan pérdidas para el año que viene sí que les va a afectar a los avales".

placeholder El jugador del Atlético Thomas Lemar dispara a puerta ante la defensa de Óscar Mingueza, del FC Barcelona. (EFE)
El jugador del Atlético Thomas Lemar dispara a puerta ante la defensa de Óscar Mingueza, del FC Barcelona. (EFE)

¿En qué se traduce esto a efectos de plantilla? En que veremos salidas de jugadores a cascoporro, si puede ser a cambio de dinero bien y si no, gratis. Incluso, dice Valero, jugadores sin amortizar plenamente. "Lo que necesitas es no tener que pagar salarios por jugadores que no aportan nada, limpiar a cualquier precio".

La evidencia ahora mismo apunta a que los dos grandes del fútbol español harán una limpia enorme, subirán a la primera plantilla o consolidarán a canteranos como Óscar Mingueza o Miguel Gutiérrez, y harán algunos fichajes de coste moderado para áreas estructurales del equipo. Cualquier otra cosa sería jugar con fuego, arriesgándose en primer lugar a que ese Mbappé o ese Lautaro Martínez ni siquiera pudieran ser inscritos.

El Barça es un club con un problema tremendo de deuda: debe 1.173 millones de euros, de los cuales el 63% es a corto plazo (lo normal es que la mayor parte de la deuda esté a largo plazo, para que sea más factible pagarla) y el resto, unos 442 millones, a largo. "Tiene la deuda invertida, es algo absolutamente irracional por obra de Bartomeu, por tanto, lo que ha de hacer y lo hemos visto estos días con el contrato de Goldman Sachs, es sentarse con los acreedores, decirles que no les puedes pagar y convencerles de que aplacen deudas", confirma Valero. "Imagínate que eres uno de estos acreedores, que vas a hacer el esfuerzo de esperar y ves en los titulares que el Barça quiere fichar a Haaland... te pondrías muy nervioso".

"Imagínate que eres un acreedor del Barça y ves en los titulares que quiere fichar a Haaland"

En este río revuelto, el que más tiene que ganar es el Atlético de Madrid, que podría aprovechar la debilidad poscovid de Madrid y Barcelona para intentar acechar un segundo título liguero consecutivo. La última vez que ocurrió eso fue en 1951 y el entrenador era Helenio Herrera. Esta vez tienen a otro entrenador histórico, pero ni siquiera Simeone se librará de hacer sus deberes para no rebasar el tope salarial, que ya se recortó de 348 a 217 millones por culpa de la pandemia.

Hacia el modelo NBA, nos guste o no

Muchos dirigentes, de Florentino Pérez a Rummenigge, han identificado el problema y, aunque por caminos dispares, ven que la sostenibilidad a largo plazo del fútbol europeo pasa por acercarse al modelo norteamericano: ligas como la NBA o la NFL, con salarios en torno al 50% de los ingresos y cantidades por traspaso cada vez menores.

Uno de los mayores expertos europeos en finanzas futbolísticas, Kieran Maguire de la Universidad de Liverpool, ha realizado varios estudios a lo largo de esta pandemia para valorar qué efectos puede haber tenido el covid-19 en los ingresos a corto, medio y largo plazo, así como las consecuencias de los topes salariales impuestos por el 'fair play' financiero (FFP) de la UEFA o las respectivas ligas. Sus análisis están centrados sobre todo en la Premier, pero muchas de sus enseñanzas pueden sernos útiles al otro lado del Canal de la Mancha.

placeholder Martin Odegaard saluda a los aficionados del Arsenal, uno de los equipos que podrían verse más perjudicados en este verano de fichajes. (EFE)
Martin Odegaard saluda a los aficionados del Arsenal, uno de los equipos que podrían verse más perjudicados en este verano de fichajes. (EFE)

"En términos de gasto, esperaría ver una Premier League de dos velocidades durante 2021-22", explica el británico a El Confidencial. "Aquellos clubes que tienen propietarios dispuestos a suscribir pérdidas —Chelsea, Manchester City, Aston Villa o Everton— podrán participar en el mercado mucho más fácilmente que aquellos que usan el modelo clásico de maximización de ganancias, como el Liverpool, Manchester United o Arsenal". Su única restricción, por tanto, la marcarán los límites del FFP.

Para Maguire, en cuanto a fichajes probablemente veremos dos tendencias este verano: muchas cesiones y grandes clubes apuntando a mercados en dificultades, particularmente el francés: la Ligue 1 no solo tiene más problemas que otras ligas con el límite salarial sino que sus derechos televisivos también están en entredicho. Para el PSG del jeque Al-Khelaïfi no supone tanto drama, pero para el resto el verano se presenta como la oportunidad de vender talento o colapsar.

Los equipos modestos de La Liga no lo van a tener mejor. "Tebas dijo el otro día que España había perdido 900.000 abonados, por tanto, los derechos televisivos van a bajar", indica Rubio. "A un Real Madrid no le va a afectar tanto porque los tiene más altos, pero si al Getafe le bajas cuatro millones... pues es un 5% de su presupuesto".

Por todo ello, el acercamiento progresivo al modelo estadounidense es más una necesidad que una preferencia. "La ventaja que existe en la NFL o la NBA es que hay una mayor centralización y distribución de ingresos, lo que se traduce en un deporte más competitivo", explica el investigador británico. "Si la UEFA, la Premier League, La Liga, etcétera, distribuyeran el dinero recibido de manera más uniforme, esto funcionaría mejor con un tope salarial suave", es decir, no como el español sino como el europeo.

Solo se podría implementar un modelo NBA de forma estricta y común a toda la UEFA

Sin embargo, este límite 'blando' basado en un porcentaje de los ingresos también tiene sus inconvenientes. En Reino Unido, por ejemplo, los clubes de divisiones inferiores o los más modestos se ven obligados a elevar el gasto salarial incluso por encima del 100% para ser competitivos y ascender a la máxima categoría. "En términos de restricción, este modelo 'blando' bloquea las ventajas financieras existentes que tienen algunos clubes y refuerza los modelos de dinastía que vemos en España, Italia, Alemania o Escocia, donde los campeonatos están dominados por un número muy reducido de clubes".

Generalizar una norma así también perjudicaría a los clubes de La Liga en el sentido de que aquí los impuestos son mayores que, por ejemplo, en Italia. "Un tope salarial 'suave' haría que algunas ligas fueran más atractivas que otras", dice Maguire. Además, estimularía prácticas contables 'creativas' para que buena parte de los salarios no aparecieran en los balances. La única forma de llevarlo a cabo sería, para este estudioso de las finanzas, una normativa tan estricta como común a todos los países de la UEFA.

Foto: Gianni Infantino y Florentino Pérez, en la final del Mundial de Clubes 2018. (REUTERS)

Todos los expertos o fuentes documentales consultadas para este artículo son economistas, ninguno es futurólogo, pero les sorprendería muchísimo que el escenario para este verano fuera distinto al este: un alto número de traspasos a un coste bajo o simbólico, muchos intercambios o cesiones y, esta vez sí, el 'revival' en agosto de muchos futbolistas que creíamos perdidos para la causa, pero hicieron mucho deporte en verano. "¡El fichaje es Hazard!". "Isco ha vuelto muy fino". "Sorprende Lenglet".

Para los aficionados, la próxima ventana de fichajes se antoja deprimente en cuanto a estrellas, pero seguro deparará algunas sorpresas 'low cost'. Anímense, al menos no son ustedes un adolescente brasileño de 17 años en busca de la oportunidad de su vida en un club europeo. Las verdaderas vacas flacas de la era poscovid serán para ellos y sus padres-agentes.

El fútbol, como el océano, tiene muchos niveles de profundidad. Habitualmente vivimos en el más superficial, donde están las emociones: las alegrías por los goles, el amargor de la derrota. Algunos se adentran a explorar un poco más abajo, en la parte táctica donde residen el 4-3-3 con falso nueve, la presión adelantada, los pasillos interiores o los extremos a pierna cambiada. Sin embargo, a un nivel mucho más hondo hay una parte del fútbol donde la luz casi nunca penetra, pero que mueve las mareas de este deporte.

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