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Zidane, aliviado de tanto sufrimiento, asume que no sigue por no ganar títulos
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el francés necesita desconectar

Zidane, aliviado de tanto sufrimiento, asume que no sigue por no ganar títulos

Zidane deja su cargo a la decisión que tome Florentino Pérez y acepta su salida porque no ha cumplido ninguno de los objetivos de la temporada

Foto: Zinédine Zidane durante el partido contra el Villarreal. (Efe)
Zinédine Zidane durante el partido contra el Villarreal. (Efe)

Un presidente en apuros porque si decide que es necesario un cambio de técnico en el banquillo no tiene un candidato claro. Un entrenador aliviado, que acabó el partido contra el Villarreal volviendo a sonreír, después de una temporada que ha sido un sufrimiento. Florentino Pérez nunca se había visto en esta situación. Tiene que decidir si Zidane sigue o hay que prescindir de él después de una temporada en la que no ha conseguido ningún título. No ganar nada siempre ha significado, según el criterio y el historial del presidente del Real Madrid, el despido inmediato. A Zidane le queda una temporada, pero ha dejado claro que no quiere ser un obstáculo en la renovación que quiere hacer el presidente.

Zinédine Zidane abandonó el sábado por la noche la Ciudad Deportiva de Valdebebas con una sonrisa. Necesitaba que llegara este momento para apretar el botón de desconexión y respirar. Cualquier otro entrenador, en su lugar, habría mostrado un estado de ánimo diferente. De rabia y frustración por haber competido por la Liga hasta la última jornada sin conseguir el resultado esperado. No ha cumplido los objetivos. Cero títulos. Pero no estaba afectado. El técnico francés está liberado, relajado y recupera su calma. Sonrió en la sala de prensa y después en la entrevista individual con Movistar. Necesitaba este momento, el de desaparecer de los focos, de las comparecencias con la prensa y pasa la responsabilidad a Florentino. Punto final para el francés. Ha hecho todo lo que podía y así se lo dice a los jugadores.

Foto: Benzema en el partido contra el Villarreal. (Efe)

Florentino Pérez estaba más preocupado en Valdebebas. El presidente no está igual que Zidane. Ni mucho menos relajado, ni tampoco le es posible obviar que la temporada se cierra sin ningún título y esto obliga a una reflexión profunda. El presidente no sonríe. Todo lo contrario. Tiene que hacer un análisis, antes de verse de nuevo cara a cara con el francés, de cómo ha sido la gestión del entrenador, su nivel de desgaste y si realmente es la persona que va a asumir los cambios que tiene que hacer en la plantilla. Estos cambios no son cualquiera porque siguen sin resolverse las renovaciones de Sergio Ramos y Lucas Vázquez. A ellos se une la incertidumbre con Varane, que puede salir si llega una buena oferta.

No cumple los objetivos

Zidane deja su cargo a la decisión que tome Florentino y acepta su salida porque no ha cumplido ninguno de los objetivos, a pesar de que quede la sensación de haber acabado la Liga con la rebeldía de pelearla hasta el último partido. El Real Madrid ha sido un equipo con más orgullo que eficacia. Cuando pasen unos días, los análisis se harán con más calma y serán más fríos. En la Champions llegó hasta las semifinales, tras eliminar al Atalanta y el Liverpool, pero la imagen del equipo en Londres contra el Chelsea fue mala. La de un conjunto superado en lo físico y con un centro del campo exprimido. En la Copa del Rey y la Supercopa de España las decepciones fueron importantes con las derrotas contra el Alcoyano y el Athletic.

Ni siquiera quiso Zidane buscar las excusas en los arbitrajes. Se fue de Valdebebas felicitando al Atlético de Madrid por el campeonato. Sin poner el grito en el cielo como sí estaba sucediendo en el canal oficial, donde se escuchaban análisis de este estilo: “Es una Liga podrida y tercermundista. Se la han trincado al Real Madrid. Se la han arrebatado y se la han regalado al Atlético de Madrid, que no la ha ganado solo por sus méritos…” Zidane se desmarca del mensaje de una Liga “robada”. Bastante tiene con lo que ha sufrido con la cantidad de lesiones y, aunque reconoció que estaba “jodido”, seguía sonriendo. Nada de robos ni competición adulterada. Zidane estaba deseando irse de la Ciudad Deportiva, llegar a casa, desconectar y esperar a que le llame Florentino para que le comunique su decisión tras hacer un balance más completo.

placeholder Florentino Pérez en el palco de San Mamés en el partido de la penúltima jornada. (Efe)
Florentino Pérez en el palco de San Mamés en el partido de la penúltima jornada. (Efe)

Si tuviera ganas de cumplir el contrato, si estuviera convencido de que sigue teniendo energías para seguir con este proyecto estaría planificando la plantilla de la próxima temporada. No lo hace porque ni tiene energías ni la idea clara de que tiene que seguir. También tendrá cosas que decir a Florentino sobre los problemas que han rodeado a la plantilla, médicos y deportivos, en una temporada donde se le vio irritado cuando se sintió cuestionado. Ahora quiere descansar y no tiene nada clara su continuidad. Acepta que es el máximo responsable porque no ganar títulos en la temporada no es fácil de justificar para Florentino.

Zidane no es un entrenador más para Florentino. Es un técnico carismático que le ha dado tres Champions, pero que no colabora cuando hay que hacer cambios drásticos en la plantilla. Esta es la postura del técnico francés, que volvió a dejar clara con sus palabras antes del partido contra el Villarreal: “Los jugadores me han salvado y siempre les estaré agradecidos”. Zidane ha sido más de sus jugadores que de Florentino Pérez y ahora es el tiempo del presidente porque si quiere hacer una revolución con Zidane no puede contar con él. Los candidatos son Massimiliano Allegri y Raúl González Blanco. Con los dos ya ha habido contactos.

Zidane deja la sensación, tras el partido contra el Villarreal, de querer quitarse de en medio. Raúl González Blanco ya se ha manifestado públicamente: "Soy un empleado del club. Esta es mi casa y estoy implicado". Se ve preparado para coger el primer equipo si se lo ofrece Florentino Pérez. El italiano Massimiliano Allegri tiene más experiencia y está a la espera de que el presidente del Real Madrid tome la decisión de quién será el próximo entreador.

Un presidente en apuros porque si decide que es necesario un cambio de técnico en el banquillo no tiene un candidato claro. Un entrenador aliviado, que acabó el partido contra el Villarreal volviendo a sonreír, después de una temporada que ha sido un sufrimiento. Florentino Pérez nunca se había visto en esta situación. Tiene que decidir si Zidane sigue o hay que prescindir de él después de una temporada en la que no ha conseguido ningún título. No ganar nada siempre ha significado, según el criterio y el historial del presidente del Real Madrid, el despido inmediato. A Zidane le queda una temporada, pero ha dejado claro que no quiere ser un obstáculo en la renovación que quiere hacer el presidente.

Zinédine Zidane Florentino Pérez
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