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Florentino Pérez no pondrá freno a la salida de Zidane si ve que le faltan energías
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el desgaste del técnico francés

Florentino Pérez no pondrá freno a la salida de Zidane si ve que le faltan energías

Con Zidane lo tiene claro el presidente del Real Madrid. Es su entrenador si tiene fuerzas y afronta los cambios que necesita la plantilla. Extraña la actitud titubeante del francés

Foto: Florentino Pérez, junto a Zidane, cuando el francés anunció que dejaba el Real Madrid. (EFE)
Florentino Pérez, junto a Zidane, cuando el francés anunció que dejaba el Real Madrid. (EFE)

En el Real Madrid de Florentino Pérez el que no quiera estar o manifieste sus dudas tiene la puerta abierta y eso vale para los jugadores y los entrenadores. Incluso para Zinédine Zidane, que lleva un tiempo con actitud titubeante sobre su continuidad cuando le queda una temporada de contrato y tomando algunas decisiones que tampoco entienden los dirigentes. Como el hecho de que Sergio Ramos, por ejemplo, jugara en Londres cuando no estaba en buenas condiciones físicas y la desaparición de Marcelo en la convocatoria para jugar el partido en Granada.

El partido de vuelta de las semifinales de la Champions contra el Chelsea marcó un punto de inflexión en la relación entre Florentino y Zidane. El entrenador no puso a los sanos. Se la jugó con Sergio Ramos, pero tampoco estaban para entrar en el once ni Mendy ni Hazard. El belga es un dolor de cabeza para el club. Llegaron sin ritmo, con unas consecuencias perjudiciales porque el capitán y el lateral francés cayeron lesionados y el belga ha dejado de ser titular y ahora se pierde la última jornada de Liga por unas molestias musculares.

Foto: Zidane con gesto de preocupación en San Mamés. (EFE)

Solo queda por disputar el partido contra el Villarreal. Después será el momento de hacer balance para tomar decisiones en la planificación de la plantilla. Con Zidane lo tiene claro el presidente. Es su entrenador si tiene fuerzas y afronta los cambios que necesita la plantilla. Ha sido una temporada difícil para todos. Para Zidane, que ha tenido que gestionar una plantilla con demasiadas lesiones (más de 60), el coronavirus y sin fichajes. Pero también ha sido una temporada compleja para Florentino con una gestión marcada por la política de austeridad que provoca que tenga que recortar gastos y varias decepciones deportivas con la eliminación de la Copa del Rey contra el Alcoyano y la Supercopa de España contra el Athletic.

Obligado a tomar decisiones

Si Florentino se encuentra, en el cara a cara que tiene que tener con Zidane, a un entrenador con pocas energías no pondrá freno a su marcha. Será el entrenador el que decida, por su estado de ánimo, si tiene fuerzas e ilusión para seguir adelante. Lo que no puede hacer el presidente del Real Madrid es quedarse con un técnico que transmite cansancio y hartazgo. Entre Florentino y Zidane hay una buena relación y se conocen perfectamente. Florentino sabe que a Zidane no le gusta dar explicaciones y tener que comparecer tantas veces a la semana en las ruedas de prensa. Esto también desgasta al francés. En la sala de prensa es por donde el entrenador ha tenido un comportamiento desconocido. Ha pasado de ser el técnico de la calma a estar irritado. Entre los motivos que le han llevado a este cambio en su estado de ánimo están las informaciones que ponían en cuestión su trabajo.

Cuando el Madrid perdió partidos en casa, como los de Cádiz y Shakhtar, y estaba en peligro la clasificación a los octavos de final de la Champions el clima de trabajo en Valdebebas era de tensión. Ha habido momentos de desconfianza y Zidane no se ha sentido cómodo. Florentino entiende que la única manera de trabajar y tener éxito en el Real Madrid es siendo exigente. En lo deportivo ha habido fases de la temporada en los que el equipo ha tenido apagones. Se valora el carácter y la actitud para sacar adelante partidos importantes, como los Clásicos, los derbis, Sevilla, Atalanta y Liverpool. El hecho de haber llegado a la última jornada de la Liga para competir el título tiene un mérito destacable, pero Florentino quiere ganar y comprobar que los jugadores y, sobre todo, el entrenador tienen la motivación y el hambre que necesita el club para ganar títulos.

placeholder Zidane durante el partido contra el Athletic en San Mamés. (Efe)
Zidane durante el partido contra el Athletic en San Mamés. (Efe)

La situación es clara en el Real Madrid. Va a haber cambios en la plantilla y algunos pueden ser importantes en función de los fichajes que puedan concretarse y la cantidad de dinero que hará falta ahorrar en salarios e ingresar en traspasos. La situación económica no es buena, según comunica el club a la plantilla, y el que quiera seguir tiene que ser con las condiciones establecidas que aseguren el cumplimiento de los presupuestos. El que no quiera estar tendrá la puerta abierta porque el presidente no acepta profesionales que ponen problemas. Zidane se agarra a este argumento. No quiere ser un problema para las decisiones que quiere tomar Florentino.

La opción de Raúl y Allegri

Si el técnico francés no está convencido de lo que quiere hacer Florentino es el momento para dejar el banquillo a otro entrenador que tenga los aires renovadores que pide Florentino. Los candidatos de los que se hablan son Maximiliano Allegri y Raúl González Blanco. En el club valoran mucho el trabajo que está haciendo Raúl con el Castilla y su actitud para querer seguir creciendo y asumiendo responsabilidades.

En tres temporadas en la cantera ha pasado por varios equipos del filial y se hizo cargo del Castilla cuando su entrenador, Poyatos, se marchó a Grecia. Raúl cogió al segundo equipo tras el confinamiento y dejó su sello, de bloque con espíritu competitivo, ganando la Champions juvenil (la Youth League) en Nyon y llevando al Castilla hasta el play off de ascenso a la Segunda división. Raúl es una opción, pero Zidane sigue siendo la prioridad de Florentino si demuestra tener ganas, fuerzas, energía y colabora en los cambios que necesita la plantilla.

Foto: Sergio Ramos, cabizbajo, abandona Stamford Bridge. (EFE)

A Zidane le preguntaron antes de jugar contra el Villarreal si el Real Madrid podría ser mejor equipo sin él y contestó que “seguro que sí”. El técnico francés no ha abandonado la ambigüedad en los últimos meses y ayer, en la sala de prensa, su discurso sonó a despedida: “He vuelto aquí con mucha energía y lo he dado todo. Tendremos tiempo de hablar del futuro. Pero estos jugadores me han salvado en el campo, lo han dado todo y por eso siempre les estaré muy agradecido”.

En el Real Madrid de Florentino Pérez el que no quiera estar o manifieste sus dudas tiene la puerta abierta y eso vale para los jugadores y los entrenadores. Incluso para Zinédine Zidane, que lleva un tiempo con actitud titubeante sobre su continuidad cuando le queda una temporada de contrato y tomando algunas decisiones que tampoco entienden los dirigentes. Como el hecho de que Sergio Ramos, por ejemplo, jugara en Londres cuando no estaba en buenas condiciones físicas y la desaparición de Marcelo en la convocatoria para jugar el partido en Granada.

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