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El Real Madrid gana otra 'final' al Barcelona para conseguir la Liga (2-1)
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un clásico muy disputado

El Real Madrid gana otra 'final' al Barcelona para conseguir la Liga (2-1)

El Real Madrid se lleva el Clásico con goles de Benzema y Kroos. Fue mejor en la primera parte, sufrió en la segunda y se pone líder provisional

Foto: Benzema celebra el gol de tacón al Barcelona. (Efe)
Benzema celebra el gol de tacón al Barcelona. (Efe)

El Clásico es del Real Madrid. Por efectividad y por ponerle más energía en la primera media hora del partido. El tiempo suficiente para marcar dos goles (Benzema y Kroos) y hacerse fuerte en defensa. Este Real Madrid ha entrado en una dinámica de equipo competitivo que se atreve con todo y contra todos. En una semana ha ganado al Liverpool siendo muy superior y al Barcelona por tener más acierto en las áreas. El partido disputado en el Di Stéfano fue divertido, entretenido y refuerza al equipo de Zidane, que supera al de Koeman en la clasificación con un punto de diferencia. Este Real Madrid es infalible ante los grandes. Le ha ganado los dos partidos al Barcelona, otro al Atlético de Madrid y un empate en el derbi del Metropolitano. Es un equipo que llega fuerte al tramo final de la Liga y es un serio candidato.

El Real Madrid destrozó al Barcelona en 27 minutos con los goles de Benzema y Kroos. El del francés fue una genialidad y el del alemán una carambola en un lanzamiento de falta. El Clásico estaba dominado por los de Zidane, que se fueron al descanso con más superioridad y con más acciones de peligro. Solo en los últimos minutos del primer periodo amenazó el Barcelona con dos disparos de Messi. Uno se fue al poste, en lanzamiento directo desde el córner, y otro fue resuelto con una salida de Courtois. Es todo el peligro que llevó el Barça en una primera parte en la que, por momentos, el Madrid arrolló al equipo azulgrana. La primera parte no la pudo acabar Lucas Vázquez. Se tuvo que retirar del campo lesionado tras un choque, rodilla con rodilla, con Busquets. Le sustituyó Odriozola.

Foto: Leo Messi durante un partido con el Barcelona en el Camp Nou. (Efe)

Del Real Madrid solo se puede decir que está en el mejor momento de la temporada. Le sale todo, tiene confianza, seguridad y ha recuperado el espíritu que le hizo ganar la Liga la temporada pasada después del confinamiento. Ya se vio contra el Liverpool que este equipo ha recuperado la idea de bloque y todos trabajan en defensa, se sacrifican y tienen las ideas claras. Salió a por el Barcelona desde el primer minuto, a presionar fuerte, con intensidad y carácter. Zidane y Koeman prescindieron de Marco Asensio y Griezmann en sus onces para dar equilibrio a la estructura del equipo.

Gol de tacón de Benzema

Funcionó mejor el planteamiento del francés. Tampoco jugó Piqué, pese a apurar su recuperación y Koeman puso tres centrales (Mingueza, Araujo y Lenglet) con dos carrileros (Jordi Alba y Dest). De Jong pasó al centro del campo, donde más le gusta jugar, junto a Busquets y Pedri. Arriba Messi y Dembélé. Zidane podía haber pensado más en el partido del próximo miércoles en Anfield contra el Liverpool. A pesar de las bajas, no quiere desperdiciar las opciones de la Liga y repitió el equipo que ganó a los de Klopp con la novedad de Fede Valverde.

El mejor Real Madrid fue a por el Barcelona con decisión y atrevimiento. El inicio del partido fue el de dos equipos con un espíritu combativo para presionar fuerte, robar y provocar el error defensivo. Los dos aguantaron los envites hasta el gol de Benzema. La jugada tuvo el origen en una arrancada de Fede Valverde. El uruguayo abrió a la banda de Lucas Vázquez, el pase de éste al primer palo fue rematado de tacón por Benzema con el marcaje de Araujo. El balón, ajustado al poste, sorprendió a Ter Stegen. El Madrid daba el primer puñetazo en el minuto 17 y dejaba tambaleando al Barcelona.

placeholder Araujo en una acción contra Benzema. (Efe)
Araujo en una acción contra Benzema. (Efe)

El bloque del Madrid se le atragantó al Barça. No llegaba el equipo de Koeman a zonas de peligro, no tenía fluidez en el juego, ni profundidad. Estaba plano. El Madrid, bien junto, volvió a desplegarse con un galopada de Vinicius. Al brasileño lo derribó Araujo en la frontal del área. Vinicius bombardeó el área como el día del Liverpool. La falta la ejecutó Kroos y la pelota tocó primero en Dest y después en Jordi Alba, que en la línea de gol no pudo evitar el segundo tanto. El Madrid daba el segundo puñetazo. Pero quería más.

Foto: Toni Kroos conduce el balón durante un partido del Real Madrid. (@ToniKroos)

Pudo hacer el tercer gol en otra acción de Vinicius, de nuevo haciendo daño con su velocidad, que se apoyó en Fede Valverde y el disparo del uruguayo impactó en el poste. El rechace para Lucas Vázquez, con disparo centrado, lo desvió Ter Stegen. El Madrid estaba desatado. El Barcelona angustiado. Sufrió un sofoco en la primera media hora contra un Madrid intenso y eficaz.

El Barça mejoró tras el descanso

La reacción de Koeman, tras el descanso, fue la de quitar a Dest para meter a Griezmann. El partido ya se jugó en otras condiciones. Rompió a llover con fuerza en el estadio Alfredo Di Stéfano y, entre el aguacero, el viento y las urgencias del Barcelona, el partido entró en la épica. El césped aguantó, pero se puso resbaladizo. El plan del Barcelona empezó a funcionar. Era insistir con Jordi Alba por la banda, romper el partido por ese costado, buscar la manera de fractura el bloque rival. Lo logró en el 60’ con un centro de Alba y el remate, llegando desde atrás, de Mingueza. El Barça recortaba distancias. Zidane quitó a Fede Valverde y metió en el campo a Marco Asensio.

En el cielo de Madrid había ya truenos y relámpagos. El partido entró en una dinámica de vértigo. Un Barcelona lanzado y un Real Madrid contragolpeador que llevaba peligro con las carreras de Vinicius. Una provocó que la pelota fuera al poste tras pegar en Araujo. En otra midió mal el pase a Benzema. Vinicius estaba dándose una paliza. Tuvo el tercero, pero no conseguía cerrar el partido. El Barcelona estaba vivo y enchufado. Nacho provocó una falta, con tarjeta amarilla, a Messi a falta de veinte minutos para el final. No la aprovechó el argentino. Pegó en la barrera. El argentino se fue sin marcar y son ya siete Clásicos sin hacer gol.

Eran los momentos en los que podía pasar cualquier cosa. Ampliar la diferencia el Real Madrid o empatar el Barcelona y Zidane tomó una decisión pensando en el Liverpool. Retiró a Kroos, Vinicius y Benzema para meter a Isco, Marcelo y Mariano. Al Real Madrid le tocaba sufrir, el Barça empujaba, insistía y Courtois estaba atento, seguro.

Los últimos cartuchos de Koeman fue sacar al campo a Braithwaite y Trincao por Pedri y Dembélé. Braithwaite pidió penalti en una acción por contacto con Mendy que el árbitro Gil Manzano entendió que no fue suficiente para señalarlo. El acosos del Barça provocó que Casemiro fuera expulsado, por doble amarilla, en el minuto 90. En el descuento un disparo de Ilaix Moriba pegó en el larguero. El partido acabó con Piqué saliendo al césped para pedir explicaciones al árbitro por la acción en la que no pitó penalti y no prolongar más el encuentro.

El Clásico es del Real Madrid. Por efectividad y por ponerle más energía en la primera media hora del partido. El tiempo suficiente para marcar dos goles (Benzema y Kroos) y hacerse fuerte en defensa. Este Real Madrid ha entrado en una dinámica de equipo competitivo que se atreve con todo y contra todos. En una semana ha ganado al Liverpool siendo muy superior y al Barcelona por tener más acierto en las áreas. El partido disputado en el Di Stéfano fue divertido, entretenido y refuerza al equipo de Zidane, que supera al de Koeman en la clasificación con un punto de diferencia. Este Real Madrid es infalible ante los grandes. Le ha ganado los dos partidos al Barcelona, otro al Atlético de Madrid y un empate en el derbi del Metropolitano. Es un equipo que llega fuerte al tramo final de la Liga y es un serio candidato.

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