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El Madrid modera el optimismo ante el Liverpool
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La pandemia y la Champions

El Madrid modera el optimismo ante el Liverpool

El equipo de Zidane tendrá que jugar dos veces ante el Liverpool y una ante el Barcelona en ocho días de abril. No sabe si podrá disputar la ida de la Champions en Valdebebas o habrá de viajar a otro país por las restricciones pandémicas

Foto: Lance entre Ramos y Salah que condujo a la sustitución del jugador egipcio, minutos después, en la final de la Champions League de 2018. (Efe)
Lance entre Ramos y Salah que condujo a la sustitución del jugador egipcio, minutos después, en la final de la Champions League de 2018. (Efe)

Probablemente no haya habido un duelo de la Champions League más distópico que el Real Madrid-Liverpool de cuartos de final de la edición 2021. En primer lugar, por el hecho de que no se vaya a jugar en el Santiago Bernabéu, y quizá ni siquiera en Valdebebas: hasta el 31 de marzo no se sabrá si las restricciones del coronavirus permiten su celebración en Madrid. En segundo lugar, por la considerable ventaja que supone para los merengues jugar ante las gradas despobladas de Anfield Road, quizá el escenario más emocional de Europa. Y en tercer lugar, por un hecho asombroso: ambos clubes, estandartes del imperio balompédico europeo, emitieron señales de contenido alivio cuando se conoció su enfrentamiento de cuartos de final.

El cruce de cuartos entre los blancos (13 Copas de Europa) y los ‘reds (6, terceros en el escalafón junto al Bayern y por detrás del Milan, con 7) es ciertamente menos fabuloso que el último partido entre ambos, la final de Champions de 2018, recordada por los fallos del portero Karius, la falta de Ramos que causó el reemplazo de Salah o las declaraciones postpartido de Cristiano Ronaldo. El Madrid, desde entonces, no había vuelto a traspasar los octavos de final de la competición hasta esta misma semana y sigue dependiendo de la misma columna vertebral; el club de Merseyside, por su parte, arrastra los efectos de dos temporadas a un ritmo inhumano y es sexto en la Premiership inglesa, a cinco puntos de la cuarta plaza que da acceso a la Champions el año próximo.

placeholder Zinedine Zidane y Jürgen Klopp se saludan tras la final de Champions de 2018. (Efe)
Zinedine Zidane y Jürgen Klopp se saludan tras la final de Champions de 2018. (Efe)

La sexta posicion del Liverpool no debería tranquilizar demasiado a los aficionados madridistas después de ver la franca superioridad del Chelsea (cuarto clasificado en la Premier) sobre el Atlético (líder de LaLiga) en su eliminatoria de octavos. El equipo se jugará gran parte de la temporada en la segunda semana de abril (si no tropieza antes en los partidos de Liga ante el Celta de Vigo, este sábado a las 16:15 horas y el Eibar, el día 3 de abril). El maratón comienza con la ida de los cuartos ante el Liverpool, el martes 6: un partido el que ejercerá de local, aunque quizá deba emigrar a otro país (como hizo, por ejemplo, el Atlético en la ida de octavos frente al Chelsea) por las restricciones pandémicas.

Cuatro días después (el sábado 10, 21:00 horas), los de Zidane afrontarán el Superclásico contra el FC Barcelona, en el que se jugarán probablemente sus últimas opciones para luchar por la Liga. El recurso de las rotaciones está menguado en comparación con otros años, dado el escaso fondo de armario del vestuario madridista y el foco absoluto que tendrá el equipo de Ronald Koeman, ya eliminado de la Champions. Cuatro días después, el miércoles 14, será la vuelta en el desangelado Anfield Road.

Los dos equipos se han enfrentado seis veces en la máxima competición europea, con tres victorias y una final (1981 para el Liverpool, 2018 para el Madrid) para cada uno. Su único cruce anterior en una eliminatoria fue en octavos de final de 2009: ganó el Liverpool 5-0 en el global (con Gerrard y Torres como estrellas). El conjunto de Jürgen Klopp llegará este año condicionado por tres bajas importantes en defensa (Matip, Van Dijk y Joe Gómez), que hasta la fecha no ha logrado compensar su estelar trío atacante (Firmino, Salah y Diogo Jota). La gran incógnita sigue siendo el rendimiento de Thiago Alcántara, todavía en fase de adaptación al estilo directo y a las obligaciones defensivas de la medular. Aunque es un aspecto secundario: el aspecto físico es la gran preocupación del Madrid, según fuentes del club, tras ver el repaso del Chelsea al aguerrido Atleti.

"Al borde del precipicio"

"Creo que es la primera vez que me enfrento a ellos sin Cristiano y sin Bale, pero obviamente Ramos sigue, Varane sigue, Kroos sigue, Modric, Casemiro, Carvajal, Benzema... Y varios jugadores jóvenes también. Lo espero con muchas ganas", declaró Klopp tras conocerse el resultado del sorteo. Zinedine Zidane, por su parte, valoró el duelo entre dos “históricos” y afirmó que ambos equipos han estado “al borde del precipicio” esta temporada. Preguntado por el moderado optimismo que reinaba en el club y entre la prensa a la una de la tarde, el técnico francés respondió que “no podemos decir que es un mal sorteo, ni que es bueno, porque lo que pasa durante toda la temporada no importa. Da igual cómo esté hoy el Liverpool en su liga, porque en cualquier momento, en una eliminatoria, puede jugar sus cartas sin mirar como está en su campeonato”.

"Sabemos quién es el Liverpool y eso no va a cambiar”, dijo Zidane, repitiendo una frase habitual en él. “Es como nosotros, que hemos estado al borde del precipicio pero estamos vivos en las dos competiciones. Va a ser un partido entre dos equipos que han ganado muchas Champions, una eliminatoria muy complicada. A ese nivel es siempre muy complicado ganar [...] Conocemos a este equipo y físicamente te va a exigir más”.

placeholder Luka Modric y James Milner, en un lance de la final de 2018. (Efe)
Luka Modric y James Milner, en un lance de la final de 2018. (Efe)

Ceteris paribus, la eliminatoria se presenta igualada y apasionante pese al contenido alivio de ambos contendientes y las gradas vacías de Anfield (no se sabe aún dónde se disputará la ida). El reencuentro de Ramos y Salah llenará presumiblemente cientos de páginas en los periódicos los dos días antes del primer choque. El primer (y posiblemente equivocado) titular sobre el asunto lo dio minutos después del sorteo Roberto Carlos, el exlateral brasileño del Madrid: “Salah ni siquiera se va a acercar a Sergio. Se va a hablar mucho de esto”. Pocos enfrentamientos más idóneos que este Madrid-Liverpool para cuestionar la creciente sensación de que el fútbol profesional sin público destila una cierta banalidad.

Probablemente no haya habido un duelo de la Champions League más distópico que el Real Madrid-Liverpool de cuartos de final de la edición 2021. En primer lugar, por el hecho de que no se vaya a jugar en el Santiago Bernabéu, y quizá ni siquiera en Valdebebas: hasta el 31 de marzo no se sabrá si las restricciones del coronavirus permiten su celebración en Madrid. En segundo lugar, por la considerable ventaja que supone para los merengues jugar ante las gradas despobladas de Anfield Road, quizá el escenario más emocional de Europa. Y en tercer lugar, por un hecho asombroso: ambos clubes, estandartes del imperio balompédico europeo, emitieron señales de contenido alivio cuando se conoció su enfrentamiento de cuartos de final.

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