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Arteta denuncia amenazas y el fútbol inglés recrimina a Facebook y Twitter
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LOS HOLLIGANS DE LAS REDES SOCIALES

Arteta denuncia amenazas y el fútbol inglés recrimina a Facebook y Twitter

El técnico del Arsenal alerta del daño que las redes sociales están haciendo al fútbol, las instituciones señalan a sus propietarios, aunque la solución pasa por la educación más que la censura

Foto: Mikel Arteta, técnico del Arsenal, y su futbolista Saka. (REUTERS)
Mikel Arteta, técnico del Arsenal, y su futbolista Saka. (REUTERS)

"Estoy abierto a que la gente tenga sus opiniones, pero no solo para insultar, abusar y usar un móvil para decir lo que quiera sobre una persona que ni siquiera conoce. Esto tiene que ser erradicado porque está haciendo mucho daño al fútbol". Sirva la denuncia del entrenador del Arsenal, Mikel Arteta, para alertar sobre la radicalización de las llamadas redes sociales —aunque muchas veces parezcan precisamente lo contrario—, la cual quizás en el caso del fútbol haya aumentado desde que los partidos se juegan a puerta cerrada. Como si los hooligans hubieran cambiado las gradas por las redes sociales.

Tal y como asegura Francesc Pujol, Director del Media, Reputation and Intangibles Center de la Universidad de Navarra, "avanzamos hacia una era de desinformación sistémica. Siempre ha habido mentiras y manipulación, pero ahora contamos con los ingredientes necesarios para que se utilicen como arma de desestabilización social, pues los contenidos que mejor se difunden en redes sociales provocan emociones primarias. El miedo, la ira y la indignación son alimento del odio. Y este se convierte en el aliado perfecto de la simplificación de los problemas, del frentismo, del populismo".

Foto: Mikel Arteta posa con la FA Cup tras ganar la final al Chelsea este sábado en Wembley. (EFE)

Dicho esto, en el caso del deporte en general, pero en el del fútbol muy en particular, además de la desinformación el problema de las redes sociales son los insultos, especialmente los racistas, e incluso las amenazas que el mencionado Arteta asegura haber recibido. Y no solo él, sino también su familia. El donostiarra tiene claro que "todos estamos expuestos a esto", de ahí que asegure que "prefiero no leer nada, porque me afectaría personalmente mucho más" y que "cuando nos amenazaron, lo pusimos en manos del club". Es evidente que se puede vivir sin redes sociales, aunque no de espaldas a ellas. El entrenador del Arsenal tiene cuenta de Twitter, si bien no la utiliza desde agosto del año pasado.

"Sí, soy un hombre negro y cada día vivo orgulloso de serlo. Nadie, ni ningún comentario, hará sentirme distinto", escribió Marcus Rashford en su perfil, después de sufrir todo tipo de insultos racistas. "El abuso debería ser fácil de detener, simplemente desactiven las cuentas", dijo a Sky Sports News el delantero del Manchester United. "Sabemos que es muy fácil crear cuatro o cinco cuentas, pero si hay que bloquearlas todas, pues se bloquean todas. Las redes sociales son un lugar donde la gente debería disfrutar, conectarnos con personas de todo el mundo y de diferentes culturas y religiones. Usarlas de manera negativa es estúpido", lamentó.

Carta a Zuckerberg y Dorsey

Lo cierto es que, además de gestos como los de arrodillarse justo antes de empezar los partidos y lucir el logo de 'no room for racism', no hay lugar para el racismo, varias instituciones del fútbol inglés, desde la propia Premier League, la federación inglesa, la llamada FA y en la que se incluye el fútbol femenino, el colegio de árbitros, la asociación de entrenadores y la organización de igualdad e inclusión Kick It Out, han enviado una carta al creador de Facebook, Mark Zuckerberg, y al fundador de Twitter, Jack Dorsey, en la que les recriminan que "vuestra falta de acciones ha creado la tendencia de que las personas que insultan están por encima del bien y del mal. El incansable flujo de mensajes racistas y discriminatorios se retroalimenta".

placeholder Aubameyang, antes del partido del Arsenal contra el Watford. (REUTERS)
Aubameyang, antes del partido del Arsenal contra el Watford. (REUTERS)

"Los objetivos de los insultos deberían tener algún tipo de protección básica y pedimos que aceptéis vuestras responsabilidades para prevenir que esta práctica aparezca en vuestras plataformas", reclaman dichas asociaciones. Entre las acciones que piden se encuentran filtrar y bloquear mensajes antes de que se puedan enviar si contienen material racista, utilizar medidas más duras para eliminar mensajes racistas, un sistema de verificación para que la policía pueda identificar a los agresores y que los reincidentes no puedan abrirse cuentas nuevas.

Es verdad que, como ha denunciado en varias ocasiones Mikel Arteta, las redes sociales "tienen una gran responsabilidad en eso, porque afectan a la salud mental de los jugadores y es evidente lo expuestos que están". Sin embargo, y al igual que sucede con los periodistas y los medios de comunicación, la solución no es matar al mensajero, sobre todo porque las redes sociales también su parte positiva. La clave están en la educación, en aprender a alejarse de las personas que provocan esas emociones primarias.

Twitter antes que Facebook y WhatsApp

Del mismo modo que Francesc Pujol recomienda no utilizar como fuente de información Facebook, y mucho menos WhatsApp, pues los allegados tienen un mayor impacto y eficacia y por eso los contenidos compartidos son los más propensos a la difusión de noticias falsas, "Twitter también forma parte del problema de esa desinformación sistémica, pero al mismo tiempo es la principal plataforma para liberarse de ellas y crecer en criterio personal".

'Contra la desinformación, Twitter', es de hecho el titular de su acertado análisis, en el que el profesor de la Universidad de Navarra aconseja seguir a los periodistas y expertos a quienes citen, retuiteen o recomienden sus colegas solventes, no entrar nunca en un trending topic para informarse, dejar pasar todo por el filtro de las personas que sigue en Twitter y reiterar todo el proceso constantemente, aumentando el número de periodistas y expertos a los que sigue y expulsando a los que no sean capaces de razonar o analizar.

Foto: Cavani celebra su primer gol en aquel partido contra el Southampton. (Reuters) Opinión

Vamos, que en lugar de pensar aquello de "muerto el perro, se acabó la rabia" y huir de las redes sociales por no aceptar las críticas, soportar lo que no te gusta ni sacar provecho de lo bueno que tienen, esforzarse por ser tú quien las controle y no dejarte controlar por ellas. Cabe recordar que la federación inglesa sancionó con tres partidos y una multa de 110.000 euros al uruguayo Edinson Cavani por llamar cariñosamente "negrito" a un admirador. Un comentario que fue considerado “insultante, abusivo e impropio”, con el “agravante” de que el delantero del Manchester United aludiera al “color, raza u origen étnico” de su admirador.

Quién sabe, quizás pretendieron ser ejemplarizantes precisamente con los nuevos holligans de las redes sociales, aunque no solo se les fue la mano, sino también la cabeza. Como escribió Benjamin Franklin, "dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo". Y de eso se trata, de educar para saber diferenciar, a quién seguir y a quién bloquear, aunque lo más eficaz sea silenciar.

"Estoy abierto a que la gente tenga sus opiniones, pero no solo para insultar, abusar y usar un móvil para decir lo que quiera sobre una persona que ni siquiera conoce. Esto tiene que ser erradicado porque está haciendo mucho daño al fútbol". Sirva la denuncia del entrenador del Arsenal, Mikel Arteta, para alertar sobre la radicalización de las llamadas redes sociales —aunque muchas veces parezcan precisamente lo contrario—, la cual quizás en el caso del fútbol haya aumentado desde que los partidos se juegan a puerta cerrada. Como si los hooligans hubieran cambiado las gradas por las redes sociales.

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