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La expansión del Levante UD se disparó con el rechazo a Robert Sarver
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Se enfrenta al Villarreal a las 19:00

La expansión del Levante UD se disparó con el rechazo a Robert Sarver

El club granota vive una época de prosperidad tras superar un concurso de acreedores y evitar la venta al millonario estadounidense. Hoy busca el pase a la semifinal de la Copa

Foto: Quico Catalán, en una imagen de archivo. (EFE)
Quico Catalán, en una imagen de archivo. (EFE)

Quico Catalán volvió sobre sus propios pasos. Y convenció a la Fundación del Levante UD para votar en contra, de la misma manera que días atrás la había convencido de votar a favor. Los patronos de la fundación, principal accionista ‘granota’ con el 69% de los títulos, rechazaron la venta del club al millonario estadounidense Robert Sarver, propietario del Phoenix Suns y más tarde del Mallorca, dispuesto a pagar 56 millones por la entidad levantinista.

Catalán alegó motivos sentimentales. Era el 28 de julio de 2015 y corrían vientos favorables a la entrada de inversores extranjeros en el fútbol español. En concreto, el Valencia CF había sido vendido un año antes a Peter Lim. El Levante UD lo frenó a última hora. Y, desde entonces, ha vivido una etapa de estabilidad y crecimiento sostenible: consolidación en Primera, récord de número de socios (22.000), reforma del estadio (Ciutat de València) y aprobación de una nueva ciudad deportiva en una parte del puerto de la ciudad (Natzaret).

placeholder Robert Sarver (c), en su presentación como máximo accionista del Mallorca. (EFE)
Robert Sarver (c), en su presentación como máximo accionista del Mallorca. (EFE)

El Levante UD era una ruina total hace apenas 10 años. Debía cerca de 100 millones y venía de una gestión turbulenta del máximo accionista, Pedro Villarroel. El juzgado de lo Mercantil número 2 de Valencia suspendió al consejo de administración y obligó a que este fuera sustituido por administradores concursales. Hubo una quita del 30%, y los acreedores empezaron a cobrar. Ayudó mucho el inesperado ascenso del equipo azulgrana a Primera en 2009-10, de la mano de Luis García Plaza. El club se subió al carro de la modernización de la industria del fútbol español: la venta centralizada de los derechos de televisión (en 10 años, ha cobrado cerca de 300 millones por este concepto) y el control financiero por parte de la Liga.

La expansión levantinista pasa por el crédito de 60 millones obtenido del prestigioso grupo bancario de Edmond Rothschild en agosto de 2020. Con ese dinero, a devolver en 10 años, el Levante UD espera acometer la remodelación de su estadio, construir la nueva ciudad deportiva y amortizar los 15 millones de la deuda anterior (13 con los bancos y dos con el ayuntamiento). El préstamo, eso sí, genera tensiones a corto plazo y la entidad se ve obligada a recaudar 16,5 millones antes del 30 de junio a través de la venta de jugadores.

placeholder Morales celebra su gol frente al Real Madrid. (Reuters)
Morales celebra su gol frente al Real Madrid. (Reuters)

La primera fase del campo (19 millones) ya está finalizada, una cubierta para toda la grada que cumple, además, los requisitos de la Liga para las retransmisiones de los partidos: mejora la iluminación, la megafonía y el videomarcador. En la segunda fase, a la espera de las licencias, se reorganizará todo el interior del recinto para dar cabida al uso terciario. Y en cuanto al traslado de la ciudad deportiva de Buñol (un pueblo del interior a 55 kilómetros de Valencia) al barrio portuario de Natzaret, el club cuenta con el visto bueno del puerto, del ayuntamiento y de la Generalitat para empezar a construir siete campos de fútbol y todas las instalaciones. El terreno, 100.000 metros cuadrados, es propiedad estatal y el Levante explotará la concesión durante 50 años. Le costará 20 millones. No hay una decisión tomada respecto de la ciudad deportiva de Buñol.

Quico Catalán lleva al frente del Levante UD desde abril de 2009, primero como director general y desde 2010 como presidente. Es, pues, el principal responsable de la gestión. Y ha sido recompensado con un salario de los más altos entre los directivos de la Liga. Empezó cobrando 60.000 euros anuales y ha pasado a embolsarse 400.000 más variables: desde una prima de 100.000 euros si el equipo sigue en Primera hasta un millón más en caso de ser campeón de Liga.

placeholder Bruno González, Quico Catalán y Manolo Salvador, durante la presentación del futbolista. (EFE)
Bruno González, Quico Catalán y Manolo Salvador, durante la presentación del futbolista. (EFE)

La fundación, formada por 23 patronos, aprobó en 2019 que el presidente doblara su sueldo con la oposición del grupo de los pequeños accionistas, el FROG. Este sector, crítico con el presidente, entiende que Catalán controla la fundación, integrada por representantes, entre otros, de siete cargos institucionales, tres directivos del club y otros particulares como las peñas y los veteranos. Catalán fue reelegido presidente en 2018 a pesar de que, previamente, había anunciado que no se presentaría.

En 2007, la fundación compró las acciones de Pedro Villarroel por siete millones (el 70%) con un crédito avalado por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), un órgano de la Generalitat. A diferencia del Valencia CF, donde la denuncia de un socio llevó a la sociedad valencianista a los tribunales de Bruselas por “asistencia financiera”, al Levante nadie le pidió cuentas. En teoría, la fundación se encarga de la cantera granota en Buñol y recibe a cambio una compensación económica del club. Con ella, la fundación va devolviendo el préstamo avalado por el IVF. Como curiosidad, Emilio Pechuán, dueño de los cines ABC y valencianista confeso, es el máximo accionista de entre los pequeños, con un 1% del total.

El entrenador Paco López ha sido una bendición para la estabilidad deportiva y, por tanto, económica del Levante UD. Desde que, procedente del filial, sustituyera en el banquillo a Juan Ramón López Muñiz en marzo de 2018, el equipo ha acabado con el tradicional victimismo granota y ha batido en varias ocasiones al Barça y al Madrid, a este último tanto en el Bernabéu como en Valdebebas. En esa primera temporada, faltaban 11 jornadas para el final y el Levante sumó ocho victorias, dos empates y una derrota, mejor conjunto de la Liga en ese periodo, por delante del Madrid y del Barça.

placeholder Paco López, en una imagen reciente. (Reuters)
Paco López, en una imagen reciente. (Reuters)

Mucho tiempo a la sombra de su poderoso vecino de Mestalla, el Levante ha disparado el número de sus abonados en los últimos años gracias a una política muy agresiva de precios bajos. En realidad, casi ha regalado los abonos. Tampoco le ha importado mucho, pues sus principales ingresos vienen de la televisión: 55 millones de un presupuesto de 83. Y a pesar de que la Federación, presidida por el exlevantinista Luis Rubiales, no le reconoce la Copa del 37, conquistada en plena Guerra Civil, el Levante Unión Deportiva sigue reclamándola. Esta tarde, se mide en su estadio al Villarreal en los cuartos de final de la Copa del Rey. Y como este conjunto de Paco López es tan irreverente, la hinchada granota guarda mariposas en el estómago. 111 años de historia les amparan.

Quico Catalán volvió sobre sus propios pasos. Y convenció a la Fundación del Levante UD para votar en contra, de la misma manera que días atrás la había convencido de votar a favor. Los patronos de la fundación, principal accionista ‘granota’ con el 69% de los títulos, rechazaron la venta del club al millonario estadounidense Robert Sarver, propietario del Phoenix Suns y más tarde del Mallorca, dispuesto a pagar 56 millones por la entidad levantinista.

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