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El descrédito de Hazard: invisible en el juego y enchufado en las alineaciones
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el belga no mejora al equipo

El descrédito de Hazard: invisible en el juego y enchufado en las alineaciones

Lo que molesta de Zidane es que tenga el máximo tacto con el belga y sea más exigente con otros jugadores con los que demuestra que no existe la misma confianza

Foto: Eden Hazard sentado en el césped en el partido de la Supercopa contra el Athletic. (Efe)
Eden Hazard sentado en el césped en el partido de la Supercopa contra el Athletic. (Efe)

La paciencia que pide Zidane con Eden Hazard no oculta la decepción que existe con un futbolista que no tiene incidencia en los partidos. El belga no mejora el rendimiento del equipo. Estamos ante un futbolista pobre de espíritu y con serios problemas para imponer su talento. Con el regreso de Hazard, tras otra de sus innumerables lesiones, al Real Madrid se le cortó la racha de seis victorias. El equipo había recuperado la regularidad, tenía continuidad el juego, ganaba partidos comprometidos (Borussia Mönchengladbach, Sevilla y Atlético de Madrid) y los aparentemente más factibles (Athletic, Eibar y Granada). Reapareció Hazard y vuelta al bache.

Puede ser coincidencia o puede haber algo más que influya en la nueva crisis deportiva que ha provocado la eliminación en la Supercopa de España y la Copa del Rey. Hazard reapareció contra el Eche y no cambió nada a mejor. Salió por Lucas Vázquez, como revulsivo a falta de quince minutos, sin rebeldía. Fue suplente en el siguiente partido, contra el Celta, y el Madrid volvió a ganar. Con goles de Lucas Vázquez y Marco Asensio. Regresó a la titularidad frente a Osasuna en El Sadar y un nuevo pinchazo. Resultó invisible. Empate a cero y ningún disparo a portería del belga. Zidane pidió paciencia porque la única manera de recuperarlo es que juegue, coja el ritmo y recupere la confianza con partidos, según el técnico.

Foto: Zidane se lleva la mano a la boca con un gesto de preocupación, en un partido del Real Madrid. (EFE)

No funcionó nada de lo que tenía pensado el entrenador. Hazard estuvo en el once de la semifinal de la Supercopa de España contra el Athletic y no encontró la manera, la inspiración, el regate, la jugada desequilibrante para generar peligro. No acabó el partido. Y cuando verdaderamente el entrenador y los compañeros necesitaban que diera una respuesta positiva, solucionara los problemas en la prórroga contra el Alcoyano, lo que hizo Hazard fue esconderse. No metió la pierna, rehuyó el contacto, entró frío y sin carácter en una situación de apuro. Hazard puso por delante su físico, evitar un golpe, cuidarse de un mal choque frente a un rival intenso y agresivo, antes que ir al límite. Esa es la sensación que dejó el belga en otro de sus partidos que producen una decepción y que empieza a extenderse por los aficionados, los dirigentes del club y ahora por algunos de sus compañeros de vestuario.

Los privilegios del belga

Desde el regreso de Eden Hazard, el rendimiento del equipo ha empeorado y habría qué preguntarse porqué tiene la alfombra roja para entrar en el once cuando hay otros jugadores que pueden estar por delante. Zidane hace todo por recuperarle y está en su obligación y entre sus prioridades enchufar a un futbolista con calidad y experiencia. No lo consigue. Hace todo lo posible y más con un asunto que es delicado de gestionar por las diferencias que hace con otros futbolistas.

El entrenador cambió la estructura del equipo, en el partido de la Supercopa contra el Athletic con la idea de que podía dar el mejor sitio en el campo al belga. Lo puso de mediapunta, con libertad de movimientos. Anuló la banda derecha para situar a Marco Asensio por la izquierda. Tras los problemas en la salida de balón, el error de Lucas Vázquez que acabó en el gol de Raúl García, tuvo que reestructurar el equipo para darle equilibrio. Hazard había condicionado los planes del técnico y había ocasionado la fragilidad del sistema. No tuvo peligro ofensivo, provocó una fractura y acabó en el banquillo.

placeholder Zidane abraza a Eden Hazard. (Efe)
Zidane abraza a Eden Hazard. (Efe)

Zidane cometió un error con Hazard en la Supercopa de España y se lo reprochó Mijatovic, ex jugador del Real Madrid y ahora comentarista en la Ser, con estas palabras que en el vestuario del Real Madrid no pasaron desapercibidas: “Hazard es un jugador que ha pasado varias lesiones y que tiene un crédito tremendo para su entrenador. Pero, de momento, no ha ofrecido prácticamente nada. En partidos como ante el Athletic quizás lo mejor es no sacarle desde el principio. Nos estamos acostumbrando a ver jugar bien al Real Madrid sin Hazard y eso sí que es preocupante”. Es una opinión personal de Mijatovic, un tipo que tiene contacto con gente de la actual plantilla.

¿Juega Hazard por decreto? ¿Es justo el entrenador poniendo al belga? Las diferencias que hace el técnico con la estrella son cada vez más evidentes y producen comentarios como el de Mijatovic. También enfados dentro de una plantilla en la que se señala siempre a los mismos jugadores cuando llega la derrota y escuchan a Zidane decir, tras el partido contra el Athletic en la Supercopa, lo siguiente: “Eden tiene que recuperar la confianza, hacer un buen partido, meter un gol o algo diferente. Pero poco a poco. Hay que tener paciencia”.

Lo que molesta del entrenador es que tenga el máximo tacto con el belga y sea más exigente con otros jugadores con los que demuestra que no existe la misma confianza. Luka Jovic decidió marcharse al Eintracht de Frankfurt cuando comprobó cómo Hazard tenía el puesto asegurado. De la última lesión, sin estar en la mejor forma física, pasó al once. Zidane ya lo hizo antes. Alineó al futbolista belga tras los meses de confinamiento. Lo puso en el once en el primer partido de regreso a la Liga, contra el Eibar, siguió frente al Valencia y así hasta acabar los once partidos del campeonato sin marcar ningún gol. Hazard no estaba recuperado totalmente, pero el técnico prefiere a Hazard a medio gas antes que otro atacante.

La paciencia que pide Zidane con Eden Hazard no oculta la decepción que existe con un futbolista que no tiene incidencia en los partidos. El belga no mejora el rendimiento del equipo. Estamos ante un futbolista pobre de espíritu y con serios problemas para imponer su talento. Con el regreso de Hazard, tras otra de sus innumerables lesiones, al Real Madrid se le cortó la racha de seis victorias. El equipo había recuperado la regularidad, tenía continuidad el juego, ganaba partidos comprometidos (Borussia Mönchengladbach, Sevilla y Atlético de Madrid) y los aparentemente más factibles (Athletic, Eibar y Granada). Reapareció Hazard y vuelta al bache.

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