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Raúl García saca tajada: el Real Madrid, eliminado de la Supercopa (1-2)
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Raúl García saca tajada: el Real Madrid, eliminado de la Supercopa (1-2)

El Athletic de Bilbao rentabilizó los fallos de Lucas Vázquez en el primer periodo con dos goles de Raúl García. El Real Madrid mejoró en la segunda parte, pero no le dio para empatar

Foto: Raúl García, en una acción durante el partido entre el Real Madrid y el Athletic. (EFE)
Raúl García, en una acción durante el partido entre el Real Madrid y el Athletic. (EFE)

Marcelino García Toral tiene la capacidad de excitar a sus equipos en partidos grandes, y con la estimulación crece el atrevimiento y se genera inseguridad en el adversario. El Athletic de Bilbao consigue clasificarse para la final de la Supercopa de España por salir más valiente y agresivo que el Real Madrid. El campeón entró endeble y titubeante. Marcelino inflamó a sus jugadores. A Zidane, que repetía el mismo once que el del empate en Liga contra Osasuna, le falló su once de gala. Empezaron con indecisión y nula efectividad y se mantuvieron vivos en el partido por el buen juego de Marco Asensio y Courtois.

El Athletic fue de más a menos y el Madrid, a la inversa. A los de Marcelino le dio para ganar el partido por el excelente primer periodo y los fallos del Madrid. A los de Zidane les faltó tiempo para la remontada, precisión y contundencia en los movimientos de Benzema y algo del desaparecido Eden Hazard. Al francés le anularon el gol del empate, por fuera de juego, a falta de siete minutos para el final. El Real Madrid apeló en los últimos minutos a la épica. Mejoró cuando salieron del campo Hazard y Modric. El belga tuvo otro mal partido, inofensivo, irrelevante. No tiene velocidad, cambio de ritmo, desborde ni una acción que ponga en aprietos a los defensas. Salieron Vinícius y Fede Valverde para darle verticalidad y el Madrid estuvo cerca de igualar el partido. Un centro de Vinícius, en el 87’, pudo ser el empate a dos en un remate de cabeza de Sergio Ramos. El balón pasó cerca del poste de Unai Simón. El Madrid buscó igualar el partido con más corazón que juego. Con centros y más centros al área en busca de un remate, un rechace y una segunda jugada.

Foto: Ter Stegen fue clave para la victoria del Barça. (Reuters)

Zidane metió otro delantero para el esprint final. A la heroica sacó a Mariano y quitó a Benzema. Extraño. El delantero francés estaba siendo una amenaza. De alguna manera tenía que protegerse de una contra del Athletic con los espacios que dejaba atrás y podía aprovechar Iñaki Williams. La tuvo el delantero del Athletic, en el 91’, para marcar el tercero. Lo evitó Casemiro, tirándose al suelo para anticiparse al remate. Antes, Courtois sacó un mano a mano a Villalibre.

Los minutos de descuento fueron un ida y vuelta. Un final loco entre un equipo que iba a por el empate, con Ramos de delantero centro, y otro que hacía daño a la contra. El árbitro, Munuera Montero, dio seis minutos de prolongación. El último remate, la ocasión para empatar el partido, la tuvo Mendy en un disparo desde la frontal del área. El disparo se fue arriba. La pegó mal el francés en un final agónico en el que el VAR, en la jugada anterior, revisó un posible penalti por agarrón de Vesga a Sergio Ramos en el área. Munera Montero no señaló el penalti. El Athletic tumbó al Real Madrid.

Los errores de Lucas Vázquez

A Zidane le falló uno de sus jugadores más fiables y en los que tiene depositada una confianza ilimitada. Lucas Vázquez tuvo una noche de horror. Inseguro, nervioso y agobiado cometió dos errores que costaron dos goles. El primero en una mala entrega de la pelota, que interceptó Dani García y llegó a los pies de Raúl García. El delantero que hace un mes dejó a su equipo en inferioridad numérica por la expulsión en el Di Stéfano sacaba tajada del error de Lucas. Era el minuto 18 y el Madrid tenía dificultades para salir con la pelota de su campo. El Athletic puso la energía y una velocidad superior para hacerle un partido incómodo al Madrid. Los de Zidane quedaron atascados.

El gol medía la capacidad de reacción del equipo de Zidane. No la tiene con su mejor tridente ofensivo. Resulta llamativo que un equipo con sus tres mejores atacantes (Hazard, Marco Asensio y Benzema) tenga tan pocos recursos para generar ocasiones de gol. Se jugó a lo que quiso el Athletic. Por fases fue un equipo con una buena presión coordinada en todas sus líneas que asfixiaba y anulaba la progresión en el juego del Madrid y, en otros momentos, replegó atrás y se hizo compacto atrás. No encontró el Madrid la manera de finalizar las jugadas. Tan solo llevó peligro Marco Asensio con acciones directas, verticalidad y lanzamientos desde fuera del área. El balear no tuvo fortuna. Envió dos balones a los postes en la segunda parte, generó la mayor cantidad de peligro, perseveró y asumió responsabilidades. El balear es lo más positivo de un partido demasiado irregular de un equipo que no acaba de tener continuidad en la temporada.

placeholder Lucas Vázquez, en una acción con Muniain. (EFE)
Lucas Vázquez, en una acción con Muniain. (EFE)

El primer gol reforzó a un Athletic serio, trabajador, con espíritu competitivo y con seguridad en todas sus acciones. Llegó el segundo error de Lucas Vázquez, en el minuto 37, con un agarrón a Íñigo Martínez en el área. Un penalti en una acción de impotencia del lateral derecho. Le superó un centro de Capa y bloqueó a Íñigo Martínez para evitar el remate. No era una ocasión clara de gol, pero Lucas Vázquez estaba ya superado, inseguro, muy nervioso. Raúl García no falló el penalti. Hizo el segundo, crecieron las dudas y la desconfianza en el Madrid.

El Athletic elimina al campeón, un Madrid que hace un año hizo de la solidez su mejor argumento táctico para ganar este nuevo formato de la Supercopa en los partidos contra el Valencia y el Atlético de Madrid en Arabia Saudí. Marcelino corta la trayectoria de nueve partidos seguidos sin perder del Real Madrid, aunque ya se veía venir el descenso futbolístico en las últimas semanas con los empates contra el Elche y Osasuna.

Zidane tiene trabajo. Mucho trabajo para recuperar el pulso competitivo y recuperar la ansiada solidez de un bloque en el que ya no existen las rotaciones. "Nuestra primera parte ha sido complicada. No entramos bien al partido y nos han marcado dos goles. Cuando están cero a dos es siempre complicado. En el segundo tiempo lo hemos intentado. Nos ha faltado leer bien el principio del partido. Ellos presionaron bien y perdimos dos o tres balones que no son habituales", comento Zidane tras el partido en Movistar.

Marcelino García Toral tiene la capacidad de excitar a sus equipos en partidos grandes, y con la estimulación crece el atrevimiento y se genera inseguridad en el adversario. El Athletic de Bilbao consigue clasificarse para la final de la Supercopa de España por salir más valiente y agresivo que el Real Madrid. El campeón entró endeble y titubeante. Marcelino inflamó a sus jugadores. A Zidane, que repetía el mismo once que el del empate en Liga contra Osasuna, le falló su once de gala. Empezaron con indecisión y nula efectividad y se mantuvieron vivos en el partido por el buen juego de Marco Asensio y Courtois.

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