El extraño rol de Casemiro en el Real Madrid: tapón ofensivo y sustituto de Odegaard
El centrocampista brasileño se ha convertido en el mediapunta de Zinédine Zidane. La modificación táctica ha provocado que el equipo pierda la mayor virtud del internacional
Carlos Henrique Casemiro ha pasado de desactivar ocasiones de gol a verse empujado a tener que crearlas en el Real Madrid 2020/21. Hasta ahora, el brasileño siempre se había destacado por evolucionar y adaptarse a las exigencias defensivas de Toni Kroos, Luka Modric y de los laterales blancos (especialmente en tiempos de Marcelo). A través del equilibrio defensivo y la correción en campo propio, el ‘14’ blanco ejercía de ancla madridista preparada para neutralizar contragolpes y asegurar la tranquilidad de sus compañeros. Sin embargo, esta temporada todo ha cambiado.
Alejado de la base del juego en la construcción como en otras campañas, Casemiro se aparta en salida de balón. Ni le puede dar la velocidad necesaria a la circulación en los primeros pases ni mejorar el rango de pases que tejen Kroos y Modric, pero la verdadera novedad viene en lo que sucede a continuación. Una vez el Madrid fabrica la acción, el internacional verdeamarelho viaja hasta la espalda del centro del campo rival con la misión de zambullirse tras las líneas enemigas.
Allí espera, girado, de cara a la pelota y en terreno de ‘10’, que Kroos y Modric conecten con él. La consecuencia directa se traduce en que, cuando el brasileño recibe, le cuesta horrores girar y abrir el juego. No digamos ya filtrar un balón preciso. Y es normal, Casemiro no se ganó su espacio en el Real Madrid más dominador de la Copa de Europa a base de brillar entre líneas defensivas, sino solucionando problemas como hacía ‘el Señor Lobo’ en Pulp Fiction.
En un equipo con dificultades crónicas cuando se enfrenta ante adversarios que le niegan el espacio y le obligan a estructurar ataques ineficaces en situaciones de repliegue muy bajo, el nuevo rol de Casemiro contribuye a que el Real Madrid se atasque en el juego posicional. Todo son balones al pie, desborde mínimo, criculación de pelota sosegada y previsibilidad colectiva a borbotones. Por su parte, el brasileño es más víctima que causa, puesto que no tiene la habilidad técnica ni la sutilidad de sumar en ataque desde esa posición que le ha otorgado Zidane. En el plano defensivo, deja de llevar a cabo su mayor virtud. Y es que si el equipo pierde el balón, Casemiro está alejado de la jugada para recuperarlo y no llega a tiempo a interrumpir la acción.
Los goles podrían llevar a engaño
Los tres goles de Casemiro como mediapunta del Real Madrid podrían maquillar el problema e incluso justificar su presencia en ese sector como remedio frente a la falta de pegada del equipo blanco. Al fin y al cabo, es el tercer máximo goleador del equipo junto a Luka Modric y Federico Valverde. Por su puesto, se podría argumentar que el sudamericano aporta llegada segunda línea, rellena el área cuando Benzema sale de ella para asociarse y suma un hombre más dentro de la zona de castigo si el Real Madrid opta por cargar el área y realizar el centro lateral por saturación.
Sin embargo, el dato es un trampantojo y crea la falsa ilusión de que está funcionando. De esas tres dianas, tan solo una ha llegado con el balón en movimiento y con el brasileño apareciendo de segunda línea (el 1-0 para abrir la lata frente al Granada en Valdebebas). Los otros dos (Deportivo Alavés y Atlético de Madrid), nacieron del balón parado, acciones donde el '14' blanco lleva demostrando su potencial desde que se asentó en la titularidad.
El 'misterio Odegaard'
Zidane, sin embargo, cuenta con alternativas en su plantilla. La recuperación de un llegador excepcional como Federico Valverde podría llevar al técnico francés a sustituir a Casemiro por el charrúa, pero Valverde necesita llegar desde atrás, batir líneas de presión con su potente conducción y sorprender, no estar recibiendo entre líneas. Además, Luka Jovic vive sin contar apenas para el cuerpo técnico pese a brillar en el rol de segunda punta en el Eintracht de Frankfurt e Isco Alarcón sigue sin presentar argumentos suficientes como para reclamar su lugar. Por tanto, el integrante más afectado por este nuevo papel del '14' blanco es Martin Odegaard.
Con tan solo siete minutos disputados en los últimos seis partidos en los que ha estado disponible, el caso del noruego es más propio de 'Expediente X' que de una entidad deportiva. Especialmente tras ser uno de los mejores futbolistas del pasado curso bajo la camiseta de la Real Sociedad, donde a sus 21 años marcó siete dianas, regaló nueve asistencias a sus compañeros y disputó un total de 2.934 minutos entre Copa y Liga repartidos en 36 encuentros. Odegaard, capaz de brillar entre líneas como mediapunta o viendo el fútbol de cara como interior derecho, está teniendo un peso residual tras ser repescado por el Real Madrid.
El caso del nórdico es muy preocupante. Sin novedades oficiales en relación a su aspecto físico que impidan apostar por él, la gestión del joven talento blanco por parte de Zidane está dejando mucho que desear. Isco Alarcón y Mariano Díaz le adelantan como revulsivos y no está en el grupo de futbolistas a los que el entrenador del Madrid reclama para darle la vuelta a los partidos. Mientras, Casemiro no luce en la posición de '10' y quien cuenta con la creatividad, el talento asociativo, la habilidad para recibir y girar, encarar y sumar participación directa en goles ha desaparecido del equipo.
Carlos Henrique Casemiro ha pasado de desactivar ocasiones de gol a verse empujado a tener que crearlas en el Real Madrid 2020/21. Hasta ahora, el brasileño siempre se había destacado por evolucionar y adaptarse a las exigencias defensivas de Toni Kroos, Luka Modric y de los laterales blancos (especialmente en tiempos de Marcelo). A través del equilibrio defensivo y la correción en campo propio, el ‘14’ blanco ejercía de ancla madridista preparada para neutralizar contragolpes y asegurar la tranquilidad de sus compañeros. Sin embargo, esta temporada todo ha cambiado.