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Vuelve el peor Real Madrid contra un Elche que da la campanada (1-1)
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courtois evitó la derrota

Vuelve el peor Real Madrid contra un Elche que da la campanada (1-1)

El Real Madrid no es capaz de ganar al Elche. Otro paso atrás en la Liga del equipo de Zidane, que pierde demasiados puntos contra los equipos modestos

Foto: Fidel Chaves celebra el gol del empate del Elche en el partido contra el Real Madrid. (EFE)
Fidel Chaves celebra el gol del empate del Elche en el partido contra el Real Madrid. (EFE)

El Real Madrid despide el año 2020 con un traspié en Elche y frena la racha de seis victorias consecutivas en un partido en que el árbitro Figueroa Vázquez y el VAR tuvieron decisiones determinantes. El empate es otro paso atrás en la Liga. El equipo de Zidane parecía que había escarmentado de los errores contra los equipos modestos del campeonato que le generan problemas con defensas cerradas y acciones de contraataque. El Cádiz, Alavés y el Shakhtar llevaron a plantearse si Zidane prepara lo suficiente este tipo de partidos en los que el juego no fluye y se atasca. El Elche es el último que da la campanada y provoca que aparezcan las dudas de un Real Madrid irregular, con dos caras y en el que hay jugadores que vuelven a desaprovechar sus oportunidades. El primero, Marcelo. El más señalado. Marco Asensio, también titular, fue de más a menos.

El Real Madrid es capaz de ganar en el Camp Nou, en San Siro al Inter de Milán, el derbi al Atlético de Madrid, en el Sánchez Pizjuán al Sevilla o el decisivo partido de la Champions en la última jornada de la fase de grupos al Borussia Mönchengladbach. Después de todos estos éxitos, llega un equipo de la zona baja de la clasificación de la Liga y hace la vida imposible a Zidane y sus jugadores. Algunos pensarán que para qué quiere Florentino Pérez la Superliga si tiene un equipo que no es capaz de ganar a equipos del nivel del Cádiz o el Elche. Esto es fútbol. Y el problema del Real Madrid es que no se motiva contra los rivales ‘pequeños’.

Foto: Ferland Mendy desactiva una jugada de ataque del Shakhtar Donestk en la Champions League. (Reuters)

El partido fue extraño. El Madrid pasó de una primera parte de absoluto dominio a una segunda repleta de imprecisiones. Lo más llamativo y decisivo de la primera parte fue el error del árbitro Figueroa Vázquez. Pitó un penalti a favor del Real Madrid y el VAR le corrigió. La pelota había dado en la rodilla de Víctor y el colegiado vio mano. Esto es para los que dudan del VAR. El Elche se pudo ir al descanso con dos goles en contra y uno de ellos habría sido injusto (de haberse marcado el penalti). El VAR es un buen invento, pero sigue estando cuestionado por aquellos enemigos de la tecnología que defienden que va en contra de la esencia del fútbol. Es cierto que ralentiza los partidos, que es muy frío ver a un equipo celebrar un gol con tanto retraso y que debe afinar algunos criterios para entrar, como se nos dijo, en las jugadas que son flagrantes. Pero el VAR es una ayuda al árbitro y, gracias a él, se evitó un penalti en un error humano de un colegiado.

Marcelo no aprovechó la oportunidad

Al partido entró el Elche con la sensación de evitar ser arrollado por un Real Madrid que venía de una racha de seis victorias consecutivas. No ofreció resistencia. Se echó atrás, pertrechado en su campo, sin dejar espacios y con poca agresividad. El Madrid entendió que debía tener paciencia con la pelota hasta encontrar los resquicios por donde meter el cuchillo. Un Madrid que tuvo como novedad la presencia de Marcelo y Marco Asensio en la banda izquierda. Zidane encontró el partido para apostar por dos jugadores que habían perdido presencia en el equipo titular. Mendy y Rodrygo tuvieron destacadas actuaciones en esta racha. Entre sus buenos partidos, estaba la victoria en Ipurúa contra el correoso y combativo Eibar.

El Elche no era el Eibar. Es el equipo de la Liga que menos dispara a portería y este dato habla del planteamiento conservador para enfrentarse al Madrid. Era un día propicio, sobre todo, para quitarle el ‘polvo’ a Marcelo, que llevaba siete partidos seguidos sin jugar un solo minuto. Desde la derrota en casa contra el Deportivo Alavés. Marcelo estuvo bien en ataque y mal en defensa. Lo que suele ser habitual en este jugador, que lleva una larga inactividad y al que le cuesta más regresar a su posición de lateral izquierdo. El brasileño tuvo la primera ocasión de peligro con un disparo, con la derecha, que pegó en el larguero. Todo lo bueno que generó en ataque lo estropeó con el coladero que fue su banda, por la que corrió con soltura Rigoni. El hombre que más peligro llevó a la portería de Courtois, con un disparo ajustado al poste que desvió el belga. Marcelo le puso ganas, dio profundidad. Era un Elche pasivo en el primer tiempo. No está para empresas mayores.

placeholder Marcelo, en una acción de ataque del partido contra el Elche. (EFE)
Marcelo, en una acción de ataque del partido contra el Elche. (EFE)

A Marco Asensio también le pedía el cuerpo aprovechar su oportunidad en el once. El balear necesita encontrar su nivel y lleva tiempo buscando partidos como estos en los que mostrar el talento. De un cañonazo suyo, con la izquierda, llegó el gol de Modric. Asensio le pegó duro y Edgar Badía respondió con una buena mano. El rechace lo aprovechó el más listo. Luka Modric se coló entre los centrales y remató de cabeza a la escuadra. El más veterano siguió la jugada en uno de los pocos momentos que se desordenó el bloque ilicitano. Era el minuto 20 y el partido se podía abrir para un Madrid que quería más goles, que insistía con las subidas por la banda derecha de Carvajal y Lucas Vázquez. No sufría. Se sentía muy superior.

El penalti de Carvajal

Es el mal del Real Madrid contra los equipos modestos. Comete errores groseros. Como el penalti, a los cinco minutos del inicio del segundo tiempo, por el agarrón de Carvajal a Barragán. El árbitro entiende que la pelota, en el saque de una falta, va en dirección al remate del jugador. Es uno de esos penaltis que no ponen de acuerdo a todos. Un agarrón dentro del área que puede ser insuficiente para tanto castigo. Unas veces te favorecen y otras te perjudican. Los agarrones, los abrazos, los forcejeos dentro del área son muy interpretativos. El penalti lo transformó Fidel Chaves. En el primer tiempo se quejó Benzema de un agarrón cuando iba a rematar un centro. Aquí el colegiado no interpretó que fuera suficiente para ser penalti.

Foto: Eden Hazard, en uno de sus últimos partidos disputados con el Madrid. (Reuters)

El Real Madrid pasó de la comodidad a tener prisas con 40 minutos de partido por delante y a sufrir con los contraataques del Elche. Una media vuelta de Lucas Boyé acabó con la pelota golpeando en el poste. Un nuevo susto por la banda de Marcelo. El ‘9’ del Elche empezó a ganar las acciones a la defensa madridista. El cambio con el empate fue radical. Los de Zidane perdieron seguridad, cogieron ansiedad y el Elche equilibró el partido. Empezó a ser un toma y daca. Un partido diferente al monólogo y dominio del Madrid en la primera parte. Carvajal pudo hacer el segundo, en otra internada, y encontró la respuesta con una excelente estirada de Edgard Badía. Dos paradores en un minuto. El segundo echándose encima al remate de Sergio Ramos.

A Zidane le tocaba mover ficha, cambiar algo, buscar soluciones y metió en el campo a Hazard y Fede Valverde por Lucas Vázquez y Kroos. El belga volvió a jugar un mes después de la lesión contra el Alavés. Intrascendente. Salió Vinícius por Asensio, pero no funcionó ninguno de los revulsivos. El partido acabó con un paradón de Courtois, en el descuento, en un disparo de falta de Gonzalo Verdú. El belga evitó la derrota. Un mal día de Zidane y del Real Madrid, que acaba el año con un pinchazo importante y se despega del Atlético de Madrid.

El Real Madrid despide el año 2020 con un traspié en Elche y frena la racha de seis victorias consecutivas en un partido en que el árbitro Figueroa Vázquez y el VAR tuvieron decisiones determinantes. El empate es otro paso atrás en la Liga. El equipo de Zidane parecía que había escarmentado de los errores contra los equipos modestos del campeonato que le generan problemas con defensas cerradas y acciones de contraataque. El Cádiz, Alavés y el Shakhtar llevaron a plantearse si Zidane prepara lo suficiente este tipo de partidos en los que el juego no fluye y se atasca. El Elche es el último que da la campanada y provoca que aparezcan las dudas de un Real Madrid irregular, con dos caras y en el que hay jugadores que vuelven a desaprovechar sus oportunidades. El primero, Marcelo. El más señalado. Marco Asensio, también titular, fue de más a menos.

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