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De escudero de Cristiano a caballero goleador: la gran evolución de Benzema
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Es la mayor amenaza ofensiva

De escudero de Cristiano a caballero goleador: la gran evolución de Benzema

El delantero francés ha dejado atrás su rol de asistente del portugués para convertirse en el futbolista más decisivo de la plantilla tras la salida del astro luso del Real Madrid

Foto: Karim Benzema celebra su doblete ante el Borussia Mönchengladbach. (Reuters)
Karim Benzema celebra su doblete ante el Borussia Mönchengladbach. (Reuters)

Hubo un tiempo en que Karim Benzema no estuvo a la altura de lo que representa el ‘9’ del Real Madrid. O eso parecía. Hubo un tiempo en que, por lejano que parezca, José Mourinho temblaba ante la ausencia de Gonzalo Higuaín y comentaba: “Si no tienes perro, tienes que salir a cazar con el gato” cuando el francés era el único delantero centro disponible. El felino prefería jugar con el ovillo y priorizaba hacer jugar a sus compañeros antes que marcar. El egoísmo goleador, tan habitual en los delanteros, era sustituido por un altruismo nocivo para él mismo y beneficioso para el grupo.

El gol, por tanto, era un complemento, no un objetivo. Karim era delantero, pero sentía que limitar el juego al gol no era elevar el deporte a arte, sino reducir al absurdo su función como creador. Encorsetar un talento mayúsculo a lo númerico. Además, coincidir con una máquina de la determinación como Cristiano Ronaldo en el Real Madrid tan solo sirvió para acentuar una tendencia ya registrada previamente y que con el paso de los años se disparó. El volumen anotador del astro luso y la filantropía de Benzema se encargaron del resto.

placeholder Karim Benzema y Cristiano Ronaldo celebran un gol juntos. (Reuters)
Karim Benzema y Cristiano Ronaldo celebran un gol juntos. (Reuters)

El punta francés entendió desde el primer momento que imprimir su huella en la historia en el Santiago Bernabéu pasaba por moldear su figura en función de Cristiano Ronaldo. Esto incluía renunciar a goles, foco mediático, gloria anotadora, ego y legado personal a cambio de permanecer en el Real Madrid. Potenciar a la estrella portuguesa era la prioridad. A pesar del run run que pudiese haber. Entonces, su ascendencia individual quedó en un segundo plano y se encargó de estimular la voracidad del luso.

Así lo explicaba él mismo en ‘Universo Valdano’ en octubre de este año: "Trabajé y me sacrifiqué. Me criticaban pero yo me centraba en el fútbol. Yo con el paso de los años he ido cambiando mi juego, porque estaba Cristiano para meter los goles. Jugaba con él. En el Lyon iba a marcar goles… Ahora toco más el balón. Porque claro, tenía un chico al lado que metía como el triple de los goles que metía yo, así que tocaba adaptarse".

De este modo, sus movimientos iban encaminados a hacer lucir a Cristiano. Si la jugada requería apoyos por dentro, Benzema abandonaba su zona para crear superioridades en el centro del campo. Si su equipo no enganchaba en ataque, Benzema tejía conexiones entre la circulación del balón y la finalización. Si Cristiano Ronaldo necesitaba ocupar la zona del ‘9’, Benzema se desplazaba a la banda. Si el portugués necesitaba a un asistente fiel que le llevase el escudo, no encontraría mejor escudero. Karim, al servicio de Cristiano y del equipo, se encargaba de compensar los movimientos de sus compañeros y facilitar su labor.

Foto: Benzema y Cristiano conversan en un entrenamiento. (Reuters)
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"Nos llevamos bien. Me gusta jugar con él. Le gusta jugar al primer toque. Es más egoísta que yo, pero eso es normal. No me molesta, al final es bueno para el equipo", afirmaba el atacante en una entrevista concedida a Canal Plus en noviembre de 2017. Una respuesta brillante que simboliza el cargo que tenían ambos en la entidad blanca.

Pieza clave en el engranaje del tridente que conformó con Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, a Benzema siempre le dio igual engordar sus estadísticas si a cambio ayudaba a su equipo a vencer. Todos los veranos sonaba un ‘9’ para ocupar el área del Bernabéu, pero lo que la gente no entendía es que Benzema estaba diseñado para disimular su gol y que, para encontrar sus cifras, había que desmenuzar las estadísticas del portugués. Una situación que generó la incomprensión de muchos.

"Cuando salgo al campo no sólo quiero meter goles. Quiero dar asistencias, jugar, meter goles... lo que hace un delantero. Un delantero tiene que saber jugar a fútbol, no solo meter goles. Siempre es igual pero yo juego al fútbol para hacer historia y a veces la gente no entiende lo hago en el campo. Pero a mi ya no me duele. Tengo 30 años, tengo hijos y ya no pienso en estas cosas", contestaba Karim en noviembre del 2018 tras golear al Viktoria Plzen en la Champions League.

La salida de Cristiano lo cambió todo

El adiós de la estrella lusa en julio de 2018 provocó un seísmo en el Real Madrid y, con ello, una metamorfosis en el rol anotador que poseía el francés hasta el momento. El gol pasaría a ser un cometido colectivo del que solo Karim Benzema se responsabilizaría sin dejar de lado el resto de funciones, mientras Gareth Bale, Marco Asensio e Isco Alarcón se sacudirían los galones. Empujado por los acontecimientos, un Karim de 30 años abrazó el olfato goleador en estado de hibernación almacenado durante años. El funcionamiento colectivo lo demandaba y él corrió en su ayuda.

El felino evolucionó hasta convertirse en un depredador del que pocas dudas pueden quedar en estos momentos, puesto que los que trataban de medir al francés por los goles cuando los daba se han visto despojados de argumentos. Karim es el ecosistema ofensivo del Real Madrid, la estructura a la que se agarra Zidane frente a la bisoñez de sus compinches de ataque y la baja de Eden Hazard. Benzema son las cifras goleadoras y las exhibiciones entre líneas. Así lo ilustraba Zidane en una rueda de prensa en abril de 2019: "Ahora os fijáis más porque marca goles, pero el mejor Benzema ha estado sobre el terreno de juego muchas más veces de lo que pensáis. Para la mayoría de la gente no es así, pero están equivocados".

placeholder Zidane habla con Karim Benzema en un partido frente al Deportivo Alavés. (Reuters)
Zidane habla con Karim Benzema en un partido frente al Deportivo Alavés. (Reuters)

Benzema es todas aquellas jugadas icónicas y partidos históricos que ha dejado grabados a fuego en la memoria colectiva a lo largo del tiempo (Bayern de Múnich 2014, Liverpool 2018, Atlético 2017..), pero también esos goles punzantes que se había reservado en el baúl de los delanteros. Karim sigue danzando como nadie en espacios reducidos pero ha cambiado de registro. O mejor dicho, ha mudado su piel de '10' con el '9' a la espalda por un '9' con tintes de '10' y lo ha barnizado de un aura de líder ofensivo goleador.

Así lo expresaba Rodrygo Goes tras el partido contra el Galatasaray en noviembre de 2019: “Estoy muy contento por el hat-trick, con Karim Benzema es todo más fácil. Es un crack. Es un ‘10’ que juega de ‘9'. Me ayuda mucho”.

Quien siempre fue mucho más que el gol sin dejar de marcar goles bien se merece un final de carrera que coloque su nombre en el Olimpo de los grandes delanteros del fútbol moderno. Pese a que no lo necesite. Pese a que se haya labrado una carrera en la élite semiclandestinamente y haya huído de posiciones rematadoras mientras desactivaba presiones y troceaba defensas. Ahora los goles dependen de él y es él quien se encarga de resolver los partidos. En definitiva Karim es el mejor jugador del club blanco desde que salió Cristiano.

Hubo un tiempo en que Karim Benzema no estuvo a la altura de lo que representa el ‘9’ del Real Madrid. O eso parecía. Hubo un tiempo en que, por lejano que parezca, José Mourinho temblaba ante la ausencia de Gonzalo Higuaín y comentaba: “Si no tienes perro, tienes que salir a cazar con el gato” cuando el francés era el único delantero centro disponible. El felino prefería jugar con el ovillo y priorizaba hacer jugar a sus compañeros antes que marcar. El egoísmo goleador, tan habitual en los delanteros, era sustituido por un altruismo nocivo para él mismo y beneficioso para el grupo.

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