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La política de fichajes del Madrid impone gran presión sobre Rodrygo y Kubo
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La política de fichajes del Madrid impone gran presión sobre Rodrygo y Kubo

Rodrygo se sincera en Brasil y dice que no ha venido al Real Madrid a ser el nuevo Neymar. Se quita un peso de encima. A Kubo le da pocos minutos Emery en el Villarreal

Foto: Rodrygo celebra un gol en el estadio Santiago Bernabéu
Rodrygo celebra un gol en el estadio Santiago Bernabéu

La presión que soportan los jóvenes jugadores del Real Madrid se refleja en declaraciones como las que hace Rodrygo en la concentración de la Selección brasileña. “He tenido la carga de ser el nuevo Neymar, pero no quiero serlo”, respondió el madridista para quitarse un peso de encima. En el fútbol predominan las comparaciones cuando se trata de asemejar a un talento precoz con una estrella y esta cantidad de chicos que forman lo que se conoce como la nueva política de ‘jóvenes talentos’ en el Real Madrid sufren con las semejanzas y la gestión de sus minutos. Se sienten permanentemente examinados, necesitan justificar su fichaje, pero no son los únicos responsables de su éxito o el fracaso. Rodrygo sabe bien lo que dice. Se ha sincerado. Si el Real Madrid lo fichó fue con la esperanza de que sea el nuevo Neymar.

No le sucede solo a Rodrygo. Lo mismo se puede decir de Odegaard, Vinicius, Mendy, Fede Valverde y Luka Jovic, que son los que están en el primer equipo. O los que han tenido que salir cedidos como pueden ser los casos de Jesús Vallejo, Brahim, Kubo (nombrado el Messi japonés), Reinier… Todos fueron fichados y presentados como los mejores jóvenes talentos del mundo. Varios de ellos a golpe de talonario. Es el caso de los tres brasileños. De Vinicius también se habló de sus semejanzas con Neymar y un físico comparable al de Cristiano Ronaldo. A Reinier se le atribuyen cualidades de Kaká, que están por ver y si destaca en el Borussia Dortmund, y tiene sitio en el Real Madrid del futuro.

placeholder Vinicius celebra un gol con el Real Madrid en el Alfredo Di Stéfano. (Efe)
Vinicius celebra un gol con el Real Madrid en el Alfredo Di Stéfano. (Efe)

La expectación que generaron cada uno de ellos no va en consonancia con el tiempo que tienen para demostrar su valía y de alguna manera tienen que poner freno, como le sucede a Rodrygo. Las prisas, la competencia interna, las jerarquías en la plantilla, la inexperiencia, la confianza y oportunidades del entrenador, el ritmo de la competición y la exigencia del Real Madrid puede producir decepción entre los aficionados y llegar a la conclusión de que son futbolistas sobrevalorados.

Emery enfría el efecto Kubo

En el Villarreal está sucediendo un caso similar con Takefusa Kubo, que tiene una difícil solución si se fuerza a Unai Emery a tener que darle más minutos al futbolista japonés por ser un jugador que está cedido por el Real Madrid. “Kubo es una estrella fuera del campo, pero no lo es dentro”, comenta el entrenador, en la Ser, después de sentir la presión que llega desde el exterior porque el nipón solo haya disputado 54 minutos en los cinco partidos de Liga. Todavía no ha entrado en el once. En el Real Madrid aparece la inquietud e irá a más si la gestión de Emery continua por estos derroteros. Kubo fue de menos a más la temporada pasada en el Mallorca, de suplente a titular, y tras un año en Primera división las esperanzas en el Real Madrid están en que la progresión no sufra un frenazo con un entrenador conservador.

Rodrygo ha dicho en Brasil lo que necesitaba soltar. La carga que lleva dentro. Rechaza ser el nuevo Neymar porque de él no depende tener la continuidad que sí tuvo su compatriota desde el primer día que llegó al Barcelona. Lo ficho y lo pongo. Me gasto el dinero y es para que juegue de titular. Fue el planteamiento sin reservas del Barcelona. Neymar llegó con vía libre, para ser indiscutible, como una verdadera estrella, y Rodrygo como un proyecto más de buen jugador. Le corresponde a Zidane, por lo tanto, hacer triunfar una apuesta del club o seguir viéndole como un chico en formación con el que puede contar para las rotaciones. Y, hasta hoy, es más lo segundo que lo primero. A Zidane le convence Rodrygo, pero es el primero que, lógicamente, no lo ve como Neymar. Algo similar sucedió con Lopetegui cuando llegó al Madrid y dijo aquello de que Vinicius estaba en cocción y no sentó bien en el club. Tanto Vinicius como Rodrygo han tenido que jugar partidos con el Castilla.

placeholder Kubo encara a Pjanic en el Camp Nou. (Efe)
Kubo encara a Pjanic en el Camp Nou. (Efe)

En esta situación de incomodidad se puede encontrar Unai Emery si Kubo empieza a ser una carga para su proyecto. El chico que se formó en La Masía y cambió el Barça por el Real Madrid llega con el sello de cesión estrella al Villarreal. Esto le importa bien poco a un entrenador que elige a los jugadores que están más hechos y considera que le dan un rendimiento inmediato. Por el japonés hubo varios clubes interesados en hacerse con el préstamo este verano. Entre ellos el Bayern de Múnich, que ponía sobre la mesa 7 millones de euros para quedárselo una temporada. Pero el Madrid vio que era un rival directo en la Champions y entendió que en el Villarreal se podían dar las mismas circunstancias que llevaron a Odegaard de la Real Sociedad a estar en la plantilla de Zidane. Todavía es muy pronto para hacer el balance de Kubo, pero las dudas del Madrid son la carga que tiene Emery.

Así podríamos seguir con el resto de jóvenes talentos que ha fichado el Real Madrid. ¿Son una carga para los entrenadores? Por las decisiones que ha ido tomando Zidane es evidente que no quiere asumir más riesgos de los necesarios con los jóvenes. Ni ha querido quedarse con Vallejo (el nombrado como el sucesor de Sergio Ramos), que sigue cedido en el Granada, ni tampoco con Brahim Díaz, al que ha enviado al Milan, y elige antes a Lucas Vázquez o Isco. Zidane recomendó, incluso, a Luka Jovic que mirara otro equipo en el que pudiera tener más minutos. No le importaba quedarse antes con Borja Mayoral. Jovic sigue siendo un melón por abrir para un entrenador que prioriza el mejor sistema para Benzema. Y, por lo que se ha visto en este inicio de Liga, los dos partidos que han jugado juntos Benzema y Jovic no han sido un éxito.

Zidane es conservador

El problema no es solo que Unai Emery utilice poco a Kubo sino que el propio Zidane le da la razón cuando prefiere ir despacio con los jóvenes y siempre elige en sus planes a los veteranos como si se tratara de un seguro de vida. Si no es así no se entiende porqué mantiene a Marcelo en la plantilla para hacer pareja de intercambio con Mendy en el lateral izquierdo y no eligió a Reguilón. Fede Valverde lo tiene muy claro cuando dice que “correré hasta que me revienten las piernas”. El uruguayo conoce lo que quiere Zidane. Energía y despliegue físico. Pero no es el elegido en el centro del campo (Casemiro, Kroos y Modric) que tanto le ha dado al técnico francés. Modric (35 años) es el centrocampista que más minutos ha jugado en los cuatro partidos de Liga.

En todos los casos se da una misma circunstancia. Ninguno de los jóvenes talentos son canteranos del Real Madrid. Tampoco Odegaard, pese a que llegara en plena adolescencia. Tuvo que salir cedido a Holanda y San Sebastián para formarse. Un canterano nunca sería una carga para un entrenador ni tampoco para un club que ha gastado tanto dinero en una perla traída del extranjero. Igual que Rodrygo y Kubo sienten la necesidad de demostrar que tienen nivel para triunfar en el Real Madrid, en el club aguardan que la cosecha dé sus frutos como en su día sucedió con Casemiro. Es el último jugador que llegó como un desconocido, empezó en el filial, salió al Oporto y regresó era consolidarse en el primer equipo.

La presión que soportan los jóvenes jugadores del Real Madrid se refleja en declaraciones como las que hace Rodrygo en la concentración de la Selección brasileña. “He tenido la carga de ser el nuevo Neymar, pero no quiero serlo”, respondió el madridista para quitarse un peso de encima. En el fútbol predominan las comparaciones cuando se trata de asemejar a un talento precoz con una estrella y esta cantidad de chicos que forman lo que se conoce como la nueva política de ‘jóvenes talentos’ en el Real Madrid sufren con las semejanzas y la gestión de sus minutos. Se sienten permanentemente examinados, necesitan justificar su fichaje, pero no son los únicos responsables de su éxito o el fracaso. Rodrygo sabe bien lo que dice. Se ha sincerado. Si el Real Madrid lo fichó fue con la esperanza de que sea el nuevo Neymar.

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