El Sevilla pincha la burbuja del Barça de Koeman (1-1)

Al aficionado del Barça que esté ahora atribulado porque su equipo haya empatado con el Sevilla habría que recordarle que el 14 de agosto, hace menos de dos meses, su equipo cayó delante de medio mundo por un vergonzoso 2-8 ante el Bayern de Múnich en Lisboa. No se puede pasar de eso, del ridículo, de la nada, al todo en tan poco tiempo. Sí, se ha pinchado algo la burbuja en la que estaba el Barcelona después del buen comienzo de Liga frente al Villarreal y el Celta, pero es que el Sevilla es, por ahora, mejor que todos ellos, está más trabajado y lleva más tiempo con un entrenador que sabe lo que quiere y que no se arruga. El Barça se enfrentó a un equipo, en fin, con cara y ojos, y los culés están en plena reconstrucción con un nuevo técnico, Koeman, que está en ello.

Fue un partido sin control, con dos equipos verticales que renunciaron a menudo al control, pero que no especularon con la pelota, con alternativas constantes, con ocasiones para ambos contrincantes. Con intensidad, presión y transiciones rápidas. Fue un partido entretenidísimo, vaya. A los ocho minutos De Jong adelantó al Sevilla después de un saque de córner en corto, dos minutos después empató Coutinho gracias a un pase largo de Messi que buscaba a Alba y que Navas rechazó para asistir al brasileño. Tablas de nuevo y no se había llegado ni al cuarto de hora.

El único cambio de Koeman fue el de Araujo por el sancionado Lenglet y el equipo fue reconocible. En el primer examen serio, recién comenzada la temporada, se notó que el Sevilla está más cuajado, pero el Barça no hizo nada diferente a lo que ya ensayado ante el Villarreal y el Celta: la presión, la verticalidad, la seriedad defensiva, la implicación colectiva… Todo fue calcado. La idea de Koeman está, existe, pero enfrente no había un cualquiera, sino el actual campeón de la Europa League.

Koeman deja claro qué quiere

Más allá del sistema o apostar por casi el mismo once en los tres partidos justo antes del parón por los compromisos con las selecciones, el técnico holandés volvió a demostrar qué es lo que quiere y con quién. Con un marcador incierto, en el minuto 61 volvió a sentar a Griezmann y a Ansu Fati para dar entrada a Trincao y Pedri. Es decir: que Dembélé lo tiene difícil y Griezmann es el elegido por sistema para irse al banquillo de primeras porque sigue sin encontrar su sitio. De Ansu Fati, que sigue teniendo 17 años igual que hace una semana, la noticia está en que esta vez no marcó un gol en la primera que tuvo en el minuto 29.

Con un marcador incierto, Koeman volvió a sentar a Griezmann y a Ansu Fati para dar entrada a Trincao y Pedri

Lopetegui también movió ficha y los cambios de Munir y, sobre todo, de En-Nesyri por Suso y Ocampo le dio vida a su equipo. El marroquí tardó tres minutos desde que saltó al terreno de juego en mandar un balón al palo y fue un peligro constante, pero pese a la sensación de que el Sevilla podía sentenciar en cualquier momento, fue el equipo de Koeman el que dispuso de las mejores ocasiones con dos disparos de Messi y Trincao que atajó Bono y una última jugada para la polémica en la que Diego Carlos derribó a Messi en el área en el 93’ y que ni el árbitro, ni el VAR, reconocieron como penalti.

Pelota a tierra. Este Barça está empezando y asimilando las ideas del nuevo entrenador. Es la jornada 3 y ante un rival exigente. A este equipo no se le puede pedir ya, ahora, que mande y domine en un encuentro así porque no tendría lógica. El 14 de agosto Gerard Piqué afirmó que habían tocado fondo después del 2-8; mes y medio después no se le puede pedir peras al olmo, pero que sirva también como aviso de que por mucho interés que le pongan, y le ponen, hace falta más, mucho más. Para la liga, igual que en pasadas temporadas, les vale más o menos. Es probable que estén ahí juntitos en la tabla de clasificación durante la campaña con el Madrid o el Sevilla, pero aún queda un largo camino por delante para volver a acercarse a la excelencia.