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La revolución del Barça es Ansu Fati (4-0)
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GOLEA AL VILLARREAL EN EL CAMP NOU

La revolución del Barça es Ansu Fati (4-0)

Los de Koeman se impusieron sin grandes problemas al Villarreal en un recital de Ansu Fati, que metió dos goles

Foto: Ansu Fati celebra un gol contra el Villarreal. (Reuters)
Ansu Fati celebra un gol contra el Villarreal. (Reuters)

Han pasado 44 días después del 2-8 ante el Bayern de Múnich que puso al Barça patas arriba. Inmediatamente después del ridículo, salió Josep Maria Bartomeu a anunciar una revolución, unos cambios que según él ya estaban pensados de antes y que llevarían a cabo sin que les temblara el pulso. Después de ver el debut del FC Barcelona en la Liga frente al Villarreal, la revolución tiene nombre y apellido: Ansu Fati. Nada ilusiona más al aficionado culé que el canterano y tiene motivos de sobra para ello. Ansu Fati es, ahora mismo, la gran esperanza del barcelonismo para remontar el vuelo a pesar de Bartomeu, de la moción de censura, de los palos de Messi a la directiva y de la perenne nube gris que no hace más que jarrear agua encima del Barça.

Tiene solo 17 años, ya ha debutado con la selección española convirtiéndose en el goleador más joven de la historia y con la marcha de Luis Suárez (que debutó con dos goles con el Atlético) parece tener hueco fijo ya en el primer equipo. En su primer partido con su nuevo dorsal, el 22, y con ficha de primera, Ansu Fati fue la estrella. No solo mira a puerta sin complejos, sino que encuentra la red con una facilidad pasmosa. Marcó el primero en el minuto 15’ después de un pase atrás ‘made in Jordi Alba’ desde la línea de cal. Cuatro minutos después anotó el segundo. Y en el 33’ provocó un penalti porque Mario Gaspar no vio mejor solución que derribarle dentro del área. Lo marcó Messi, que incluso sonrió un poco. En el único tanto en el que no tuvo nada que ver fue en el cuarto justo antes del descanso que Pau se marcó en propia puerta ante la amenaza de Busquets que andaba cerca. Es decir, casi todo lo que sucedió en el Barça en la primera parte llevó su firma.

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El toque de Koeman

Con el mismo once que utilizó en el Gamper, Koeman tiene claro lo que quiere: un 4-2-3-1 de esquema táctico, un Barça más vertical, presión intensa y recuperación rápida de balón. Y todo eso lo cumplió su equipo. Es cierto que el Villarreal de Emery dio muchas facilidades, pero en el conjunto culé hay una idea que se ejecuta correctamente tal y como el entrenador tiene previsto. Tiempo habrá para saber si con esto es suficiente como para que no les vuelvan a pintar la cara en cuanto abandonan el campeonato nacional y compiten en Europa, pero el Barça da señales de vida y eso ya es algo.

Es justo destacar el buen partido de Jordi Alba, intenso y profundo, y a un Coutinho que ya no parece perdido

Con el 4-0 del descanso, la incógnita era si se echarían a dormir en la segunda parte como solían. No fue así, el rigor táctico continuó indemne, aunque lógicamente el ritmo bajó. Aunque Ansu Fati lo eclipsara todo, es justo destacar el buen partido de Jordi Alba, intenso y profundo, y a un Coutinho que ya no parece perdido, sino encajado. ¿Y Messi? Pues dispuso de buenas ocasiones que desbarató Asenjo, se entiende con Ansu Fati y aunque empezó con cara de acelga, poco a poco se fue animando, se olvidó momentáneamente de que él no quería estar ahí y hasta sonrió de vez en cuando. No es el Leo eléctrico, omnipresente y omnipotente, pero está.

Al final tuvieron minutos Dembelé, Pjanic, Pedri y Trincao. El francés es una incógnita, el bosnio un seguro por su experiencia, y los dos jóvenes un melón por abrir, pero el que ha estallado en toda su gloria es Ansu Fati. La única buena noticia genuina y no tamizada, ni prefabricada por la maquinaria del club, es un chaval que tiene pinta de convertirse en estrella si no se rompe por el camino. Teniendo en cuenta que hace 44 días en Lisboa todo se fue al garete, no es una mala manera de empezar, de renacer. Al menos, es una ilusión.

Han pasado 44 días después del 2-8 ante el Bayern de Múnich que puso al Barça patas arriba. Inmediatamente después del ridículo, salió Josep Maria Bartomeu a anunciar una revolución, unos cambios que según él ya estaban pensados de antes y que llevarían a cabo sin que les temblara el pulso. Después de ver el debut del FC Barcelona en la Liga frente al Villarreal, la revolución tiene nombre y apellido: Ansu Fati. Nada ilusiona más al aficionado culé que el canterano y tiene motivos de sobra para ello. Ansu Fati es, ahora mismo, la gran esperanza del barcelonismo para remontar el vuelo a pesar de Bartomeu, de la moción de censura, de los palos de Messi a la directiva y de la perenne nube gris que no hace más que jarrear agua encima del Barça.

Josep Maria Bartomeu Ansu Fati