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El Sevilla aguanta al Bayern hasta la prórroga antes de perder la Supercopa de Europa (2-1)
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Javi Martínez marcó el 2-1 definitivo

El Sevilla aguanta al Bayern hasta la prórroga antes de perder la Supercopa de Europa (2-1)

Los andaluces resisten durante 103 minutos a la fabulosa maquinaria alemana en un partido muy meritorio, casi heroico, del equipo de Lopetegui

Foto: Javi Martínez celebra el 2-1 rodeado de compañeros. (EFE)
Javi Martínez celebra el 2-1 rodeado de compañeros. (EFE)

El Bayern es una apisonadora, pero el Sevilla es un tanque. El hexacampeón de la Liga Europa perdió este jueves en Budapest ante el mejor equipo del mundo la Supercopa de Europa, pero defendió su camiseta y su prestigio durante 120 minutos emocionantes en los que, de paso, preservó también el honor del fútbol español 41 días después del sonrojante 8-2 bávaro ante el Barcelona de Lionel Messi.

El Bayern, que había ganado todos los partidos disputados en la última Champions League, demostró de nuevo ser una potencia deslumbrante en la final de la Supercopa. Probablemente, jamás esperó encontrarse un Sevilla tan competitivo en el que era su primer partido oficial de la temporada, pero los andaluces son ya un equipo acostumbrado a partidos de máximo calibre: aguantaron el combate hasta la prórroga y ofrecieron un partido valiente y aguerrido como si fuese en blanco y negro, al límite de su resistencia.

Su capitán, el eterno Jesús Navas, personificó la capacidad y la entrega del trabajadísimo equipo de Lopetegui. De su pie derecho había nacido la jugada del 1-0, prolongada magistralmente por De Jong para la entrada de Rakitic (y el justito penalti al croata que convirtió Ocampos en el minuto 12). Fue un momento extraño: el rodillo de Baviera se encontraba en un escenario prácticamente inédito, por debajo en el marcador después de treinta y pico partidos sin perder, después de un buen inicio de encuentro. Resultó ser un espejismo: durante el resto de la primera parte, los alemanes avasallaron al Sevilla, cuyos aficionados se acordaron mucho más de los ausentes Banega y Reguilón que los alemanes de Thiago Alcántara.

Excelencia táctica y poderío físico

El Bayern, con el ritmo más alto de Europa, tuvo ocasiones durante todo el encuentro: una combinación prodigiosa de disciplina colectiva, fortaleza física, excelencia táctica y calidad individual. Su primera parte fue fabulosa, y terminó 1-1 de forma casi milagrosa (empató Goretzka en el minuto 34 tras asistencia de Lewandowski). No obstante, los sevillistas lograrían mantener el empate hasta el minuto 103 de toda forma imaginable: gracias al portero Bounou, a defensores providenciales con el guardameta vencido, al árbitro, al VAR... Jamás entregaron la cuchara, y lograron incluso domar el partido durante el primer cuarto de hora de la segunda mitad, inspirados por la salida al campo de Óliver Torres y sostenidos por el constante drama de Ocampos, la capitanía de Navas, la solvencia de Fernando y sus centrales.

placeholder Ocampos conduce un balón ante Alaba. (Reuters)
Ocampos conduce un balón ante Alaba. (Reuters)

Después del minuto 70, el tablero del juego se inclinó definitivamente hacia la portería de Bounou, con los andaluces extenuados (cuando no acalambrados) tras una pretemporada tardía y corta. Un esfuerzo memorable el del cuadro de Lopetegui frente a la maquinaria más potente del planeta futbolístico, gozando incluso de una clarísima oportunidad final: pudo ganar en el 88, con 1-1, cuando Neuer le detuvo un balón a En-Nesyri, que corría solo ante la gloria eterna. (Por supuesto, tras un pase de Navas).

El gol de Javi Martínez

Después del pitido final y de los masajes agónicos del entretiempo, el solo hecho de llegar a la prórroga ya consagraba la gesta del Sevilla ante el campeón de Europa. El marroquí En-Nesyiri seguía generando inquietud con su frescura arriba y el Bayern sentía la incertidumbre por primera vez en una noche en la que siempre se había sentido vencedor. Sin embargo, los alemanes dirigieron las actividades desde el inicio del tiempo adicional: un ataque tras otro, acaudillados por Müller, con ambos equipos agotando sus cambios en busca de energía.

Fue precisamente el español Javi Martínez (cuya próxima salida del equipo se rumorea con insistencia) quien halló por fin puerta en el minuto 103 con un cabezazo tras un flojo rechace de Bounou. Un resultado justo, pero corto, que animaba al Sevilla a quemar sus naves en el área de Neuer. Al final, la lógica deportiva se impuso. El Bayern de Múnich es justo supercampeón de Europa. No hay, sin embargo, un equipo español más respetado hoy día en Europa que el Sevilla.

placeholder El Bayern ha ganado todos los títulos disputados esta temporada. (Reuters)
El Bayern ha ganado todos los títulos disputados esta temporada. (Reuters)

Un tercio de gradas ocupadas

Fue, por cierto, el primer partido europeo con público en más de seis meses (y en pleno rebrote del coronavirus). Solo 500 sevillistas en las gradas, todos con su PCR negativa, en una 'prueba piloto' de la UEFA que parlamentarios del Partido Socialista Húngaro habían calificado de "experimento humano". ("No lo terminamos de comprender", dijo incluso el técnico del Bayern, Hansi Flick). Dentro de 10 días, podrá comprobarse la inteligencia de la decisión, rechazada por el alcalde de la capital húngara.

El Bayern es una apisonadora, pero el Sevilla es un tanque. El hexacampeón de la Liga Europa perdió este jueves en Budapest ante el mejor equipo del mundo la Supercopa de Europa, pero defendió su camiseta y su prestigio durante 120 minutos emocionantes en los que, de paso, preservó también el honor del fútbol español 41 días después del sonrojante 8-2 bávaro ante el Barcelona de Lionel Messi.

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