La huida de Messi empobrece a las clases media y baja del fútbol español
La marcha de las estrellas (Neymar, Cristiano, Messi...) deprecia el producto del fútbol español y los derechos televisivos de LaLiga, de los que viven muchos clubes en Primera y Segunda
El 3 de agosto de 2017 comenzó la pandemia más temida por Javier Tebas para su 'business' en LaLiga: la huida de 'cracks' del fútbol español. Ese día, Neymar pagó su cláusula de rescisión, que ascendía a 222 millones de euros, y se marchó al Paris Saint-Germain a que le masajearan el ego en una liga menor. Al menos ese fue el diagnóstico generalizado ante el movimiento inesperado del brasileño, icono de Nike. El pasado domingo, Ney llegó a acariciar las orejas de la Champions en Lisboa con el PSG.
Un año después, el 10 de julio de 2018, el divorcio entre Cristiano Ronaldo y Florentino Pérez terminó con el traspaso del portugués a la Juventus. 105 millones, cantidad similar a la que pagó el Real Madrid por Gareth Bale (ojito derecho del presidente), certificaron la marcha a Turín del portugués. A cambio, o al menos esa era la intención, el 7 de junio de 2019 se cerraba la llegada del belga Eden Hazard al Bernabéu. Anunciado con honores galácticos, un año después no hay comparación posible entre Hazard y el legado de Cristiano, ni en lo deportivo ni mediáticamente hablando. Cristiano se llevó consigo más de 30 patrocinios ligados a su persona. Hazard llegó a Madrid con 80 kilos, los cuales les costó rebajar casi tres meses. Y cuando comenzaba a coger velocidad de crucero, las lesiones le lastraron para completar un año de debut en el que se ha parecido más a Bale que a Cristiano.
La negativa este domingo, 29 de agosto, de Messi de iniciar la pretemporada con el Barcelona para irse al Manchester City significará la huida del último 'crack' del fútbol español. Eso explica la irrupción de Javier Tebas, presidente de LaLiga, con un comunicado amenazando a Messi con no tramitar su carta de libertad si no paga los 700 millones de su cláusula de rescisión. Un brindis al sol tratando de frenar la marcha de la última estrella de nuestro fútbol, que se ha ido descapitalizando progresivamente desde aquel 3 agosto de 2017. Una secuencia que conlleva consecuencias desastrosas para todos los estamentos del fútbol español, e incluso de nuestro deporte, debido al mecenazgo que ejerce sobre otros deportes con la iniciativa LaLiga4Sports.
Impacto comercial y mediático
La marcha de Neymar, Cristiano y la inminente de Messi provocan que LaLiga pierda su tirón comercial y mediático, lo que repercutirá inevitablemente en el precio de los derechos de televisión. Esta temporada se ha logrado terminar con Tebas echándose al monte frente al coronavirus con la connivencia del Gobierno (pan y circo), lo que ha permitido cobrar los derechos de televisión y salvar la maltrecha economía de los clubes. En este ejercicio 2019-20, estaba planificado el reparto de 2.117 millones de euros entre los 42 equipos de Primera y Segunda División, por los 1.686 millones que repartió LaLiga el año anterior. De esa cantidad, los derechos audiovisuales equivalen al 42% de la cifra de negocio de LaLiga, según revelaba el medio especializado en finanzas y deporte 'Palco 23'.
Los equipos españoles compiten en inferioridad de condiciones con los de la Premier League cuando acuden al mercado porque un recién ascendido como el Leeds dispone de más ingresos por televisión que el Atlético de Madrid. Y esa tendencia aumenta con el paso de los años. La marcha de los 'cracks' hace que el valor del fútbol español como producto se deprecie y los derechos televisivos disminuyan tanto en los ingresos de los operadores nacionales como en el de los internacionales. De ahí que la marcha de Messi vaya a hacer daño al bolsillo de los equipos de clase media y al de los más humildes.
En la temporada 2018-19, el Real Madrid fue el equipo que más ingresó por derechos televisivos (166,5 millones), por los 155,3 del Barcelona y los 119,2 del Atlético. Entre la clase media, aparecían equipos como Athletic (74,8), Villarreal (74,3), Betis (62,3) o Real Sociedad (59,1). Y los clubes más modestos recibían como agua de mayo los casi 50 millones que ingresaban: Alavés (49,9), Levante (49,5), Girona (48,6), Valladolid (47,6), Leganés (47,6), Rayo Vallecano (47,4) o Huesca (44,2). La marcha de Messi resta atractivo al producto y reduce el coste de estos derechos en una Liga que con la pérdida de poder económico pierde además competitividad deportiva. El fiasco de los equipos españoles en esta edición de la Champions es un síntoma inequívoco de ello. Los equipos de clase media y los más humildes apuestan por un mercado barato con jugadores libres y cesiones, lo que termina rebajando el nivel de la competición y el atractivo de LaLiga para compradores de derechos e inversores.
Fuera del circuito del petrodólar
España además está fuera del circuito del petrodólar, ya que aquí no hay clubes de Primera gobernados por inversores del golfo Pérsico o con fondos de inversión y gobiernos respaldando su apuesta deportiva, caso del PSG o del Manchester City. Messi y Cristiano han disfrutado de su madurez futbolísticamente en España, pero aún siguen siendo competitivos y, sobre todo, muy rentables. El fichaje de Messi por los 'citizens' es una operación que Ferrán Soriano, CEO del City, siempre ha defendido que dispararía los ingresos del club. En Abu Dabi saben de la trascendencia económica que tiene que Messi sea jugador del City durante el Mundial que se jugará en Qatar en 2022.
La marcha de Messi supondrá un golpe devastador para el Barcelona, un club con 1.000 millones de presupuesto anual y acuerdos de patrocinio por más de 230 millones de euros anuales, según recogía la revista 'Forbes'. Entre ellos, dos contratos que afrontan su último año y que sin Messi peligran seriamente. Uno es con Rakuten, que abonará 55 millones más variables (cinco por ganar la Champions y 1,5 por la Liga). El otro, con Beko, es de 19 millones anuales. La huida de Messi es una mala noticia hasta para Hacienda, que perderá una tributación anual de 50 millones, a los que debe sumar otros 40 de Cristiano y algo más de 20 que dejaba en caja Neymar.
Hoy, el fútbol español tiene que conformarse con vender un cartel con un Griezmann apocado, un Hazard pasado de peso y un Joao Félix al que se le espera. El único sitio en el que la Liga mantiene su poderío es en la portería, donde Oblak, Ter Stegen y Courtois se codean con Allison y Neuer. Se marcha Messi y eso, que aliviará a muchos defensas rivales, será una pésima noticia para el bolsillo de nuestro fútbol. Seremos más pobres futbolística y financieramente. Lo que explica el farol de Tebas advirtiendo de que no le dará la carta de libertad a Messi. Y no hemos hablado del impacto del coronavirus...
El 3 de agosto de 2017 comenzó la pandemia más temida por Javier Tebas para su 'business' en LaLiga: la huida de 'cracks' del fútbol español. Ese día, Neymar pagó su cláusula de rescisión, que ascendía a 222 millones de euros, y se marchó al Paris Saint-Germain a que le masajearan el ego en una liga menor. Al menos ese fue el diagnóstico generalizado ante el movimiento inesperado del brasileño, icono de Nike. El pasado domingo, Ney llegó a acariciar las orejas de la Champions en Lisboa con el PSG.
Un año después, el 10 de julio de 2018, el divorcio entre Cristiano Ronaldo y Florentino Pérez terminó con el traspaso del portugués a la Juventus. 105 millones, cantidad similar a la que pagó el Real Madrid por Gareth Bale (ojito derecho del presidente), certificaron la marcha a Turín del portugués. A cambio, o al menos esa era la intención, el 7 de junio de 2019 se cerraba la llegada del belga Eden Hazard al Bernabéu. Anunciado con honores galácticos, un año después no hay comparación posible entre Hazard y el legado de Cristiano, ni en lo deportivo ni mediáticamente hablando. Cristiano se llevó consigo más de 30 patrocinios ligados a su persona. Hazard llegó a Madrid con 80 kilos, los cuales les costó rebajar casi tres meses. Y cuando comenzaba a coger velocidad de crucero, las lesiones le lastraron para completar un año de debut en el que se ha parecido más a Bale que a Cristiano.
La negativa este domingo, 29 de agosto, de Messi de iniciar la pretemporada con el Barcelona para irse al Manchester City significará la huida del último 'crack' del fútbol español. Eso explica la irrupción de Javier Tebas, presidente de LaLiga, con un comunicado amenazando a Messi con no tramitar su carta de libertad si no paga los 700 millones de su cláusula de rescisión. Un brindis al sol tratando de frenar la marcha de la última estrella de nuestro fútbol, que se ha ido descapitalizando progresivamente desde aquel 3 agosto de 2017. Una secuencia que conlleva consecuencias desastrosas para todos los estamentos del fútbol español, e incluso de nuestro deporte, debido al mecenazgo que ejerce sobre otros deportes con la iniciativa LaLiga4Sports.
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