¿Mascarillas en el deporte de competición? "Solo LaLiga puede pagar los test PCR"

La incertidumbre generada por el coronavirus en el deporte español se convierte poco a poco en ansiedad. La nueva temporada del fútbol profesional no tiene calendario a dos semanas de su teórico comienzo, y el Consejo Superior de Deportes ha comprendido por fin que nadie más puede desbloquear el conflicto creado entre la Liga y la Federación por el 'caso Fuenlabrada'. Sin embargo, y a pesar de que sus cuitas aparezcan menos en la prensa, es el fútbol 'pobre' quien tiene problemas verdaderamente graves. Al igual que el resto de los deportes de equipo (baloncesto, rugby, balonmano, etc.), el fútbol de Segunda División B y Tercera, el fútbol femenino y el fútbol sala llevan semanas reclamando a gritos una solución que permita dar inicio a los campeonatos y no poner en peligro la viabilidad económica de muchos clubes. (Un dato: la Primera División Femenina española es la única que no tiene fecha de inicio en los principales países de la Unión Europea. En Italia, de hecho, ya ha comenzado).

La inquietud no es sólo cuánto tardará el Consejo Superior de Deportes (CSD) en redactar un protocolo sanitario único: para todas las competiciones deportivas y en cualquier parte del territorio nacional. (Ahora mismo hay planes regionales dictados por las Comunidades Autónomas, pero los campeonatos incluyen constantes desplazamientos interautonómicos, con lo que tienen poca utilidad). La gran incógnita es la siguiente: una vez que exista ese codiciado protocolo, ¿quién lo va a pagar? ¿Cómo van a sufragar los equipos de Segunda B, Tercera, fútbol femenino, fútbol-sala, etc, sus tests? ¿Y los equipos de deportes y ligas con recursos infinitamente inferiores a los del fútbol profesional (como la de rugby, balonmano, etc.)?

"Absolutamente imposible"

"Con cinco millones de euros no haces ni un fin de semana de competición, ¿entiendes?". (La persona que dice estas palabras está entre las diez con mayor conocimiento e influencia en el deporte español de los últimos 25 años). "Cada test cuesta aproximadamente 50 euros. Sólo en Segunda División B hay 102 equipos, con veintitantas personas por expedición. Haz los números... Pongamos que son 3.000 personas, redondeando. ¿Por 50 euros cada una? 150.000 euros. Añádele luego la Tercera División. Otro tanto. El fútbol femenino, el fútbol sala, las diferentes categorías... Te cuesta a lo mejor un millón de euros el fin de semana sólo el fútbol. Con muchísimos equipos que ahora mismo no tienen casi ni para empezar la liga. ¡Y luego están todos los demás deportes! No hay dinero para pagar eso... Es imposible. Sólo los equipos de Primera, y la mayoría de Segunda, y unos pocos de Segunda B... Pero nadie más. Ni siquiera la ACB".

El diagnóstico es incluso más pesimista que el de las federaciones y clubes (especialmente el fútbol no profesional), que vienen criticando al Consejo Superior de Deportes por la ausencia de soluciones en un asunto en el que no hay arreglo fácil. "Tenemos un problemón extraordinario", afirman fuentes de una de las federaciones más importantes. "Se lo hemos dicho muy claro al Consejo Superior de Deportes: no podemos pagar los tests. Así de sencillo. No te digo que no puedas pagar a lo mejor una PCR para una carrera de un día con 180 atletas; pero en los campeonatos nacionales es imposible".

"Tests superrápidos y súperbaratos"

En el documento de 48 páginas que nueve federaciones y el Comité Olímpico Español hicieron llegar recientemente al CSD hay propuestas sorprendentes, como la posibilidad de competir con mascarillas. Pero el ingrediente clave, en palabras de dos altos cargos del olimpismo, es encontrar "un test superrápido y súperbarato". Los tests a "a precio de la Liga" son inviables: aproximadamente 80 euros por una PCR a cada jugador. El objetivo es proveerse de un test "rápido que cueste sencillo entre 6 y 8 euros".

Aunque se lograse un test válido y útil a ese precio, que no parece probable (y generaría un posible agravio comparativo con otros deportistas), hay equipos y federaciones que no pueden permitirse ni eso para una temporada entera. Las federaciones esperan conseguir que alguien asuma los costes, al menos en parte. "El CSD podría sacar un presupuesto extraordinario", indican estas fuentes.

La RFEF se inhibe

La Federación Española de Fútbol, que gestiona todas las ligas de fútbol menos Primera y Segunda División, delega toda responsabilidad en el Consejo Superior de Deportes (y asegura no tener ninguna opinión sobre quién debería poner el dinero). En el entorno de la Liga se piensa que la Federación quiere cargar parte de los gastos a la Liga vía imposición del CSD (como sucedió en el Pacto de Viana firmado la primavera pasada). El malestar en los clubes de la Liga ante el retraso de los calendarios y el conflicto del Fuenlabrada crece en un contexto de recesión, bajada de sueldos de los futbolistas e incluso algún ERE, como el del Málaga. El presidente del Getafe, Ángel Torres, denunció el lunes en Onda Cero un "chantaje": "¿No será también un buen momento para apretar a los clubes profesionales e intentar que paguen también los protocolos sanitarios del resto?"

¿Es posible competir con mascarilla?

Las fuentes federativas consultadas admiten que hacer deporte con mascarilla es "muy dificultoso, pero entre no hacer deporte y hacerlo con mascarilla..." "Aquí el problema es que hay que salvar el deporte: en el aspecto deportivo y en el aspecto económico. Hay muchísimas familias y empresas que viven del deporte. Pequeños autónomos... ¿Qué hacen? ¿Cerrar?"

Parece improbable que las mascarillas sean la solución al inicio de los campeonatos nacionales, pero los retrasos ya hacen temblar económicamente a muchos clubes, y la ansiedad es claramente perceptible. "Estamos a punto de la quiebra y el Consejo no hace nada", señala en conversación con este periódico Felipe Llamazares, director general de la Cultural Leonesa (Segunda B), para quien la única solución es dividir la Liga en dos: "Una para los que pueden competir ya y otra para los que no. Nosotros podemos pagar los tests. Si no, vamos al desastre absoluto".

Este jueves hay una reunión entre la Liga y la Federación, forzada por el CSD, en la que su presidenta, Irene Lozano, ha "garantizado" que habrá calendarios para la nueva temporada de fútbol. Una promesa valiente: el conflicto entre RFEF y la Liga (que a su vez se ha enemistado con la propia Lozano) está tan caliente que un alto representante deportivo lo describe como "tratar de llegar a un acuerdo a la vez con Podemos y Vox".

"Con menos patrocinadores y sin taquillas no sobrevivimos"

En cuanto a los deportes menos ricos, sus responsables buscan urgentemente una solución "súperbarata y súperrápida" que no implique la suspensión de las competiciones y la consiguiente hecatombe económica en el sector. "Con menos patrocinadores y sin taquillas no sobrevivimos", afirma otro dirigente de Segunda B. Lo mismo pasa con Tercera, las dos primeras divisiones del fútbol femenino y el fútbol sala. La AFE, el principal sindicato de futbolistas, sostiene que hay ya 6.000 puestos de trabajo en peligro si la competición no empieza este otoño. A todo ello se añade que la mayoría de los clubes no pueden pagar los tests disponibles hoy. No hay dinero para que los deportistas tengan los mismos protocolos que los futbolistas de Primera y Segunda División. El panorama deportivo es bastante más sombrío de lo que parecía hace dos meses.