Coutinho, el peor negocio del Barça y el morbo de que sea su verdugo en Lisboa
El brasileño, el fichaje más caro de la historia del club catalán, se cruza en su camino en los cuartos de final de la Champions, mientras las opciones para encontrar destino se agotan
La tarde del 3 de agosto de 2017, el abogado valenciano Juan de Dios Crespo se personó en representación de Neymar en las oficinas del FC Barcelona con un cheque por importe de 222 millones de euros que entregó al director general del club catalán, Òscar Grau. El delantero brasileño había decidido aceptar la oferta del Paris Saint-Germain y pagar su cláusula de rescisión. Deportivamente el golpe fue muy duro para el Barça, de manera especial para Messi, y dejó muy tocado el orgullo de los culés.
Ya fuera fruto del desconcierto o de la necesidad de minimizar daños, tres semanas después Josep Maria Bartomeu se gastó 105 millones de euros, más 40 en variables, en el fichaje de Ousmane Dembélé, una promesa de 20 años que había destacado en el Borussia Dortmund, donde un año antes había recalado procedente del Rennes por 15 millones. Sin embargo, las continuas lesiones del francés, la mayoría de ellas musculares, le tuvieron tres meses parado, de ahí que en enero de 2018 llegara al Camp Nou Philippe Coutinho.
Esta vez el Barcelona cerró un acuerdo con el Liverpool por 160 millones de euros, de los cuales 120 fueron fijos y los otros 40 en variables, la mayor parte de fácil cumplimiento, de ahí que Transfermarkt cifre ya la operación en 145. De este modo, el brasileño se ha convertido ya en el fichaje más caro de la historia del club catalán, por delante del citado Dembelé, 138 millones entre los 105 fijos y los 40 en variables, y el de Antoine Griezmann, por el que el Barça pagó el verano pasado los 120 millones de su cláusula de rescisión.
Es decir, que tras ingresar 222 millones por Neymar, Bartomeu fichó a tres jugadores por valor de 403, un caso que, salvando las distancias, recuerda a lo sucedido en el año 2000, cuando el recién elegido presidente Joan Gaspart se gastó más de 80 millones de euros en Overmars (Arsenal), Petit (Arsenal), Alfonso (Betis) y Gerard (Valencia) con los poco más de 60 de la cláusula de rescisión de Luis Figo que pagó Florentino Pérez tras su llegada a la presidencia del Real Madrid.
El problema es que ni Dembelé, en su caso por un grave problema con las lesiones, ni Coutinho, al que penalizó tener que adelantar su posición, ni hasta la fecha tampoco Griezmann han conseguido hacer olvidar a Neymar. Sin duda, el peor negocio ha sido el del brasileño, quien tras una temporada y media en la que jugó un total de 76 partidos, el verano pasado fue cedido al Bayern de Múnich, donde suma 35 encuentros, entre ellos 8 de la Champions, competición en la que este viernes se reencontrará con su equipo en Lisboa (21:00 horas). Sobra decir el morbo que tiene este partido con la presencia de Coutinho en el equipo alemán hasta el 31 de agosto y una inasumible opción de compra de 120 millones.
Arsenal, la opción menos mala
Así las cosas, y a la espera de lo que suceda este viernes en Estadio Da Luz, el futuro de Coutinho parece estar fuera del Barça, aunque es complicado saber dónde. El primer destino previsto para buscar una salida a Coutinho era el Newcastle, que iba a ser comprado por un multimillonario fondo de Arabia Saudí y pensaba invertir en fichajes de grandes jugadores como el brasileño e, incluso, se habló del interés por el madridista Gareth Bale. Sin embargo, unas investigaciones al Saudi Public Investment Fund, PCP Capital Partners y RB Sports & Media paralizaron la operación y los inversores finalmente retiraron su oferta de 330 millones.
La segunda opción era el Leicester, donde Coutinho cuenta con el aval de quien fuera su entrenador en el Liverpool, Brendan Rodgers. Sin embargo, el hecho de que el equipo propiedad de la familia Srivaddhanaprabha no se haya clasificado para la Champions le ha dejado sin unas ganancias mínimas de 50 millones de libras, de ahí que no se plantee hacer un gran desembolso en fichajes.
De esta forma, y a la espera de que puedan surgir otras opciones, el Arsenal es uno de los clubes que más se ha interesado por Coutinho, aunque los gunners no se plantean su compra, sino que pretenden una cesión que también tendrían problemas para afrontar, dada la alta ficha del brasileño. Con unos 6 millones netos por cada una de las cinco temporadas que firmó, hasta junio de 2023, la operación es complicada incluso sin plantearse un traspaso con el que el Barça pueda recuperar algo de los 145 gastados.
En el caso del Arsenal, el hecho de que el agente de Coutinho sea el iraní Kia Joorabchian puede ser decisivo, pues conocida es su buena relación con el catalán Raül Sanllehí, director de fútbol del club londinense, y con el brasileño Edu, secretario técnico, como se demuestra con la reciente renovación de David Luiz, casualmente otro de sus representados, lo mismo que sucede con el interés por Willian, que acaba contrato con el Chelsea, e incluso con Reguilón, el lateral del Real Madrid cedido al Sevilla FC, a quien también se le coloca en la agenda de los gunners.
Este viernes, en Lisboa, Dembelé regresa a una convocatoria del Barça después de muchos meses sin poder jugar y enfrente estará un Coutinho al que es normal que los culés le tengan más miedo que a un 'nublao'. No en vano, sería el colmo que el peor negocio de la historia del club catalán justo se reivindicara con el Bayern en estos extraños cuartos de final de la Champions.
La tarde del 3 de agosto de 2017, el abogado valenciano Juan de Dios Crespo se personó en representación de Neymar en las oficinas del FC Barcelona con un cheque por importe de 222 millones de euros que entregó al director general del club catalán, Òscar Grau. El delantero brasileño había decidido aceptar la oferta del Paris Saint-Germain y pagar su cláusula de rescisión. Deportivamente el golpe fue muy duro para el Barça, de manera especial para Messi, y dejó muy tocado el orgullo de los culés.