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El peso de Ramos y su juego duro: segunda eliminación de Champions sin su presencia
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La pesadilla de Varane realza su liderazgo

El peso de Ramos y su juego duro: segunda eliminación de Champions sin su presencia

La primera eliminación europea de Zinedine Zidane como entrenador comparte un factor con el baño del Ajax al Madrid de Solari el año pasado en el Bernabéu: Sergio Ramos no pudo jugar

Foto: Sergio Ramos, en la grada, durante el Manchester City-Real Madrid. (EFE)
Sergio Ramos, en la grada, durante el Manchester City-Real Madrid. (EFE)

No se recuerda en el fútbol reciente un partido en el que un jugador que no esté en el campo haya merecido más titulares que Sergio Ramos en la derrota del Real Madrid en Manchester este viernes de agosto. La prensa llevaba semanas (meses) colocando a Éder Militão en el pupitre de los examinandos, pero fue la peor noche de Varane en su carrera deportiva la que ha devuelto los focos al jugador del Madrid que mejor los maneja: su capitán, excluido de la crucial vuelta en Manchester por su tarjeta roja contra Gabriel Jesús ("el hombre de la eliminatoria" para Guardiola) en el encuentro de ida.

En los octavos de final de la temporada pasada, cuando el Ajax certificó la destitución de Hernán Solari con su brillante 1-4 en el Santiago Bernabéu, a Ramos le estaban grabando un documental en el palco del estadio madridista: se había autoexopulsado al final del partido ida de los octavos, con 1-2 en el marcador, para proteger el destino del equipo en cuartos. El equipo, como se sabe, nunca alcanzó esa ronda, y el resbalón propició la vuelta del salvador Zidane. Hoy el francés conoce ya el amargor de la eliminación europea, y su capitán también estaba inhabilitado para jugar.

placeholder Ramos, en el partido de ida ante el Ajax de Ámsterdam, febrero de 2019 (Reuters).
Ramos, en el partido de ida ante el Ajax de Ámsterdam, febrero de 2019 (Reuters).

Récord de tarjetas

Es un día idóneo para calibrar la estatura fubolística de Ramos, jugador con fama de sucio que viene avalada por los datos: es el futbolista que más tarjetas rojas ha visto en la Liga española y también en la Champions League. Este viernes en Manchester el Madrid apenas cometió tres faltas; jugó de hecho varias franjas del encuentro a un ritmo conservador, como si debiera defender un resultado positivo. ¿Hubiese sido el partido tan pacífico con Ramos en el campo?

Zidane decidió aceptar el envite táctico del guardiolismo y planteó una estrategia de sacar la pelota jugada desde atrás, sin prisas ni balonazos hacia una segunda línea desprovista de delanteros corpulentos. Había que cansar a un City experto en la presión con robo, más diestro aún en la conservación posterior del balón con llega al área por bajo. Sin Ramos (el central con mayor protagonismo en ese primer pase, una cualidad menos destacada en el jugador andaluz), el Madrid fracasó con estrépito en su campo: además de los dos errores decisivos de Varane, pueden registrarse tres de Casemiro y uno garrafal de Courtois al final de la primera parte. (En ese sentido, es un partido digno de ser visto en vídeo por los especialistas).

El ingrediente decisivo de Ramos, sin embargo, es tan intangible como repetido: el liderazgo. La de este viernes es la única derrota reciente del Madrid en la que el sevillano no ha salido a dar explicaciones (o disculpas) ante la cámara por el resultado. La razón es evidente: no agrandar el hueco de su ausencia. Hasta a sus máximos detractores les costará negar que el Madrid fue en Manchester un equipo sorprendentemente átono para haber estado casi tres semanas preparando el partido más importante en lo que va de año.

Cuando termine su carrera futbolística, Ramos (de 34 años) será el jugador de la historia del Real Madrid con más títulos ganados. Ha conquistado además un Mundial y dos Eurocopas. Probablemente hubiese deseado no forzar aquella tarjeta amarilla en la idea de octavos en Ámsterdam y rodar ese documental una temporada después, en las gradas vacías del Etihad, ante un magnífico equipo inglés que fue superior en ambos partidos. Pero en medio de tanto recuerdo y tantos elogios al líder ausente, cabe recordar que su rendimiento al límite, esa tendencia al juego sucio, también le ha costado al Madrid partidos esenciales. Si algo demuestra la pájara de Varane, es el peso de Sergio Ramos. No se trata (solo) de sus goles: se trata del manido liderazgo.

No se recuerda en el fútbol reciente un partido en el que un jugador que no esté en el campo haya merecido más titulares que Sergio Ramos en la derrota del Real Madrid en Manchester este viernes de agosto. La prensa llevaba semanas (meses) colocando a Éder Militão en el pupitre de los examinandos, pero fue la peor noche de Varane en su carrera deportiva la que ha devuelto los focos al jugador del Madrid que mejor los maneja: su capitán, excluido de la crucial vuelta en Manchester por su tarjeta roja contra Gabriel Jesús ("el hombre de la eliminatoria" para Guardiola) en el encuentro de ida.

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