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El laberinto de los ascensos del fútbol: sin solución en Segunda y sin dinero en Tercera
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Choque por la posible ampliación de las ligas

El laberinto de los ascensos del fútbol: sin solución en Segunda y sin dinero en Tercera

Cada día que pasa se complica más el atasco de las competiciones por los rebrotes del covid-19. Los enfrentamientos entre clubes e instituciones auguran un festín de quejas y denuncias

Foto: Luis Rubiales, Irene Lozano y Javier Tebas, tras la reunión en el Palacio de Viana el pasado mes de abril. (Foto CSD)
Luis Rubiales, Irene Lozano y Javier Tebas, tras la reunión en el Palacio de Viana el pasado mes de abril. (Foto CSD)

Mientras la Champions se acerca sigilosamente y los españoles se van de vacaciones, el pesimismo asuela el fútbol provincial. La explosión del ‘caso Fuenlabrada’, los contagios en equipos de diversas categorías y los surrealistas falsos positivos del Marino en Segunda B han detenido la maquinaria del balón. Paralizados los ‘playoffs’ de ascenso a Primera y Segunda División B, el fútbol y sus responsables se enfrentan a la incertidumbre total: los protocolos de salud fallan, no hay calendarios para el próximo año, ni pretemporada, algunos equipos están de vacaciones mientras otros entrenan para partidos que quizá no se jueguen, hay amenazas de denuncias por doquier, y ni siquiera se sabe si las competiciones tendrán en 2020-21 el mismo número de equipos que hasta ahora (o si se cambiarán las ligas para absorber el impacto del covid-19).

La propuesta de la Federación Española de Fútbol (RFEF) de ampliar la Segunda División a 24 equipos para liberar tensiones ha levantado sarpullidos en numerosas aficiones. Las redes sociales arden. El CSD y LaLiga libran una batalla pasiva-agresiva para contener el sarampión y hasta el presidente autonómico de Extremadura ha participado en el debate abierto sobre el laberinto de los ascensos y descensos del fútbol patrio.

La maraña de posibles quejas, recursos, apelaciones y querellas oscurece el verano de los tres actores principales del caso, LaLiga, la RFEF y el Consejo Superior de Deportes (CSD), que se encuentran con el imprevisto latigazo del virus enfrentados entre sí y sin rastro alguno del buenismo forzado que inspiró el llamado Pacto de Viana hace menos de tres meses. Si no fuese por las medidas de distanciamiento social que exige el rebrote de la curva de contagios en España, las manifestaciones se extenderían con toda probabilidad por la península.

El lío de Segunda

La suspensión del Deportivo-Fuenlabrada por los positivos de coronavirus en el equipo madrileño ha generado turbulencias más allá de los expedientes abiertos y la amenaza de que el asunto finalice en la justicia ordinaria. El Fuenlabrada mantiene su intención de disputar el partido y alega que siguió el protocolo de las autoridades en todo momento; el Deportivo, por su parte, dice sentirse “gravemente perjudicado” por no haber podido disputar la jornada en horario unificado y exige la repetición de toda la jornada o el descenso administrativo de su rival.

El partido ha generado ya dos expedientes, uno en LaLiga y otro en la Federación Española. Para atisbar el potencial galimatías jurídico de este asunto, basta señalar que el ‘Depor’ pidió la recusación del juez de uno de los expedientes y el ‘Fuenla’ del otro. Lo único seguro por ahora es que el Comité de Competición de la RFEF ha desestimado la medida cautelar de la pérdida del partido por parte del Fuenlabrada, que otorgaría los tres puntos al Deportivo: un escenario en el que los coruñeses podrían salvarse si al Fuenlabrada le castigaran adicionalmente con el descenso administrativo por negligencia grave. También prohibió que el partido se disputara, como pretendían el Fuenlabrada y LaLiga, este pasado domingo. Lo demás es pura incógnita.

placeholder Uno de los jugadores del Fuenlabrada que permanecía confinado en La Coruña abandona este domingo las instalaciones del hotel. (EFE)
Uno de los jugadores del Fuenlabrada que permanecía confinado en La Coruña abandona este domingo las instalaciones del hotel. (EFE)

El Deportivo-Fuenlabrada ha originado también varias denuncias en juzgados coruñeses, además de la apertura de un expediente de la Fiscalía gallega por un posible delito contra la salud pública (esta semana la jueza titular del Juzgado de Instrucción número 6 de A Coruña informó de que no veía indicios de delito).

Quejas y agravios

La propuesta de ampliar de 22 a 24 los equipos en Segunda para la próxima temporada ha terminado de extender el incendio provocado por aquel desdichado encuentro. Los motivos son obvios: al Deportivo y al Numancia, los clubes que mantenían alguna opción de permanencia en aquella última jornada de Segunda (y que terminaron descendiendo), les favorecería; no así a los que ya estaban descendidos ese domingo 20 de julio (Extremadura y Racing de Santander), que también reclaman la salvación.

El asunto ha merecido incluso la intervención del presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que en su cuenta de Twitter escribió: “Si LaLiga aceptara la propuesta de la RFEF de hacer una liga de 24 equipos en Segunda División la próxima temporada se cometerá una tremenda injusticia con los otros dos clubs que sí descenderían. Ni el Extremadura U. D. ni las instituciones del deporte lo podemos aceptar”.

Algo similar expresó el colista de Segunda, el Racing de Santander, que quedó a 18 puntos de la salvación: “Desde el Racing mostramos nuestro rechazo absoluto a la propuesta de la RFEF a LaLiga, basada en una pobre argumentación. Seguimos defendiendo la coherencia, liga de 22 o 26”. La temperatura de los debates en Twitter estos días entre aficionados de los equipos implicados están a la altura de la canícula estival.

placeholder Lance del Rayo Vallecano-Albacete disputado en junio. (EFE)
Lance del Rayo Vallecano-Albacete disputado en junio. (EFE)

Las creativas propuestas no terminan aquí: el Rayo Vallecano (que llegó a la última jornada con posibilidades de ascenso) solicita un ‘playoff’ de seis equipos (en lugar de los cuatro habituales). El Elche, sexto clasificado a expensas de lo que suceda con el Dépor-Fuenla, denunció este fin de semana la “incertidumbre” y pide “una solución rápida y justa” que saque a los equipos de un limbo en el que muchos clubes deben incluso improvisar extensiones de contratos para mantener la plantilla unida ante el sueño del ascenso.

La ampliación de 22 a 24 equipos gusta muy poco en el seno de LaLiga, donde una gran mayoría de clubes está abiertamente en contra por motivos deportivos (la integridad de la competición), económicos (el reparto de los derechos televisivos), políticos (el enfrentamiento clásico con la Federación) y también tácticos: la medida evitaría los litigios del descenso y las probables querellas del Deportivo, pero no resolvería el problema del ascenso y el conflicto entre el Fuenlabrada y el Elche.

Los falsos positivos de Tercera: “Un problemón”

La situación en la fase de ascenso a Segunda B es incluso peor, por un motivo muy claro: hay muchísimo menos dinero y los protocolos sanitarios han sido hasta la fecha menos estrictos que en el fútbol profesional. La suspensión de los partidos del ‘playoff’ de tercera en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas por los falsos positivos del Marino complica extraordinariamente la situación de estas competiciones no profesionales.

“Han sido 24 horas de locos, pero hemos hecho las cosas bien y estamos todos bien. No hay ningún jugador contagiado de #COVID19. Seguiremos informando”, tuitéo el club de Tenerife tras su pesadilla en Madrid, donde pensaron durante 16 horas que tenían tres contagiados en el equipo (resultaron ser falsos positivos). En la Federación de Fútbol muestran su satisfacción por la aplicación estricta del reglamento, pero reconocen el “problemón” creado por los positivos fantasma y la suspensión de los partidos de promoción de ascenso.

La cuestión aquí es fundamentalmente económica: algunos clubes de Tercera no tienen dinero ni para repetir el viaje a Madrid (se desplazan, además, en vuelos regulares, sin ‘burbuja’ alguna). El Alcoyano, uno de los clubes implicados, manifestó por ejemplo este domingo que “la temporada 2019-2020 supera los 12 meses de duración y los clubes de Tercera División no disponemos de recursos económicos para afrontar más mensualidades de nóminas ni más gastos adicionales [...] Resulta realmente complejo continuar practicando cualquier deporte estas circunstancias y con las serias amenazas que sobre la salud de los integrantes del club presenta el escenario de la COVID en este mes de agosto [...] Lo único que pedimos a la Federación una decisión rápida, sea cual sea, para no dilatar esta situación más de la cuenta: tenemos que pagar sueldos en agosto y necesitamos saber cuánto antes si los jugadores deben seguir entrenando o no”.

En líneas parecidas se ha expresado el Linares (también implicado en la repesca del ascenso): “Estamos a 2 de agosto y no sabemos nada. La intención es jugar el partido ante el Marino y ascender en el campo a Segunda B". Todos los equipos regresaron a sus localidades inmediatamente tras conocerse los supuestos positivos del Marino.

¿Más ampliaciones en Segunda B?

Entre los clubes de Tercera corre el rumor de que la Federación va a impulsar ligas excepcionales de 24 equipos en Segunda B la próxima temporada (actualmente los grupos son de 20), solucionando así los ascensos para todos los implicados. La otra opción, como reconocen en la propia Federación, es que se decida una nueva fecha para jugar: algo que por motivos económicos y sanitarios parece menos probable en estos momentos, a espera de que se pronuncie oficialmente el organismo presidido por Luis Rubiales.

placeholder Irene Lozano, Javier Tebas y Luis Rubiales firman en mayo pasado los llamados Acuerdos de Viana. (EFE)
Irene Lozano, Javier Tebas y Luis Rubiales firman en mayo pasado los llamados Acuerdos de Viana. (EFE)

¿Qué sucederá finalmente con los ‘playoffs’ suspendidos? ¿Cómo recuperarán estos equipos el tiempo perdido en fichajes, descanso y planificación con respecto a los equipos que llevan de vacaciones varias semanas? El fútbol modesto cruza los dedos ante el rebrote del covid-19 y de los conflictos que han vaciado de contenido el llamado Pacto de Viana, destruido definitivamente por el ‘caso Fuenlabrada’ y la acusación del CSD a LaLiga sobre graves errores de protocolo.

“Volver es ganar”, decía el eslógan de LaLiga durante los partidos en el regreso del fútbol. A la vista de los acontecimientos, algunos se arrepienten ahora de que la necesidad del negocio impidiese la suspensión de la temporada hasta después de la pandemia. El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol tiene, sin duda, mucho más trabajo de lo que deseaba esta primera semana de agosto.

Mientras la Champions se acerca sigilosamente y los españoles se van de vacaciones, el pesimismo asuela el fútbol provincial. La explosión del ‘caso Fuenlabrada’, los contagios en equipos de diversas categorías y los surrealistas falsos positivos del Marino en Segunda B han detenido la maquinaria del balón. Paralizados los ‘playoffs’ de ascenso a Primera y Segunda División B, el fútbol y sus responsables se enfrentan a la incertidumbre total: los protocolos de salud fallan, no hay calendarios para el próximo año, ni pretemporada, algunos equipos están de vacaciones mientras otros entrenan para partidos que quizá no se jueguen, hay amenazas de denuncias por doquier, y ni siquiera se sabe si las competiciones tendrán en 2020-21 el mismo número de equipos que hasta ahora (o si se cambiarán las ligas para absorber el impacto del covid-19).

Consejo Superior de Deportes (CSD) Luis Rubiales
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