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La tercera juventud de Luka Modric
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El futbolista total de Zidane

La tercera juventud de Luka Modric

El croata, que vuelve a liderar al equipo en la fase clave de la temporada, firmó un partido soberbio contra el Villarreal. Federico Valverde continúa su aprendizaje en el banquillo

Foto: Modric celebra el título liguero.
Modric celebra el título liguero.

Para comprender la dimensión futbolística de Luka Modric y su compromiso con el juego basta recordar que, con casi 35 años, ha relegado a un papel secundario a Federico Valverde, el joven urugayo que enamoró al madridismo durante la primera mitad de temporada. La irrupción de Valverde, dijeron decenas de comentaristas, certificaba la jubilación del centrocampista croata, el único Balón de Oro que ha desafiado al duopolio Messi-Ronaldo en los últimos doce años. El partido contra el Villarreal y la conquista de la Liga demuestran hasta qué punto estaban equivocados.

Modric es indudablemente la estrella ofensiva con mayor espíritu de sacrificio del fútbol moderno, como demuestran las estadísticas de robo de balón y distancia recorrida durante un partido. "Lo distingue su sentido del deber", suele decir Jorge Valdano al referirse al '10' madridista durante las retransmisiones televisivas. Una cualidad que le ha convertido en un futbolista sorprendentemente respetado y querido en Madrid: no se recuerda a alguien en el entorno del club que haya hablado mal alguna vez del croata a sus espaldas.

Foto: Karim Benzema celebra su segundo gol (Efe).

La insultante versatilidad de Modric en su recital de Valdebebas el jueves por la noche resumió sus virtudes principales como futbolista: dirigió al equipo desde la salida del balón hasta el área, cortó balones en todas las franjas del terreno, dio órdenes al equipo en la presión y resolvió situaciones de extrema complejidad con sutileza técnica, provocando desventaja numérica en el adversario. Además, entregó un gol a Benzema. Dos años después del Mundial que le llevó a la gloria, Modric aprovecha otro verano para alcanzar su forma óptima y gravitar sobre el partido como si tuviese 28 años. Cumple 35 en septiembre y tiene contrato hasta junio de 2021. Repite que quiere retirarse en el Madrid.

placeholder Modric conduce el balón ante Gerard Moreno. (Reuters)
Modric conduce el balón ante Gerard Moreno. (Reuters)

Dos lesiones musculares entre agosto y medidas de octubre le impidieron coger ritmo de competición a comienzos de esta temporada: un episodio relativamente habitual en un jugador que ha necesitado siempre la sucesión de partidos y un aumento constante de la exigencia para llegar al estado en el que se convierte en el futbolista más influyente del campo (capitán heroico de su selección). Fue ese precisamente el momento de la explosión de Valverde, jugador con unas condiciones fabulosas: el poderío de Casemiro con el rigor táctico de Modric. 'Lukita', como es conocido por algunos compañeros de vestuario, tardó en alcanzar el ritmo competitivo. Tertulianos y aficionados le pusieron fecha de caducidad. Siempre contó con el apoyo de Zinedine Zidane, a quien el croata apuntaló desde el primer día (fue de los primeros en celebrar públicamente su llegada tras el despido de Rafa Benítez en aquella temporada milagrosa).

Un '10' que se volvió '5'

Desde que volvió el fútbol Modric ha sido titular en ocho de los diez partidos (todos victoriosos) que han permitido al Madrid sepultar al Barça de Quique Setién. En uno estaba sancionado y en Anoeta fue suplente. Sus últimos partidos ante Athletic, Alavés, Granada y Villarreal han devuelto su mejor imagen: el director general del equipo que ganó tres Champions seguidas. Atrás parece quedar el cansancio extremo (desgaste mental tanto como fatiga muscular) que le dejó el sobreesfuerzo mundialista de 2018, sin apenas tiempo para hacer pretemporada, y la recepción poco después del Balón de Oro, convertido para la juventud croata en ídolo nacional, símbolo del deportista comprometido que multiplica su talento a través del esfuerzo máximo y lidera a su nación sin miedo frente a enemigos mucho mayores.

Foto: Zidane, durante el partido del Real Madrid contra el Mallorca, en el Alfredo Di Stéfano. (Reuters)

Capaz de jugar de '5', de interior y de mediapunta, Modric es un futbolista total sin poderío físico: es muy complicado encontrar otro mediocampista con un equilibrio comparable entre repliegue defensivo y capacidad de desequilibrio ofensivo (aún más, en espacios pequeños). En Valdebebas demostró que sigue siendo el cerebro del Madrid, aquel talento puro que en 2012 tardó en adaptarse varios meses al equipo merengue entre miradas de recelo (hasta aquel remate en Manchester en la Champions League). Un futbolista de época al que ahora quieren clonar algunos que hace años, cuando Mourinho fichó del Tottenham a un chico rubio y tímido con apariencia frágil que había conocido la guerra de niño, le negaban incluso la condición de '5'. Como su socio Benzema, que es '9' y a la vez '10', Modric es el '10' que acabó jugando de '5' y llegó a ser el mejor del mundo. Al madridismo le quedan todavía doce meses del croata a un máximo nivel: otro mérito de Zidane en su exitosa gestión del vestuario blanco.

Para comprender la dimensión futbolística de Luka Modric y su compromiso con el juego basta recordar que, con casi 35 años, ha relegado a un papel secundario a Federico Valverde, el joven urugayo que enamoró al madridismo durante la primera mitad de temporada. La irrupción de Valverde, dijeron decenas de comentaristas, certificaba la jubilación del centrocampista croata, el único Balón de Oro que ha desafiado al duopolio Messi-Ronaldo en los últimos doce años. El partido contra el Villarreal y la conquista de la Liga demuestran hasta qué punto estaban equivocados.

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