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Muñiz, el entrenador que sacaron del paro para jugárselo todo contra el Madrid
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Muñiz, el entrenador que sacaron del paro para jugárselo todo contra el Madrid

Tiene un breve contrato de cuatro partidos en el Alavés. Si el equipo se salva no se le dará el mérito que le pueda corresponder y si baja será señalado como el gran fracasado

Foto: Juan Ramón López Muñiz, en su presentación como nuevo entrenador del Deportivo Alavés. (Efe)
Juan Ramón López Muñiz, en su presentación como nuevo entrenador del Deportivo Alavés. (Efe)

En Vitoria la sensación que se transmite es la de que hay que estar desesperado para coger, a día de hoy, el Deportivo Alavés. Es un equipo que va en caída libre y la propuesta de empleo es a muy corto plazo. Para solo cuatro partidos. Juan Ramón López Muñiz estaba cansado de esperar ofertas en su casa de Málaga. No llegaba nada y se ofreció para el cargo con el riesgo de no quedarse con el puesto para la próxima temporada. Si el equipo se salva no se le dará el mérito que le pueda corresponder y si baja será señalado como el gran fracasado. Pero cuando uno necesita salir del paro y encontrar un empleo tiene que tomar este tipo de decisiones arriesgadas. Muñiz empieza su aventura de cuatro partidos para convencer al dueño del club, Josean Querejeta, con el peor enemigo posible. El Real Madrid de Zidane se está jugando el título de Liga, lleva siete victorias en siete partidos y no quiere despistes tras el triunfo del Barcelona contra el Espanyol.

El Alavés ve el infierno de la Segunda división después de cinco derrotas seguidas y un balance de solo una victoria tras el confinamiento. Hay algo más que nervios. En este escenario de crisis, el primer afectado es Asier Garitano, despedido con la derrota en Valladolid. Las sospechas dentro del club señalan a la plantilla de falta de profesionalidad. Son las palabras que ha pronunciado Josean Querejeta para culpar a los jugadores por salir a disputar los partidos sin alma. Como si estuvieran en huelga para hacer sobreesfuerzos. Existe un divorcio entre el dueño y el vestuario que tiene su origen en la ruptura de las negociaciones para una rebaja salarial durante el confinamiento por el impacto del coronavirus.

placeholder Asier Garitano, con gesto de preocupación, en el banquillo. (Efe)
Asier Garitano, con gesto de preocupación, en el banquillo. (Efe)

El largo parón de la competición obligó a Josean Querejeta a tomar medidas para disminuir los gastos ante un escenario de incertidumbre por la congelación de los ingresos. Apostó por la reducción más drástica de todos los equipos de la Primera división. El dueño del club albiazul, reconocido como un duro negociador, aplicó un ERTE para toda la institución que afectó a 800 trabajadores. No se salvaron ni las plantillas de fútbol ni la de baloncesto. Las tensiones fueron en aumento cuando decidió dar un paso y aplicar una rebaja salarial a los jugadores de un 28%, se jugase o no la competición. Inaceptable para los futbolistas. Comenzaron unas tiranteces que duran hasta hoy y que, según la propiedad, se refleja en la poca profesionalidad y la falta de actitud del equipo de fútbol. Una plantilla que sigue de morros porque, una vez de vuelta en la Liga, se les aplica una rebaja salarial de un 10%. La mayor de toda la categoría.

Las confrontaciones

En este escenario de reproches y tensiones parece haber un damnificado. El capitán del equipo, Manu García, llevó todo el peso de la negociación de los recortes con la propiedad. Hay versiones en Vitoria que apuntan que ha dejado de jugar por la confrontación con Querejeta. El capitán tan solo ha disputado ocho minutos. Pero la tensión de la cuerda se rompió por el entrenador, como suele suceder en estos casos, aunque al patrón le pedía el cuerpo meter más la tijera en el vestuario. El Alavés perdió el domingo pasado en Valladolid en un partido en el que el equipo no demostró ganas y Querejeta apuntó a la plantilla. Es más sencillo echar a uno y la crisis la paga Asier Garitano. El Alavés se quedó sin entrenador. ¿Quién podría coger este banquillo para cuatro jornadas? ¿Qué entrenador de renombre estaría dispuesto a enfrentarse a los jugadores y el abismo del descenso? Hay mucho más que perder que ganar. Salió el nombre de Aitor Karanka. Uno de los deseados es Mendilibar, el actual entrenador del Eibar. Se ofreció Juan Ramón López Muñiz, en el paro y sin equipo desde hace más de un año cuando fue destituido del banquillo del Málaga.

La esperanza en el Alavés para evitar el descenso es que fallen el Mallorca y el Leganés. Ya hay un equipo en Segunda división, el Espanyol. Faltan dos plazas. Muy mal se le tiene que dar a Muñiz para irse al pozo. Pero este equipo está en inercia perdedora, con esas cinco derrotas seguidas, y tiene en el calendario que enfrentarse al Real Madrid, Getafe, Betis y Barcelona. Muñiz es un entrenador de emergencia en una crisis entre el dueño y los futbolistas. Necesitaba volver al circuito de los entrenadores en activo y ponerse en el escaparate, aunque sean solo cuatro partidos, para intentar que le compren un miniproyecto de solo dos semanas de duración.

La advertencia de Querejeta

“Necesitamos que los jugadores estén predispuestos a revertir la situación. Queremos entrar al vestuario y no ver cabezas agachadas, sino hambre en su mirada”, es el mensaje con el que Muñiz se alinea con la postura de un club en el que las tensiones internas por los recortes salariales han hecho mella en el rendimiento deportivo. El asturiano Juan Ramón López Muñiz (51 años) tenía que salir del paro como fuera (se desconoce su salario, pero será muy bajo para estos cuatro partidos) y su primer trabajo es, ni más ni menos, que enfrentarse al Real Madrid de Zidane en el estadio Alfredo Di Stefano.

Puede salirle bien, mal, regular o mal. Lo que no está nada claro es que siga la temporada que viene en un club donde hay mucha incertidumbre por el enfado con los jugadores y las palabras tan contundentes de Josean Querejeta. “Estamos en manos de ellos y de su profesionalidad. Se juega mucho el club y la ciudad”. Lo que hay en juego, ni más ni menos, es un presupuesto de 76 millones de euros en Primera división y los nervios que acechan si hay una debacle.

En Vitoria la sensación que se transmite es la de que hay que estar desesperado para coger, a día de hoy, el Deportivo Alavés. Es un equipo que va en caída libre y la propuesta de empleo es a muy corto plazo. Para solo cuatro partidos. Juan Ramón López Muñiz estaba cansado de esperar ofertas en su casa de Málaga. No llegaba nada y se ofreció para el cargo con el riesgo de no quedarse con el puesto para la próxima temporada. Si el equipo se salva no se le dará el mérito que le pueda corresponder y si baja será señalado como el gran fracasado. Pero cuando uno necesita salir del paro y encontrar un empleo tiene que tomar este tipo de decisiones arriesgadas. Muñiz empieza su aventura de cuatro partidos para convencer al dueño del club, Josean Querejeta, con el peor enemigo posible. El Real Madrid de Zidane se está jugando el título de Liga, lleva siete victorias en siete partidos y no quiere despistes tras el triunfo del Barcelona contra el Espanyol.

José Antonio Querejeta Zinédine Zidane Vitoria
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