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Borja Fernández habla un año después: "Me llevaron esposado delante de mi hija"
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EXCAPITÁN DEL VALLADOLID Y ACUSADO DE AMAÑOS

Borja Fernández habla un año después: "Me llevaron esposado delante de mi hija"

Se cumple un año de la detención de Borja Fernández en el caso Oikos y el gallego sigue atado de pies y manos esperando que se archive el caso

Foto: Borja Fernández posa para El Confidencial en su casa situada en la sierra de Madrid. (EC)
Borja Fernández posa para El Confidencial en su casa situada en la sierra de Madrid. (EC)

Borja Fernández (Ourense, 1981) se ha pasado el confinamiento machacándose a base de clases de yoga para mantener el cuerpo y la cabeza en perfecto estado de revista. En estos días, se cumple un año de su detención por su supuesta implicación en Oikos, un caso de amaño de partidos. A día de hoy, y en palabras del juez durante la vista oral, “no hay pruebas que me incriminen y los indicios son muy débiles. Pero el proceso sigue abierto y seguimos atrapados esperando que se archive la causa para cerrar esta pesadilla. La pandemia no ha ayudado”.

PREGUNTA. ¿Cómo recuerdas aquella mañana?

RESPUESTA. Recuerdo la casa llena de policías y a mi hija en la cocina. Le dije que estuviese tranquila. En un primer momento, me preocupé pensando que le había pasado algo a mi mujer, que estaba de viaje trabajando. Pero cuando me dijeron que no era por eso, me tranquilicé. Recuerdo que en el coche de policía me contaron que había una investigación y que me habían visto con Raúl Bravo. Y entonces me acordé del café que me tomé con él unos meses atrás.

P. Tuviste entonces contacto con Bravo y Aranda, ¿no?

R. Me llevaron de Valladolid a Madrid para testificar, donde no me negué pese a que no me daban detalles sobre de qué me acusaban. Desde el primer momento, entregué mi teléfono móvil y di las claves para que accedieran a toda la información, y traté de colaborar porque sabía que era todo un error. Y entonces, durante el interrogatorio, ocurrió algo que me llamó la atención. En un momento determinado, me di cuenta de que les cambió la cara.

P. ¿En qué momento?

R. Fue cuando les dije que en ese café con Raúl estaban presentes mi mujer y mi hija. Luego entendí por qué: aquello no les cuadraba en la historia que se estaban montando. Les sorprendió tanto que no me hicieron muchas más preguntas.

P. ¿Por qué acabas metido en esto?

R. Creo que investigaban algo sin llegar a ningún lado y de repente aparecí yo en escena por casualidad. Se montaron una historia que les cuadraba porque yo jugaba en el Valladolid y tiraron para adelante. Pero las cosas se hacen justo al revés. Primero reúne las pruebas y luego construye la historia a partir de ellas. Siempre recuerdo que en aquellos días Ronaldo me llamó y me advirtió: “Borja, tú tienes que demostrar tu inocencia y no ellos tu culpabilidad”.

P. Hablábamos de tu encuentro con Raúl Bravo.

R. Con Raúl compartí calabozo en Madrid y furgón al día siguiente hasta Zaragoza. Cuando nos vimos, me preguntó: "¿Qué haces tú aquí?". "Por tomarme un café contigo", le respondí. A Aranda le vimos en el calabozo de Huesca y cuando nos cruzamos le sorprendió verme y dijo a Raúl: "¿En qué anda este metido?". Yo no tenía relación con ellos. De Aranda no tenía ni el teléfono. Y con Raúl me vi ese mes de enero [de 2019] para tomar el café, pero llevaba seis años sin cruzármelo.

"Con Raúl Bravo compartí calabozo en Madrid y furgón al día siguiente hasta Zaragoza. Cuando nos vimos, me preguntó: '¿Qué haces tú aquí?"

P. Decías que no hay pruebas y los indicios son débiles.

R. Te cuento un ejemplo. En un momento del juicio oral, argumentan que hay una conversación telefónica en la que hablo con Carlos y quedamos para una barbacoa al día siguiente. ¡Dieron por hecho que era Carlos Aranda y se trataba de Carlos Suárez! De no creer. Están jugando con la vida de personas y ni contrastan las pruebas.

placeholder Carlos Aranda y Raúl Bravo (atrás, de negro), tras salir de la cárcel al abonar la fianza. (EFE)
Carlos Aranda y Raúl Bravo (atrás, de negro), tras salir de la cárcel al abonar la fianza. (EFE)

P. ¿Cómo lo encajó tu hija? Lo vivió en primera persona todo.

R. Desde el primer momento, estuvimos tranquilos todos. Ella es adolescente y rápidamente llegó mi familia. Además, los amigos se volcaron. Quitando algún bocazas en su colegio, creo que ella lo ha digerido bien. Pero es cierto que el escenario de tu casa llena de policías y tu padre saliendo detenido no es gratificante.

P. Hacía días que te habías despedido del fútbol jugando con el Valladolid.

R. Una semana antes. Había sido el día más bonito de mi carrera por la gente, por los compañeros, por el partido que me salió... La despedida soñada. De hecho, esa misma mañana me iba a Madrid a reunirme con Ronaldo y Carlos Suárez para planificar mi nuevo rol en el club como enlace con la plantilla y ayudando en las relaciones institucionales.

Foto: Raúl Bravo vuelve a correr en un campo de fútbol. (EFE)

P. ¿Sigue en pie esa oferta?

R. No he emprendido otras cosas porque esperamos que se archive rápido el caso y podamos volver a sentarnos con el club para concretarlo. Ya he pagado bastante por algo que no he hecho y perder esa oportunidad sería pagar aún más. Y, sinceramente, no lo merezco porque no he hecho nada.

P. Tienes una larga carrera en el fútbol, pero tu sitio en el mundo parece que es Valladolid.

R. Seguramente. Te diré que aquel primer viaje a Valladolid marcó mi vida. No recuerdo el viaje en sí, recuerdo ir dándole vueltas a la cabeza porque mi vida estaba manga por hombro. Yo había jugado dos años en el Real Madrid y había participado en la conquista de la novena Champions. Me fui a Mallorca buscando minutos y jugué aún menos, así que regresé al Real Madrid, pero Capello no me quería. Empecé a pensar que no valía para esto y a eso se sumaba que me acababa de divorciar. Y entonces llegó la llamada del Valladolid. Allí encontré amigos y me encontré a mí mismo. Resucité a todos los niveles.

placeholder Borja Fernández se retiró con la camiseta del Valladolid el curso pasado. (EFE)
Borja Fernández se retiró con la camiseta del Valladolid el curso pasado. (EFE)

P. ¿Cuánto pesa en el éxito del futbolista lo deportivo y lo humano?

R. En lo personal, he estado bien en muchos sitios. En el Deportivo no era titular, pero jugué mucho y estuve muy bien. En Eibar, estuve seis meses geniales. En Almería, donde mejor he jugado al fútbol en mi carrera, solo estuve cinco meses, pero disfruté aunque no tuve tiempo de hacer vida. A Valladolid llegué desilusionado y encontré un sitio donde recobrar la confianza. Me siento muy vinculado a esa ciudad.

P. Decías que con Capello llegaste a pensar que no valías para esto.

R. Yo llegué al Real Madrid con 15 años desde Ourense a cumplir el sueño de jugar en mi equipo de siempre. Y gané una Copa de Europa jugando. Y entonces se vino todo abajo. Cuando me dijeron que me iba a jugar a Segunda, pensé que el mundo se acababa. Pero soy constructivo y rápidamente me adapté. Recuerdo que en Getafe, con 30 años, pasé una temporada muy mala por una lesión de pubis y pensé que me retiraba. Sin embargo, seguí jugando hasta los 38 años y me retiré con el Valladolid acomodado en Primera.

P. Lo que parecía un fracaso acabó siendo un éxito.

R. Nadie prepara a un futbolista para el fracaso. A Primera llegan muy pocos y se mantienen aún menos. Y ante eso, hay dos formas de afrontarlo. Hay algunos que se rodean de personas que les idolatran y cuando las cosas van mal… Yo prefiero estar solo y resolver las cosas por mí mismo, hacer caso a mi instinto. Ahora, afortunadamente, los chicos están rodeados de psicólogos o nutricionistas que les aconsejan y les ayudan más. Entonces, no era así.

"Nadie prepara a un futbolista para el fracaso. A Primera llegan pocos y se mantienen aún menos"

P. ¿Hablas de fútbol con tu mujer?

R. A mi mujer la conocí en Getafe, el año que estaba lesionado del pubis. Y siempre me decía que le sorprendía que llevase tan bien la situación para lo complicada que era. Siempre he querido separar lo profesional de lo familiar. Yo no podría tener una pareja de esas que cuando llegas a casa te envenenan diciendo que si el entrenador no te quiere poner o que tal o cual es peor que tú. Y las hay…

P. ¿Y tu aventura en la India? Porque eres el primer fichaje oficial de la historia de la liga india.

R. Es cierto. No te voy a engañar: llegó una buena oferta, tenía 33 años y la experiencia eran solo tres meses. Me interesé por el proyecto, me pareció que las cosas se estaban haciendo bien y podía ser interesante. Una semana antes, recuerdo que me llamó el Eibar, hablé con Garitano y le dije que había dado mi palabra y que la iba a cumplir. Cuando lo anuncié, muchos me dijeron que estaba loco y esos mismos me han pedido los contactos para irse a jugar allí después. Jugué tres temporadas en el club, que estaba vinculado al Atlético, y pasé nueve meses en total. He aprendido mucho.

placeholder Borja Fernández quiere volver a ayudar al Valladolid desde los despachos.
Borja Fernández quiere volver a ayudar al Valladolid desde los despachos.

P. En lo personal…

R. En lo deportivo, me divertí, pero obviamente ha dejado más marca en lo personal. Presumo de haber vivido los sitios donde jugué. No he ido de vacaciones y en la India tampoco lo hice. Allí todo es impactante, pero cuando llevas un tiempo lo normalizas, te afectan menos las cosas porque ellos te enseñan a entenderlo así. Tengo cierta nostalgia y me gustaría volver con mi mujer y mi hija a recorrer Calcuta y otras regiones menos conocidas. Ellos son felices con muy poco y son muy bondadosos. Comparten contigo todo lo que tienen. Tengan mucho o poco, te lo ofrecen.

P. ¿Dónde se ve Borja dentro de 10 años?

R. En un banquillo. Me ilusiona y me motiva. Es un desafío que quiero probar. Quiero ayudar a esos chicos que llegan como yo llegué a Madrid a mis 15 años a cumplir sus sueños. Yo siempre me veía muy lejos de la gente con la que he jugado. De las estrellas de aquel Real Madrid, pero también de los jugadores del Betis, de Las Palmas. Siempre he tenido esa sensación de que estaba muy lejos de ellos, pero luego el balón te pone en tu sitio.

P. Gracias y que se resuelva rápido todo.

R. El daño está hecho, pero quiero volver a la normalidad lo antes posible. Recuperar mi vida y disfrutar de Valladolid y del Valladolid. Gracias por escuchar.

Borja Fernández (Ourense, 1981) se ha pasado el confinamiento machacándose a base de clases de yoga para mantener el cuerpo y la cabeza en perfecto estado de revista. En estos días, se cumple un año de su detención por su supuesta implicación en Oikos, un caso de amaño de partidos. A día de hoy, y en palabras del juez durante la vista oral, “no hay pruebas que me incriminen y los indicios son muy débiles. Pero el proceso sigue abierto y seguimos atrapados esperando que se archive la causa para cerrar esta pesadilla. La pandemia no ha ayudado”.

Borja Fernández Ronaldo Nazario
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