La inyección millonaria de la Liga (con trueque) para rescatar al deporte español
La patronal, a cambio de que ni CSD ni RFEF entorpezcan su plan para acabar el curso, repartirá mas de 200 millones los próximos cuatro años para salvar al fútbol modesto y al resto del deporte federado
El fútbol está en paz, al menos por el momento. Irene Lozano, secretaria de Estado para el Deporte, consiguió prácticamente lo imposible, que Luis Rubiales y Javier Tebas, máximos mandatarios de la RFEF y la Liga, respectivamente, se sentaran a dialogar el domingo largo y tendido tras mucho tiempo sin hacerlo. Tradicionalmente enfrentados, ambos se han dado una tregua, para alivio del Estado. En los acuerdos del Palacio de Viana sale ganando el fútbol, pero también el resto del deporte español. Todos, al fin y al cabo. El trato es transversal. La Primera y la Segunda División terminarán sus campeonatos, así lo permitirá el Gobierno salvo repunte importante del coronavirus, y el resto de actividades deportivas federadas, muy afectadas por la crisis, rascarán una suma importante de dinero que les permitirá respirar de cara a Tokio y encarar de mejor forma el ciclo olímpico hasta París 2024.
Este martes, el Consejo de Ministros aprobó definitivamente el plan. De esta manera, la Liga, capitaneada por Javier Tebas, aumentará significativamente su apoyo al fútbol no profesional, al femenino y al resto de federaciones (olímpicas y paralímpicas) en más de 200 millones de euros durante los próximos cuatro años. Serán más de 50 millones por cada curso, que procederán de los derechos audiovisuales de la patronal y de una parte mayor de los ingresos de la Copa del Rey —este último concepto irá al fútbol modesto—.
El Estado respira
La Liga se convierte así en el mayor mecenas del deporte español. El fútbol profesional español ya aportaba un 1,5% de sus recursos al CSD y la federación, y ahora subirá hasta el 3,5% en un momento especialmente complicado para el Estado, cuyos Presupuestos se verán afectados en próximas fechas por las graves consecuencias de la pandemia. Lozano necesitaba involucrar aún más a la Liga en el auxilio a otras actividades menos mediáticas, pero fundamentales para la marca del país, y lo ha conseguido.
El reparto será tal que así: el CSD pasará de ostentar el 0,5% al 1,5%, lo que supondrá más de 25 millones de euros por año destinados a impulsar el desarrollo del deporte federado, olímpico y paralímpico, así como su internacionalización. Esta cantidad se sumará a la anteriormente acordada para alcanzar un total de 51 millones de euros la próxima temporada. El impulso para la RFEF pasa del 1% al 2%, lo que supone un aumento de más de 17 millones, a los que hay que añadir otros seis adicionales por los ingresos derivados de la comercialización de la Copa. Todo esto, sumado a lo que ya aportaba la Liga, supone un total de 58,7 millones de euros el año que viene. Aparte, la patronal también se comprometió a destinar durante las próximos tres cursos unos 3,3 millones para ayudar a los jugadores no profesionales.
Pese a las importantes pérdidas que sufre la patronal en estos momentos, su músculo (1,37% del PIB) rescatará al fútbol aficionado y al resto de deportes federados, además de seguir dotando a algunos de ellos de una plataforma de visión como es LaLiga4Sports. A cambio, Tebas consigue que ni Rubiales ni el CSD entorpezcan la vuelta a los entrenamientos de los equipos de Primera y Segunda, programada para la primera quincena de mayo, aunque los tiempos dependerán siempre de lo que marque Sanidad. La Liga espera retomar los partidos en junio, si la evolución de la pandemia es favorable. Lo hará a puerta cerrada y pese a las dudas de algunos futbolistas y entrenadores.
El acuerdo entre las partes se produce en un contexto de máxima tensión entre Tebas y Rubiales, que incluso ha salpicado al CSD. Rubiales y Andreu Camps, secretario general de la federación, están siendo investigados por falsificación de documento público que podría llevar a declarar hasta a María José Rienda, antecesora de Lozano, y también a otros cargos del órgano público. Por si fuera poco, la Liga también se ha querellado contra la federación a cuenta de unos audios filtrados tras una reunión. Es la historia de nunca acabar, pero la tregua actual, que incluso se ha fraguado con un protocolo de conducta para la colaboración mutua, ha detenido las balas.
El fútbol está en paz, al menos por el momento. Irene Lozano, secretaria de Estado para el Deporte, consiguió prácticamente lo imposible, que Luis Rubiales y Javier Tebas, máximos mandatarios de la RFEF y la Liga, respectivamente, se sentaran a dialogar el domingo largo y tendido tras mucho tiempo sin hacerlo. Tradicionalmente enfrentados, ambos se han dado una tregua, para alivio del Estado. En los acuerdos del Palacio de Viana sale ganando el fútbol, pero también el resto del deporte español. Todos, al fin y al cabo. El trato es transversal. La Primera y la Segunda División terminarán sus campeonatos, así lo permitirá el Gobierno salvo repunte importante del coronavirus, y el resto de actividades deportivas federadas, muy afectadas por la crisis, rascarán una suma importante de dinero que les permitirá respirar de cara a Tokio y encarar de mejor forma el ciclo olímpico hasta París 2024.