El punto de partido de Antonio, el campeón de tenis que dirige el hospital de Ifema

Entre tantos discursos demagógicos e indocumentados, surgen voces comprometidas y sabias que alientan a la esperanza ante el coronavirus Covid-19: "Gripe va a haber todos los años y estamos para solucionar problemas asistenciales que sabemos que se van a producir. Las instituciones deberían tomar medidas. Si sabemos que en el invierno aumenta la incidencia de ingresos hospitalarios, fundamentalmente por patología respiratoria, deberíamos reforzar servicios con la apertura de las camas que sean precisas, porque todos los años se repite la misma historia. Seamos capaces de anticiparnos, pidamos a los Servicios de Medicina Interna que hagan un esfuerzo, pero también dotémosles del personal médico y de enfermería necesario, así como de camas. Si lo hacemos con tiempo, seríamos capaces de gestionarlo mejor. Anticipémonos, demos recursos y hagamos las cosas de forma más organizada".

Como si de un visionario se tratara, aunque parezca que estas declaraciones son de hace unos días, esto es lo que decía en noviembre de 2018 el doctor Antonio Zapatero, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital de Fuenlabrada, con una amplia trayectoria tanto en medicina como en gestión de hospitales, a quien ahora le han encomendado un desafío mayúsculo: dirigir el hospital temporal más grande de España, auspiciado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid y levantado en menos de dos días por la Unidad de Emergencias Militares (UME) en el recinto ferial de la capital, Ifema, el primero dedicado en exclusiva a la crisis sanitaria provocada por el Covid-19.

En su primer día, ya atendía a más de 200 pacientes, con síntomas leves, y este miércoles esperan abrir las 1.300 camas, con posibilidad de ampliar hasta las 5.000, en los diversos pabellones habilitados para ayudar a los pacientes de coronavirus. El doctor Zapatero, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) y profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Rey Juan Carlos, comenta al respecto: "Tenemos un proyecto difícil que tenemos que sacar adelante. Esto era algo completamente impensable. Viendo el famoso hospital de Wuhan que se montó en pocos días, pensaba que era una cosa que solo iba a pasar en China y ahora lo tenemos aquí. Hay que adaptarse a las circunstancias y dar una solución a lo que está ocurriendo en nuestro país".

La faceta quizá más desconocida del doctor Zapatero es que es el actual campeón de España de tenis para mayores de 60 años con el Club de Campo de Madrid, después de ser durante la década anterior varias veces de los mayores de 50. Lo cierto es que de joven iba para profesional, aunque escogió los estudios de Medicina y el tenis perdió a una gran promesa. Además es vicepresidente de una de las federaciones territoriales más fuertes de este deporte como es la madrileña, de la que llegó a estar al frente cuando el año pasado el actual presidente, Juan Luis Rascón, tuvo que hacer lo propio en la Federación Española de Tenis (RFET), en la que Antonio es miembro electo de la Asamblea General. De ahí también que ha tenido la oportunidad de compartir actos con los Rafa Nadal, David Ferrer, Albert Costa o Alex Corretja.

Aunque su profesión le absorbe la mayor parte de su tiempo, el doctor Zapatero no falta a su cita con el tenis. Se mantiene en un gran estado de forma y todas las semanas intenta entrenarse en las pistas no menos de cuatro días. Su pasión es el tenis, pero también le gusta el fútbol. Como madridista, a Antonio le ha dolido especialmente el fallecimiento de Lorenzo Sanz a causa del coronavirus, la enfermedad contra la que él ahora lucha desde primera línea de combate. "Todas las muertes que se están produciendo por causa o en relación con el Covid-19 son igualmente dolorosas para quienes estamos inmersos en esta batalla. Ahora bien, como madridista lo he sentido mucho. Nadie puede olvidar que bajo su mandato recuperamos la hegemonía en el fútbol europeo ganando dos Copas de Europa", nos comenta. Socio del Real Madrid hasta hace unos años, no pudo asistir a ninguna de aquellas dos finales porque le coincidieron con sendos congresos médicos.

Una estrecha relación con Italia

La semana pasada fue entrevistado por la RAI, la cadena de televisión italiana. Una Italia, por cierto, a la que mira de reojo constantemente y no solo para evitar a toda costa que aquí se acabe llegando al apocalipsis que estos días padecen ciudades como Milán, Brescia o Bérgamo. El país de los Apeninos es, podría decirse, la patria adoptiva del experimentado galeno madrileño. Más en concreto la isla de Cerdeña, su particular lugar en el mundo al que acude cada verano desde hace más de una década. Y donde espera regresar cuando acabe toda esta pesadilla para reencontrarse con Matteo, Maria, Marghe, Walter, Francesca, Dario y Giuseppina, su ‘famiglia’ italiana por la que sufre desde la distancia. No en vano, casi todos residen en la ‘zona cero’ de esta terrible pandemia en territorio transalpino.

Además, desde que fue designado para dirigir el hospital de campaña, no hay día que el doctor Zapatero no sea protagonista en los medios. "La situación de ahora es la que es, no es el momento de mirar para atrás y mirar qué se ha hecho bien o mal", asegura desde Ifema con la templanza que requiere la situación. "El problema lo tenemos delante, no detrás, y es devastador. Tiempo tendremos después de analizar cómo se podría haber hecho. Mi pensamiento es ahora esto y lo de mañana", añade Antonio.

Como buen jugador de tenis que es, el doctor Zapatero sabe que el Covid-19 es el rival a batir y que aún queda mucho partido por jugar y ganar. "Lo vamos a sacar adelante, aunque nos llegue por delante una semana mala. Lo único que pedimos es que la gente no salga de casa. Nuestro sistema de Sanidad es extraordinario, pero nos tienen que ayudar quedándose en casa. El resto del trabajo es nuestro". Y en eso está Antonio, dispuesto a devolverle los golpes al coronavirus al frente del hospital de campaña instalado en el Ifema. Todo un desafío para alguien que cambió la raqueta por la bata blanca. Y es que, como se suele decir, el tenis perdió a un gran tenista, pero la Medicina ganó a un gran médico. Ojalá cunda el ejemplo...