El plante del Hoffenheim y el Bayern en la Bundesliga por los insultos de los aficionados
Las pancartas y los gritos ofensivos de los aficionados del Bayern contra el dueño del Hoffenheim provocaron que el árbitro parara el encuentro y que los jugadores hicieran un plante
El Hoffenheim-Bayern de Múnich acabó 0-6, pero lo más extraordinario no fue el resultado, sino lo que pasó en los últimos 20 minutos. Los gritos y pancartas ofensivas de los aficionados visitantes contra el dueño del Hoffenheim provocaron que el encuentro se parara, que la plana mayor del club bávaro entrara al terreno de juego para intentar calmar los ánimos y que ambos equipos acordaran no competir en los últimos 15 minutos en señal de protesta. Un gesto que tendrá consecuencias en la Bundesliga.
El Bayern reforzó su liderato en la liga alemana con una goleada. Seis goles en la primera hora de partido, obra de Serge Gnabry, Joshua Kimmich, Joshua Zirkzee, Philippe Coutinho (2) y Leon Goretzka. A partir de ahí, los protagonistas fueron sus ultras, que presenciaban el partido desde una esquina del PreZero Arena. Mostraron varias pancartas en contra de Dietmar Hopp y también le insultaron.
El árbitro, Christian Dingert, detuvo, dos veces el encuentro. El primer parón fue breve y los jugadores del Bayern, acompañados por su entrenador, Hans-Dieter Flick, se acercaron a la curva y discutieron con sus aficionados. El segundo fue más largo y se sumaron a los reproches Oliver Kahn, directivo del club, y Hasan Salihamidzic, director deportivo.
El encuentro estuvo a punto de suspenderse, al final se reanudó, pero no se jugó. Los dos equipos acordaron no competir: durante los últimos trece minutos, los jugadores de ambos equipos se pasaron el balón y no atacaron. Una especie de huelga como protesta por lo sucedido que fue idea de los futbolistas. Desde la banda observaban Karl-Heinz Rummenigge, presidente del Bayern, y Dietmar Hopp, que habían bajado desde el palco. Tras el pitido final, bajo la lluvia, todos los jugadores se reunieron en torno a Hopp y le dedicaron un aplauso.
Por qué insultan a Dietmar Hopp
Hopp es un multimillonario alemán que en los años 70 fundó junto a ootros ingenieros la multinacional SAP. Durante su juventud jugó en el Hoffenheim, adonde regresó a finales del siglo pasado como inversor. Desde entonces ha gastado cientos de millones de euros en el club. En 2009 se inauguró el nuevo estadio, que costó 60 millones de euros. Para entonces, el Hoffenheim, que a principios de siglo jugaba en la quinta división del fútbol alemán, ya estaba en la Bundesliga.
Hopp lleva más de una década siendo el centro de la ira de muchas aficiones rivales, que consideran su ejemplo con el Hoffenheim un ataque a los principios del fútbol alemán, donde la regla del 50+1 impide la compra de los clubes por parte de grandes fortunas. Es similar al RB Leipzig, solo que en el caso del Hoffenheim los ataques se centran en Hopp, a quien la federación alemana concedió una excepción y ya posee casi la totalidad de las acciones del club. Ese tipo de excepciones, que también disfrutan la propiedad del Bayer Leverkusen y el Wolfsburgo, se dan cuando hay una inversión durante más de 20 años.
Ya en 2008, recién ascendido el Hoffenheim, ultras del Borussia Dortmund mostraron una pancarta con la cara de Hopp dentro de una diana y el mensaje "¡Hasta la vista, Hopp!". "Presentaremos cargos", dijo Hopp a 'Bild'. "Una amenaza de muerte no es algo que se pueda tomar a la ligera. No es algo que puedas ignorar y es importante enviar una señal clara de que se ha cruzado una línea".
Once años y medio después, poco ha cambiado. En 2018, seguidores del Dortmund volvieron a desplegar la misma pancarta (con un tamaño mucho mayor) en el estadio del Hoffenheim. En la actualidad, los seguidores 'borussers' no pueden entrar al estadio del Hoffenheim, pero eso no impide que sigan insultando a Hopp.
Su pancarta con Hopp en la diana se ha convertido en la más habitual para criticar al dueño del Hoffenheim. La semana pasada fue mostrada por ultras del Borussia Mönchengladbach. Y este sábado, el árbitro advirtió que si seguían los insultos contra Hopp en la Südtribune del Signal Iduna Park, detendría el Dortmund-Friburgo. En las pancartas, los ultras del Bayern criticaban a la federación alemana y acusaban a Hopp. "Todo sigue igual, la federación rompe su palabra y Dietmar Hopp sigue siendo un hijo de puta", decía el conjunto de tres pancartas.
Rummenigge: "Estoy avergonzado"
"Estoy profundamente avergonzado", dijo Rummenigge em Sky tras el partido. "Ha llegado el momento en que todo el fútbol alemán actúe en conjunto contra este caos. Esta es la cara fea del fútbol. Estoy profundamente avergonzado por Dietmar Hopp, que es un excelente hombre de honor y se aseguró de que no solo el fútbol, sino todos los deportes en esta región, tuvieran una cara positiva. También me disculpé con él".
"Hemos filmado los acontecimientos y actuaremos con gran dureza contra los responsables que han desacreditado al Bayern hoy. Ellos serán responsables de esto al final del día. Creo que la forma en que los jugadores lo hicieron en los últimos minutos es una señal absoluta. Fue una idea de los jugadores en consulta con el árbitro. Hay un procedimiento que la DFB (Federación Alemana de Fútbol) ha especificado que también creo que es muy correcto", siguió el presidente del Bayern.
"Hemos cerrado los ojos durante demasiado tiempo, lo que sucedió en ciertas curvas (fondos) o en muchas curvas, en realidad en todas. Hemos permitido demasiado y hay que replanteárselo hoy", señaló. "Ahora debemos actuar contra ello con toda inteligencia, pero también con toda la claridad y fuerza que tiene el fútbol. Creo que es bueno que el partido se haya jugado como se jugó. En realidad, ha sido una absoluta bofetada para los aficionados del Bayern de Múnich".
El Hoffenheim-Bayern de Múnich acabó 0-6, pero lo más extraordinario no fue el resultado, sino lo que pasó en los últimos 20 minutos. Los gritos y pancartas ofensivas de los aficionados visitantes contra el dueño del Hoffenheim provocaron que el encuentro se parara, que la plana mayor del club bávaro entrara al terreno de juego para intentar calmar los ánimos y que ambos equipos acordaran no competir en los últimos 15 minutos en señal de protesta. Un gesto que tendrá consecuencias en la Bundesliga.