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El pueblo palentino que se hizo de la Real: no todo está podrido en el fútbol español
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ENTRE TANTA GUERRA SUCIA Y TRAICIONES

El pueblo palentino que se hizo de la Real: no todo está podrido en el fútbol español

El enfrentamiento copero les ha hermanado y más de 500 de los 754 habitantes de Becerril de Campos se desplaza a San Sebastián y animarán a la Real desde las gradas de Anoeta

Foto: Aficionados del CD Becerril y de la Real Sociedad
Aficionados del CD Becerril y de la Real Sociedad

Desgraciadamente, poco o nada queda ya en el fútbol español que no esté podrido, ya sea por culpa del dinero que unos derrochan, otros ambicionan y a la gran mayoría les falta. Sirvan dos ejemplos recientes para comprobar a qué grado de degradación estamos llegando. El primero, ese millón de euros que el FC Barcelona se habría gastado en contratar a una empresa para desprestigiar a incómodos ex jugadores (Xavi, Puyol o Pep Guardiola) y candidatos a la presidencia (Joan Laporta, Víctor Font o Agustí Benedito), pero también a sus propios futbolistas, empezando por el mismísimo Messi y siguiendo por otro peso pesado del vestuario culé como Piqué. Difícil de creer, imposible de explicar y un único desenlace posible en caso de quedar todo demostrado: la ineludible dimisión del presidente Josep María Bartomeu.

[La guerra civil en AFE que desvela en qué manos (y dedos) está el fútbol español]

Otro ejemplo del deterioro es el lamentable postureo que ha habido alrededor del I Convenio Colectivo del Fútbol Femenino, con una representación —más que presentación— en el Congreso de los Diputados en el que los y las presentes se supone que a partir de ahora serán asiduos y asiduas a los campos de la Primera Iberdrola. En este asunto lo más putrefacto ha sido el comportamiento del presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales (AFE), David Aganzo, quien en el inicio de las negociaciones estuvo del lado de Luis Rubiales, de ahí su interés por demorarlas, y ha terminado echándose a los brazos de Javier Tebas, por eso su empeño en dejar fuera de la foto a la RFEF, quien, por cierto, declinó ir al mencionado acto, además de despreciar al Consejo Superior de Deportes (CSD) y a su nueva presidenta, Irene Lozano.

Por si alguien tiene dudas, ahí está el comunicado que el vicepresidente de la propia AFE, Jesule Barbadilla, y los vocales Xavi Oliva, Queco Piña y Armando Lozano, es decir, la resistencia de Rubiales, emitieron a la misma hora en que el acuerdo se escenificaba en el Congreso. Un texto que tildaba el acuerdo final de "excluyente y precario", al tiempo que hablaba de una "vergonzosa firma". Vamos, que tanto a Aganzo como a Rubiales las futbolistas les importan lo mismo que nada. Por eso se ha tardado más de un año en firmar algo que, al igual que sucede con el fútbol femenino en general, ha terminado siendo peor de lo que pudo haber sido.

placeholder Mikel Merino celebra el 1-4 de la Real al Real Madrid en los cuartos de final de la Copa del Rey. (EFE)
Mikel Merino celebra el 1-4 de la Real al Real Madrid en los cuartos de final de la Copa del Rey. (EFE)

Una historia reconfortante

Sin embargo, y por fortuna, en el fútbol no todo es hedor, pues surgen también algunas historias dignas de contar. Una de ellas es la que este fin de semana van a protagonizar más de 500 de los 754 habitantes de la localidad palentina de Becerril de Campos, entre ellos su equipo de fútbol al completo, que visitarán San Sebastián y estarán en las gradas de Anoeta para animar a la Real Sociedad contra el Valencia. Claro que lo mejor de todo es que lo harán invitados por el club donostiarra, el rival que en la primera ronda de la Copa del Rey le endosó un 0-8 en La Nueva Balastera. “Fue una auténtica fiesta del fútbol. Estamos muy agradecidos por el trato de la Real Sociedad y cómo nos animaron a pesar de la goleada", comentó el presidente del CD Becerril.

Y es que como desvelo el propio Juan Antonio Redondo, "el presidente de la Real me dijo que cuando quisiéramos estábamos invitados a ir a San Sebastián a ver un partido de Primera. El que quisiéramos, con entrada, autobús y comida pagada para todo el equipo y la directiva. Además, me dijo que hacía extensible la invitación a todo el pueblo y que ponía autobuses para que los vecinos se puedan desplazar”, añadió el presidente del modesto club de Becerril de Campos, desde donde este sábado saldrán ocho autobuses y alrededor de 50 coches en dirección a Donosti.

Desde aquella eliminatoria copera se ha creado un vínculo entre los dos clubes, que se ha hecho extensible a Becerril de Campos y Donostia, cuyo alcalde, Eneko Goia, incluso recibió este viernes a su homólogo Francisco Pérez, y sobre todo entre sus respectivas aficiones. Prueba de ello es que se han organizado varios actos para que la previa del partido sea una fiesta del fútbol. Las peñas de ambos equipos compartirán una comida de hermanamiento en una sidrería, ya en Anoeta niños de Becerril saldrán al campo de la mano de los jugadores de la Real y en el descanso varios de sus representantes compartirán sus vivencias con el speaker en el terreno de juego.

Para rematar la historia, el CD Becerril ha anunciado en sus redes sociales que invita a todos los abonados de la Real Sociedad a uno de los partidos que ellos elijan en lo que queda de temporada. De esta forma, cualquiera de los 34.119 seguidores con abono en Anoeta, ahora llamado Reale Arena, podrán acudir a la taquilla del Mariano Haro y retirar su entrada para el encuentro que se juegue ese día.

Seguro que recuerdan cuando Simeone dijo que el Atlético de Madrid era "el equipo del pueblo". La verdad es que el técnico argentino no especificó a qué pueblo se refería, pero desde luego de Becerril de Campos ya sabemos que no, pues esta pequeña localidad palentina se ha hecho de la Real. Y eso que esta modélica relación se ha originado tras encajar una goleada. Ojalá cunda el ejemplo y se disipe este ambiente fétido...

Desgraciadamente, poco o nada queda ya en el fútbol español que no esté podrido, ya sea por culpa del dinero que unos derrochan, otros ambicionan y a la gran mayoría les falta. Sirvan dos ejemplos recientes para comprobar a qué grado de degradación estamos llegando. El primero, ese millón de euros que el FC Barcelona se habría gastado en contratar a una empresa para desprestigiar a incómodos ex jugadores (Xavi, Puyol o Pep Guardiola) y candidatos a la presidencia (Joan Laporta, Víctor Font o Agustí Benedito), pero también a sus propios futbolistas, empezando por el mismísimo Messi y siguiendo por otro peso pesado del vestuario culé como Piqué. Difícil de creer, imposible de explicar y un único desenlace posible en caso de quedar todo demostrado: la ineludible dimisión del presidente Josep María Bartomeu.