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Por qué Iker Casillas no se despide del fútbol y el interrogante de los 4 millones
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el paso que se salta y sorprende

Por qué Iker Casillas no se despide del fútbol y el interrogante de los 4 millones

En Iker Casillas hay un comportamiento que, por calificarlo de alguna manera, tiene un componente rebelde y orgulloso. Para ser más concreto: no le gustan las despedidas

Foto: Iker Casillas se presenta a las elecciones de la Federación Española de Fútbol. (EFE)
Iker Casillas se presenta a las elecciones de la Federación Española de Fútbol. (EFE)

A Casillas le ha faltado gestionar mejor su retirada del fútbol. Se ha saltado el paso y no se entiende que sea por la precipitación de anunciar su candidatura a la presidencia de la Federación Española de Fútbol. Era un secreto a voces por las reuniones y mensajes que intercambia y apremiaba el tiempo. Casillas comunicó en su cuenta de twitter que tiene una candidatura y no hizo referencia a la retirada. Obvió lo más importante. Su figura como portero de leyenda en el fútbol tiene que estar separada de sus planes de futuro en los despachos. O no le gustan las despedidas o quiere dejar la imagen del portero activo.

En Iker Casillas hay un comportamiento que, por calificarlo de alguna manera, tiene un componente rebelde y orgulloso. Para ser más concreto: no le gustan las despedidas. La del Real Madrid tuvo de todo. Entre la mezcla de reproches y mentiras se solucionó con un posado en el césped, en la mañana de un lunes, en el Bernabéu. Todo esto después de que rompiera a llorar el día anterior. Un domingo de mal recuerdo para todas las partes (Casillas y Florentino). Se medio arregló la despedida y se marchó al Oporto en 2015. Del club portugués tampoco hay un adiós oficial. Sabemos lo que ha dicho el presidente, Jorge Nuno Pinto da Costa, en referencia al final de su carrera. La noticia de que Iker Casillas cuelga los guantes, aunque se pudiera dar por hecha después del infarto de miocardio, que le apartó de la actividad deportiva profesional la notificó el dirigente portugués.

Iker siempre dice que nunca se fue de la Selección española y aprovechaba cualquier resquicio para ofrecerse a los diferentes seleccionadores. El cara a cara con Julen Lopetegui fue otro de esos malos tragos. El ahora entrenador del Sevilla le comunicó que el relevo era David de Gea. Antes tuvo un rifirrafe con Del Bosque, en la Eurocopa de Francia de 2016, que se solucionó con una fotografía algo forzada en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Con Del Bosque es difícil enfadarse. Lo perdona todo o casi todo. A Iker no se lo tuvo en cuenta porque, como suele, decir “es buen chico”. No se podía romper esa relación casi paternal que tenían del pasado en la cantera madridista.

El 'presidente' para Isco y Marcelo

Por una cosa u otra, el asunto es que Iker Casillas quiere ser presidente de la Federación Española de Fútbol sin que haya una imagen de la retirada como futbolista. Falta el capítulo final. Cada uno tiene derecho a poner el final a una etapa como le pida el cuerpo. Estaremos de acuerdo que Casillas no es un futbolista más. Es el que levantó las Copas de Europa y el Mundial con España y, qué menos que una rueda de prensa para anunciar su final. Todavía está tiempo. Si le queda un hueco porque, en estos momentos, está inmerso en la estrategia preelectoral buscando apoyos, votos con la necesidad de conocer cuál será la fecha final de las elecciones. Si habrá adelanto o quedarán para el otoño. Las prisas le han podido jugar una mala pasada o no. Iker es listo y sabe lo que le conviene y cuál es su carisma. Además, tiene asesores (entre los que se encuentra Fernando Hierro).

El interrogante que está sin resolver y del que tampoco se pronunció el presidente del Oporto es si va a cobrar el año que le quedaba de contrato. Hablamos de una cantidad de 4 millones de euros y, según informaciones en Portugal, lo que han resuelto las partes es que Casillas acaba su carrera con el Oporto cobrando todo lo pactado en los contratos.

placeholder Una imagen de Casillas y Luis Rubiales, cuando éste último era presidente de la AFE. (EFE)
Una imagen de Casillas y Luis Rubiales, cuando éste último era presidente de la AFE. (EFE)

Estos días le cambian la vida. Anda ocupado con reuniones, estrategias, llamadas y mensajes de ex compañeros que le animan a que siga adelante. Públicamente se han expresado pocos de los tantos amigos que ha tenido a lo largo de su carrera. Entre los que lo han hecho están Marcelo e Isco. El brasileño y el malagueño se dirigen a él como 'Presidente'. Es la muestra de cariño más cercana que se conoce del Real Madrid. La del vestuario que habla de Iker Casillas como esa figura ambiciosa que quiere ser presidente del fútbol español. Entre sus buenos amigos y confidentes está Sergio Ramos.

Dentro del club, en los despachos y los que toman decisiones, hay más incredulidad y hasta algo de indiferencia. Las elecciones son un proceso complejo por el control de los 140 votos que depende de una Asamblea que tiene controlada, en su mayoría, Luis Rubiales. El actual presidente de la Federación recibe la noticia de la candidatura de Casillas como un instrumento más de su rival en la Liga, Javier Tebas, para hacerse con el poder de la Federación Española de Fútbol.

A Casillas le ha faltado gestionar mejor su retirada del fútbol. Se ha saltado el paso y no se entiende que sea por la precipitación de anunciar su candidatura a la presidencia de la Federación Española de Fútbol. Era un secreto a voces por las reuniones y mensajes que intercambia y apremiaba el tiempo. Casillas comunicó en su cuenta de twitter que tiene una candidatura y no hizo referencia a la retirada. Obvió lo más importante. Su figura como portero de leyenda en el fútbol tiene que estar separada de sus planes de futuro en los despachos. O no le gustan las despedidas o quiere dejar la imagen del portero activo.

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