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El giro en la vida del héroe Antxon Muneta: una historia de amor del Mirandés
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El giro en la vida del héroe Antxon Muneta: una historia de amor del Mirandés

El excentrocampista rojillo recuerda emocionado aquella histórica semifinal ante el Athletic tras la que echó raíces junto a su mujer y sus dos hijos: “Miranda es especial. Marcó mi vida”

Foto: El centrocampista Antxón Muneta (2i), del Mirandés, controla el balón ante Ander Herrera en 2012.
El centrocampista Antxón Muneta (2i), del Mirandés, controla el balón ante Ander Herrera en 2012.

Amor a primera vista. Es el sentimiento que rápidamente se produjo entre Antxon Muneta (Bilbao, 1 de junio de 1986) y el CD Mirandés cuando fichó por el club rojillo en verano de 2010. “Desde que llegué he notado que esta ciudad y su gente tienen algo especial. Y no es para nada un tópico. Hay que vivirlo para darse cuenta”, comenta el excentrocampista de Anduva a El Confidencial, unas horas antes del choque en semifinales de Copa del Rey entre 'su' Mirandés y la Real Sociedad (a las 21:00 horas, televisado por Cuatro). Sabe de qué va esto.

[La revolución de Iraola en el Mirandés]

Todo aquel que conoce la ciudad de Miranda de Ebro sabe la particular atmósfera que se respira en torno a su club de fútbol -más del 10% de la población es socia-. Y no sólo los días de partido. “Se puede ver cada día en los balcones de los edificios, con las banderas colgadas o con los niños luciendo orgullosos la camiseta de su equipo camino del cole”. Muneta conoce muy bien todo esto, no en vano, sus cuatro temporadas en el club estuvieron cargadas de emociones y de un halo mágico que les llevó a hacer historia.

En los 85 años desde su creación, la entidad ferroviaria (sus primeros socios fueron ferroviarios) jamás había superado la Segunda División B y, en la Copa del Rey, la barrera de octavos de final había resultado infranqueable. Pero llegó en 2010 un grupo de intrépidos, comandados por Carlos Pouso, con la intención de grabar sus nombres con letras de oro en el ideario de este modesto club. La genialidad y la media punta eran compartidas por Pablo Infante y Antxon Muneta. En su primera temporada, tras quedar segundos en liga y pasar las dos primeras eliminatorias de ascenso, cayeron en la tercera y definitiva ante el Guadalajara en un trágico final con un gol encajado en el minuto 86. “No éramos capaces de controlar las lágrimas, fue un palo terrible. No se me borrará de la mente ver a la gente abatida, deambulando por la grada buscando una explicación. A esa gente, que nos había llevado en volandas toda la temporada, no pudimos regalarle el premio del ascenso”.

La histórica Copa de 2012 y el ascenso

placeholder Markel Susaeta ante Antxón Muneta. (EFE)
Markel Susaeta ante Antxón Muneta. (EFE)

Pero como se suele decir en estos casos, el fútbol le debía una al Mirandés, y no tardó en devolvérsela… ¡y con creces! La siguiente campaña fue la que todo el mundo recuerda como la del ‘matagigantes’. Por la guadaña copera del equipo rojillo pasaron Villarreal, Racing de Santander y Espanyol (todos ellos en Primera División). Y ojo, en eliminatorias a doble partido. “Quizá le doy más mérito ahora con el paso del tiempo. Lo que está haciendo la actual plantilla es increíble, pero nosotros lo hicimos a ida y vuelta y siendo equipo de Segunda B. Vamos, un milagro”.

Y llegó la semifinal contra el Athletic de Marcelo Bielsa. “No se me olvidará nunca. La ciudad llena de banderas por todos los lados, la gente absolutamente loca con nosotros, dándonos apoyo y aliento a cada paso que dábamos por las calles. No se hablaba de otra cosa. Y nosotros no éramos tan conscientes de ello, porque al jugar miércoles-domingo habíamos entrado en un bucle inusual para un club de esa categoría”. El partido de ida en Anduva (1-2) dejó abierta una puerta a la esperanza, pero San Mamés devolvió a la tierra al hasta entonces Mirandés galáctico. “Perdimos 6-2, pero a mí me dio pena hasta que acabara el partido. Ver a miles de mirandeses desplazados a Bilbao, con su bufanda anudada al cuello y en un escenario como la Catedral pone la carne de gallina”.

Pero la nube en la que Muneta y sus compañeros estaban sumidos no se disipó. Continuó hasta final de temporada, firmando un histórico ascenso a la Segunda División por primera vez desde 1927. “Desde aquella fatídica tarde ante el Guadalajara, aquel equipo tenía una herida abierta, y no se cerró hasta que culminamos el trabajo en Palma de Mallorca ante el Atlético Baleares”. Curiosamente lo consiguieron en plenas fiestas de San Juan del Monte, evento que junto con el Mirandés es lo más querido por los habitantes de la ciudad. ¡Un cóctel perfecto!

Amor más allá de lo profesional

Hasta aquí un idilio con el club y la ciudad que pudiera parecer perfecto para Muneta, pero aún hay más... En aquellos “maravillosos 4 años”, como él los define, conoció a la que hoy es su mujer (mirandesa, por supuesto) y con la que ha tenido dos niños, Martín y Marko (mirandeses también). Aunque posteriormente ha seguido jugando en otros clubes (Reus, UD Logroñés, Mérida y actualmente Gimnástica de Torrelavega), tiene fijada su residencia en Miranda de Ebro. “Todavía me queda cuerda para seguir jugando, pero obviamente ya se valora el tema de la proximidad para estar cerca de la familia”.

Antxon es una figura muy reconocida en la ciudad y todavía se le recuerda su época vestido de rojillo, y más en las últimas semanas en las que el Mirandés avanza en el 'torneo del KO'. Lo lleva con indudable orgullo, y ahora respira esta pasión desde fuera, llevando al pequeño Martín al cole, lo que en su día vivió en sus propias carnes.

"Este Mirandés tiene más calidad que nosotros"

Ocho años después la fotografía es exactamente la misma. Miranda de Ebro ha tenido un precioso ‘deja vu’ y vuelve a revivir a partir de hoy lo acontecido en 2012. Cambian de rival vasco, el Athletic Club de Bilbao por la Real Sociedad, se alterna el orden de los partidos, la ida fuera y la vuelta en Anduva, pero la expectación (colas interminables para conseguir entradas) y la ilusión y la desbordante alegría de la gente es una auténtica fotocopia. “A mí este Mirandés me encanta, me emociona verle”, reconoce un Muneta que ve ciertas similitudes con aquel equipo suyo: “Se trata de un equipo en mayúsculas, un bloque fuerte, solidario, de un gran trabajo colectivo y, eso sí, con más calidad que nosotros. Para eso están en una categoría superior (risas)”.

Hay quienes piensan que la Real Sociedad bajará de la famosa nube al Mirandés, pero sus aficionados, y Antxon está entre ellos, mantienen la esperanza, por qué no, de colarse en la gran final del 18 de abril en Sevilla. “Hay que reconocer que la Real es un equipo muy fuerte, quizá el peor rival de los tres que nos podían tocar, pero aún así le doy un 30 o 40% de opciones al Mirandés. Si salimos con un buen resultado de Anoeta, Anduva lo va a igualar todo y puede ser una locura”.

Frente a Miranda de Ebro están, los Odegaard, Oyarzabal, Isak, Mikel Merino y compañía, además de 36.000 aficionados que jalearán a los suyos en Anoeta. Los rojillos lo tienen complicado, pero nadie prohíbe soñar y en la casa de los Muneta ya lo tienen todo preparado para vivir más noches mágicas.

Amor a primera vista. Es el sentimiento que rápidamente se produjo entre Antxon Muneta (Bilbao, 1 de junio de 1986) y el CD Mirandés cuando fichó por el club rojillo en verano de 2010. “Desde que llegué he notado que esta ciudad y su gente tienen algo especial. Y no es para nada un tópico. Hay que vivirlo para darse cuenta”, comenta el excentrocampista de Anduva a El Confidencial, unas horas antes del choque en semifinales de Copa del Rey entre 'su' Mirandés y la Real Sociedad (a las 21:00 horas, televisado por Cuatro). Sabe de qué va esto.

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