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El Barcelona queda retratado (otra vez) con el 'síndrome Ernesto Valverde'
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el hundimiento del barça ante el atlético

El Barcelona queda retratado (otra vez) con el 'síndrome Ernesto Valverde'

Bastaron 15 minutos para arruinarlo todo. El Barcelona, que estaba dando un baño al Atlético, se vino abajo y no jugará la final de la Supercopa contra el Real Madrid

Foto: Leo Messi fue el mejor del Barcelona en el partido ante el Atlético de Madrid. (Reuters)
Leo Messi fue el mejor del Barcelona en el partido ante el Atlético de Madrid. (Reuters)

El FC Barcelona no jugará la final de la Supercopa el domingo frente al Real Madrid porque el Atlético creyó que podía ganarlo y le ganó. La fe rojiblanca tenía donde sustentarse, más allá de los deseos y esperanzas propios: el canguele ajeno. Si les pasó en Roma, si les volvió a pasar en Liverpool, si está bien documentado en la serie de Amazon ‘Matchday’, ¿por qué no creer que les podría suceder otra vez? A pesar de las siete paradas de Jan Oblak y de los dos goles anulados por el VAR, a pesar del mareo durante gran parte del partido, a pesar de Leo Messi en modo jefe en la segunda parte, a pesar del 2-1 en el marcador en el 62’ y del tanto anulado a Piqué en el 74’. ¿Por qué no seguir intentándolo por si acaso? Y, efectivamente, la persistencia tuvo premio. Ganó el Atlético (2-3) y el Barça vuelve a quedar retratado. Esta vez en Yeda, Arabia Saudí.

Las consecuencias de esta derrota son imprevisibles. Al fin y al cabo, la Supercopa no les iba tampoco a apañar la temporada. Nadie al final iba a contarla entre los títulos a no ser que fuera de relleno con la Liga o sobre todo con la Champions, pero caer así, otra vez, hace mucha pupa, y el primero en la línea de fuego es Valverde, justo en el día en que el Barça presentó su mejor cara, con ocasiones constantes, vivo, con presión, posesión y vertical. Se esperaba que en los momentos importantes, aunque sean en Arabia Saudí, el equipo resucitara y volviera a ser reconocible, y así fue. En lo bueno y en lo malo. En el acoso constante a la portería de Oblak y en la parálisis mental tras el tanto anulado a Piqué.

En el capítulo dedicado al desastre de Anfield en el documental 'Matchday', se ve a Messi arengando a sus compañeros antes del encuentro: "Venga, gente, vamos a dar un pasito. No hay que desaprovechar la oportunidad. Dale, que estamos ahí. Vamos a salir fuerte. Recordemos: lo de Roma fue culpa nuestra. De nadie más. Que no pase lo mismo. Eso fue culpa nuestra y de nadie más". Ante el Liverpool, la culpa tampoco se le puede echar al técnico cuando Alba, por ejemplo, fue un desastre y se echó a llorar roto en el descanso o en el córner que les eliminó mientras todos estaban de espaldas.

placeholder Ernesto Valverde sale señalado de la Supercopa. (Reuters)
Ernesto Valverde sale señalado de la Supercopa. (Reuters)

Pero es Valverde el primero al que, inevitablemente, se dirigen las miradas después del sopapo en Yeda. Quince minutos son suficientes para arruinarlo todo, y que en el mejor partido, con la mejor versión de la temporada, no sean capaces de ganar a un Atlético gris es, además de deprimente, un serio aviso para lo que está por venir.

Leo Messi pide unidad

"¿Valverde? Es normal que cuando hay una derrota o no se juega como a la gente le gustaría se digan cosas. Tenemos que estar más unidos que nunca". Leo Messi, como líder, sabía que tenía que salir a dar la cara en Arabia Saudí. Era una noche para ello y tratar de echar agua antes de que se originen fuegos, aunque reconoció -con la boca pequeña- que no juegan bien: "Es un paso adelante más allá de la derrota. Seguiremos el camino de hoy y tenemos mucho que mejorar, como no cometer errores infantiles".

Si el aficionado azulgrana ya andaba con la mosca detrás de la oreja pese al liderato en la Liga por la triste imagen de su equipo y el chof en el derbi ante el Espanyol colista en el primer partido del año, la derrota en la Supercopa le carga de razones para seguir barruntando que esta campaña será un desastre. No es por la Supercopa. Es por Roma, por Liverpool y por un Barça que no gana ya ni jugando bien.

El FC Barcelona no jugará la final de la Supercopa el domingo frente al Real Madrid porque el Atlético creyó que podía ganarlo y le ganó. La fe rojiblanca tenía donde sustentarse, más allá de los deseos y esperanzas propios: el canguele ajeno. Si les pasó en Roma, si les volvió a pasar en Liverpool, si está bien documentado en la serie de Amazon ‘Matchday’, ¿por qué no creer que les podría suceder otra vez? A pesar de las siete paradas de Jan Oblak y de los dos goles anulados por el VAR, a pesar del mareo durante gran parte del partido, a pesar de Leo Messi en modo jefe en la segunda parte, a pesar del 2-1 en el marcador en el 62’ y del tanto anulado a Piqué en el 74’. ¿Por qué no seguir intentándolo por si acaso? Y, efectivamente, la persistencia tuvo premio. Ganó el Atlético (2-3) y el Barça vuelve a quedar retratado. Esta vez en Yeda, Arabia Saudí.

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