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La falta de interés de Bale en el banquillo del Real Madrid con el 'Bottle flip challenge'
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despreocupado del partido en Valencia

La falta de interés de Bale en el banquillo del Real Madrid con el 'Bottle flip challenge'

La actitud de Gareth Bale en el banquillo de Mestalla se puede interpretar como la de un futbolista al que le falta compromiso y pasión. Por acciones como esta se le critica su falta de liderazgo

Foto: Gareth Bale, sonriente, junto con Casemiro en el banquillo del Real Madrid en Mestalla. (Efe)
Gareth Bale, sonriente, junto con Casemiro en el banquillo del Real Madrid en Mestalla. (Efe)

Es una de las imágenes que pueden herir la sensibilidad de los aficionados más críticos con la actitud de Gareth Bale. El galés, suplente en el partido contra el Valencia, se dedicó a jugar al 'Bottle flip challenge', en el banquillo. El encuentro estaba para no quitar el ojo de lo que sucedía en el césped. Su equipo perdía con el gol de Ferran Torres y tenía problemas para igualar el marcador. Bale estaba en su mundo. Se dedicó a juguetear con una botella y hacer varios intentos para tirarla y ponerla de pie. A su derecha estaban Casemiro, Militao y Vinicius, que le rieron la gracia e, incluso, Eder Militao hizo algún intento con otra botella. A su izquierda estaban Luka Jovic y Odriozola más concentrados y pendientes de los que sucedía en el campo. Las camaras de 'Vamos' captaron una secuencia que muestra a un Bale despreocupado.

A Gareth Bale le tocó asumir, después, el papel de revulsivo. Lo puso en el campo Zidane, en un doble cambio con Vinicius, para intentar equilibrar el partido y encontrar el deseado gol. No tuvo la ocasión. Lo intentó con una falta en la frontal del área. Pero no consiguió ser el héroe de un partido en el que su equipo estaba jugando con más corazón y garra. El Real Madrid igualó la cotienda con una jugada, a la desesperada en el último minuto, con la subida a un saque de esquina de Thibaut Courtois y el gol en el rechace de Benzema. El francés es el polo opuesto al galés. Siempre conectado y con el ánimo de asumir cada vez más responsabilidades.

La actitud de Gareth Bale en el banquillo de Mestalla se puede interpretar como la de un futbolista al que le falta compromiso y pasión. Por acciones como esta se le critica su falta de liderazgo. Verle jugar con una botella y sonreír, cuando su equipo va perdiendo, es una señal de un profesional que se desconecta o despreocupa de lo que sucede en el campo. En el Madrid le quitan hierro a este asunto. Pero no consiguen saber cómo sacarle de su burbuja. No es ninguna novedad cuando tampoco se le ha querido dar importancia a la famosa bandera de la polémica (Gales. Golf. Madrid) con la que el galés y su Selección celebró la clasificación para la Eurocopa de 2020. Pero no deja de ser una actitud reprochable ver al futbolista que más cobra de la plantilla desatenderse de lo que acontece en un partido y más de la importancia en un campo como el del Valencia y cuando el Clásico está cerca.

La medida de Zidane

Zidane ha decidido que Bale no juegue los últimos partidos en el once. Lo convocó para el encuentro en Brujas de la Champions, lo hizo viajar a Bélgica y no le sacó al campo ni un minuto. En Valencia eligió antes a Rodrygo. Puede que Bale tenga su oportunidad en el Clásico de este miércoles para entrar en el equipo titular. Pero hay una versión que apunta a una medida disciplinaria de Zidane con el galés por haber estado un mes sin entrenar con el equipo, sin jugar un partido y haberse centrado en la recuperación de una lesión para estar apto con su Selección. Zidane premia a los que hacen méritos. Es el caso de Rodrygo, que está por delante de Bale. El galés puede estar incómodo por no ser titular en un momento en el que otra estrella, Eden Hazard, es baja por lesión.

El entrenador ha vuelto a dejar claro que cuenta con Bale, pero lo considera uno más. No tiene privilegios y si quiere jugar tiene que ganárselo en los entrenamientos y los partidos. Tendrá más oportunidades y puede que le dé la ocasión de jugar en el once contra el Barcelona, pero la imagen de verle jugar con la botella en el banquillo, riéndose y sin interés por lo que sucede en el césped, no le favorece.

Es una de las imágenes que pueden herir la sensibilidad de los aficionados más críticos con la actitud de Gareth Bale. El galés, suplente en el partido contra el Valencia, se dedicó a jugar al 'Bottle flip challenge', en el banquillo. El encuentro estaba para no quitar el ojo de lo que sucedía en el césped. Su equipo perdía con el gol de Ferran Torres y tenía problemas para igualar el marcador. Bale estaba en su mundo. Se dedicó a juguetear con una botella y hacer varios intentos para tirarla y ponerla de pie. A su derecha estaban Casemiro, Militao y Vinicius, que le rieron la gracia e, incluso, Eder Militao hizo algún intento con otra botella. A su izquierda estaban Luka Jovic y Odriozola más concentrados y pendientes de los que sucedía en el campo. Las camaras de 'Vamos' captaron una secuencia que muestra a un Bale despreocupado.

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