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Por qué Zidane no se 'carga' a Sergio Ramos (la fisura del Real Madrid)
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Por qué Zidane no se 'carga' a Sergio Ramos (la fisura del Real Madrid)

El entrenador ve a Sergio Ramos imprescindible, a pesar de no estar en su versión más sólida y contundente. Lo que quita atrás, el capitán lo da arriba con goles e intimidación

Foto: La liga santander - deportivo alaves v real madrid
La liga santander - deportivo alaves v real madrid

A Sergio Ramos no se lo quiere 'cargar' el entrenador en su filosofía de las rotaciones porque considera que es el jugador que más personalidad tiene y nunca se arruga. Lo tiene claro. Es una tecla que no aprieta. Ni aunque el defensa reciba críticas por sus despistes (como le sucedió con la empanada contra la Real Sociedad) o se acelere y meta el brazo a Joselu, cuando tenía la posición ganada, contra el Alavés. Un penalti que podía ser innecesario e igualó el partido. Antes, Ramos había marcado el primer gol del equipo con un cabezazo en un lanzamiento de falta de Kroos (lo celebró limpiando la bota al alemán). El capitán no decepciona al entrenador. Lo quiere siempre en el campo, pese a que atraviese un momento de dudas atrás.

La exigencia en el Real Madrid está en hacerlo todo perfecto. Rayar la excelencia. En eso está Zinédine Zidane con una filosofía en la que tiene las ideas muy claras y no va a cambiar. Cuenta con todos los jugadores. Anque no se puede negar que tiene sus intocables. Entre ellos están tres futbolistas: Sergio Ramos, Casemiro y Benzema. Lo juegan todo. No rotan. Son imprescindibles en los planes del entrenador francés y con ellos forma su pequeña columna vertebral. Las piezas las mueve con otros que entran y salen. Lo más sorprendente es que tiene el convencimiento de que la portería también tiene que tener movimiento. En Vitoria dejó en el banquillo a Courtois y sacó de la inactividad a Areola. Una decisión con riesgo por la mejoría que venía mostrando el guardameta belga, aunque le cayeran dos goles (Real Sociedad y Paris Saint Germain) en los errores de Sergio Ramos y Varane (se lío con Courtois en el gol de Mbappé).

placeholder Carvajal celebra el gol del triunfo contra el Alavés. (Efe)
Carvajal celebra el gol del triunfo contra el Alavés. (Efe)

Hay una fisura en defensa. La tiene que reparar Sergio Ramos, el líder de ZZ, en un momento de la temporada donde el equipo crece como un bloque y todos se exigen ser aplicados en cualquier faena. Tener esfuerzo, solidaridad y concentración. El último ejemplo de cambio de mentalidad y actitud es Isco. Estaba marginado con Solari y Zidane pretende recuperarle como sea porque dice que es de esos jugadores, como Sergio Ramos, que tienen personalidad y determinación para jugar en cualquier momento. Es una cuestión de confianza. El entrenador ve a Ramos imprescindible, a pesar de no estar en su versión más sólida y contundente. Lo que quita atrás lo da arriba con goles e intimidación.

La exigencia al capitán

Es un caso cerrado para Zidane. El entrenador trabaja para lograr triunfos como los conseguidos en Eibar y Vitoria y para ello necesita en el campo a jugadores que tengan alma. Sergio Ramos es el mejor cuando se trata de aportar carácter y garra al equipo. Le acompañan otros como Casemiro, Carvajal y el transformado Benzema. "Ramos es Ramos", como dice Zidane cuando le preguntan por los más veteranos y habla con pasión del capitán. Le defiende y pone de ejemplo de profesionalidad, voracidad y competitividad. Al que exculpa de los fallos individuales cuando dice que defender es una cosa de todos, pero a la vez exige en su charlas la importancia de ser un bloque compacto, concentrado e intenso. La obsesión por acabar con la portería a cero tiene como máximo responsable al guardameta y al líder de la defensa: Sergio Ramos.

El Real Madrid tiene que tapar las fisuras atrás de sus dos centrales titulares (Sergio Ramos y Varane) para no echar por tierra la mejoría que ha conseguido delante (con un Benzema más afilado) y el equilibrio en el centro del campo (con la entrada de Fede Valverde y el regreso de Isco). El equipo está engrasado. Transmite buenas sensaciones en campos donde la temporada pasada bajaba los brazos y renunciaba a competir. Tiene carácter y reacciona cuando sufre un revés. Juega con alma para sobreponerse. Remonta. Encuentra la inercia ganadora y la regularidad. Tiene la ansiada continuidad que buscaba Zidane.

El Madrid confirma que es un aspirante a todo si arregla las grietas atrás. A Sergio Ramos se le pide que no tenga el más mínimo fallo después de poner en peligro el triunfo en Vitoria por una acción de penalti. El que no le critica es su entrenador. Encantado de sacar adelante partidos complicados por la raza de su capitán. "Ganar este tipo de partidos nos da la vida. Hemos jugado con mucha personalidad", es la reivindicación que hace Zidane tras el triunfo contra el Alavés en un partido duro por la agresividad del rival y la climatología (lluvia incesante y frío). Victorias como las de Eibar y contra el Alavés refuerzan la confianza en el equipo blanco cuando empieza la cuenta atrás para el Clásico en el Camp Nou (18 de dciembre). Pero se quiere al Sergio Ramos en su versión infalible.

A Sergio Ramos no se lo quiere 'cargar' el entrenador en su filosofía de las rotaciones porque considera que es el jugador que más personalidad tiene y nunca se arruga. Lo tiene claro. Es una tecla que no aprieta. Ni aunque el defensa reciba críticas por sus despistes (como le sucedió con la empanada contra la Real Sociedad) o se acelere y meta el brazo a Joselu, cuando tenía la posición ganada, contra el Alavés. Un penalti que podía ser innecesario e igualó el partido. Antes, Ramos había marcado el primer gol del equipo con un cabezazo en un lanzamiento de falta de Kroos (lo celebró limpiando la bota al alemán). El capitán no decepciona al entrenador. Lo quiere siempre en el campo, pese a que atraviese un momento de dudas atrás.

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