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El cambio de Robert Moreno con Luis Enrique y por qué envió tarde su comunicado
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El cambio de Robert Moreno con Luis Enrique y por qué envió tarde su comunicado

En la Federación española quieren 'dar carpetazo' a Robert Moreno y comenzar una historia nueva con Luis Enrique, aunque eso no quita a que estén molestos por cómo ha sucedido todo

Foto: Robert Moreno, durante el encuentro que enfrentó a España con Rumanía en el Metropolitano. (EFE)
Robert Moreno, durante el encuentro que enfrentó a España con Rumanía en el Metropolitano. (EFE)

“Me gustaría hacer el ciclo Eurocopa-Mundial, aquí estás solo una vez”. Era la rueda de prensa de Robert Moreno rodeado de cuadros históricos que un día fueron pensados, dibujados y finalmente enmarcados para que la humanidad lo contemplase bajo el techo del Museo del Prado. Ese viernes 8 de noviembre -celebrando los 200 años del museo- Robert Moreno también pedía en público que le dejaran realizar su obra, una que había comenzado Luis Enrique y que él estaba continuando. Pero Luis Enrique pidió nuevamente el pincel y Robert, esta vez, no quiso ser ayudante de pintor, sino tener su propio lienzo. Y no uno cualquiera, sino uno que podía terminar precisamente en una sala del recuerdo tan magna como las que tiene el Prado.

[La hoja de ruta de Luis Enrique y qué tocará]

Entrenar a la Selección española en una Eurocopa y un Mundial, hasta la fecha, ha sido un trabajo desempeñado por figuras que en nuestro fútbol destacaron en el césped y luego en el banquillo de algún club (Iñaki Sáez, hasta la llegada de Robert, era el que tenía un curriculum más modesto de todos los que han pasado en los últimos 50 años). El presidente Luis Rubiales y su director deportivo, José Francisco Molina, entendieron que por la excepcionalidad de la marcha de Luis Enrique era adecuado mantener a alguien de su equipo. Y ahí surgió la figura de su segundo durante los últimos ocho años, Robert.

Eligieron al barcelonés de 42 años porque, entre otras cosas, sabían que Luis Enrique podía pedir que regresaba en cualquier momento, como así ha terminado ocurriendo. Sin embargo, el propio técnico asturiano comenzó a intuir pronto que a Moreno ya se le había quedado ‘pequeño’ ser ayudante y quería un reto y responsabilidad mayor sabiendo el lugar en el que el fútbol le había situado (“me gustaría hacer el ciclo Eurocopa-Mundial, aquí estás solo una vez”).

placeholder FILE PHOTO: Soccer Football - International Friendly - Spain v Bosnia and Herzegovina - Gran Canaria Stadium, Las Palmas, Spain - November 18, 2018  Spain coach Luis Enrique before the match   REUTERS Santiago Ferrero File Photo
FILE PHOTO: Soccer Football - International Friendly - Spain v Bosnia and Herzegovina - Gran Canaria Stadium, Las Palmas, Spain - November 18, 2018 Spain coach Luis Enrique before the match REUTERS Santiago Ferrero File Photo

A partir de aquí, la incomodidad se hizo presente entre técnico y Federación en el sentido de que ya no todo el mundo estaba de acuerdo con lo que podía suceder en el futuro. Cuando Luis Rubiales y Molina escucharon de voz del propio Luis Enrique que estaba preparado para regresar, Robert comenzó a mandar el mensaje contrario de que él estaba dispuesto a quedarse. Sus resultados en el campo le avalaban puesto que sólo hubo dos momentos -dos empates- en los que la Roja no carburó como se esperaba: cuatro victorias, dos empates y ninguna derrota es su palmarés.

De hecho, aquel viernes 8 de noviembre en el Museo del Prado, Moreno ya sabía que Luis Enrique quería volver y que así se lo había dicho Rubiales y Molina en una reunión en Zaragoza el 31 de octubre, de la que estuvo informado Robert. Como a Luis Enrique, a Moreno le emplazaron para hablar después del partido de Rumanía del pasado 17 de noviembre. Esas declaraciones del día 8, aunque las realizara de buena fe y desnudando sus deseos, desde la Federación se ven como el inicio de un pulso que continuó posteriormente cuando se le cuestionó antes del choque ante Rumanía en rueda de prensa cuántas posibilidades tenía de ir a la Euro... "10 sobre 10", contestó unas horas después de que Molina le emplazara a hablar tras ese partido en el Metropolitano. Al final, a esa reunión acudieron dos abogados de Robert siendo consciente que sería el único miembro del cuerpo técnico que no continuaría en el regreso de Luis Enrique.

“La ausencia de Luis Enrique es como cuando se te lesiona el 10, el mejor”, comentaba Robert Moreno en mayo, cuando se hizo cargo del combinado nacional. Rubiales y Molina también tenían claro que Luis Enrique es su “10, el mejor” y por eso, cuando ha estado disponible le han colocado en el campo, por muy bien que lo estuviera haciendo su sustituto en estos seis partidos. Que se mereciera más el ‘suplente’ que el ‘titular’ continuar jugando es decisión de Molina y Rubiales, aunque hay opiniones para todos los gustos.

Primero la firma por el medio millón

Lo que extraña más en la Federación, y duele en cierta manera, es ese (legítimo y comprensible) cambio de rol que ha tenido Robert Moreno y que en los últimos días apretara las tuercas para que tanto Molina como Rubiales fueran directos ante los medios de comunicación (para que le ratificaran). También que no quisiera tratar el tema en una reunión o que el -elegante y sencillo- comunicado sólo lo publicara una vez que tenía firmado el acuerdo económico de su rescisión de contrato de 500.000 euros.

En la Federación estaban convencidos de que si Robert deseaba salir, se podía haber hecho de una manera más amistosa y haciendo entender a la afición que ahora quiere volar libre, con su propio pincel y lienzo. Dándole las gracias y saliendo por la puerta grande, no por la de atrás. Sin embargo, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas reflexionan que fue demasiado optimista apostando y creyendo que el puesto iba a ser suyo sí o sí. Robert, de cara al público, cambió el discurso en mayo de “me dice Luis Enrique que sea Robert Moreno y no Luis Enrique, que sea natural” al ya famoso de hace unos días “yo no voy a ser un impedimento si Luis Enrique quiere volver” (eso sí, mediante salida pactada en 500.000 euros).

placeholder Robert Moreno (i), Luis Rubiales (c) y Luis Enrique. (Montaje: EC)
Robert Moreno (i), Luis Rubiales (c) y Luis Enrique. (Montaje: EC)

Por las encuestas, para la afición el principal malo de toda esta película es Luis Rubiales (esta crisis de cara a su imagen se podía haber gestionado mejor), para algunos Robert Moreno y para los que menos, Luis Enrique. Todos han ganado y han perdido algo. El tiempo dirá cómo termina el cuadro… y qué termina pintando tanto Luis Enrique como Robert Moreno.

Foto: Robert Moreno (i), Luis Rubiales (c) y Luis Enrique. (Montaje: EC)

“Me gustaría hacer el ciclo Eurocopa-Mundial, aquí estás solo una vez”. Era la rueda de prensa de Robert Moreno rodeado de cuadros históricos que un día fueron pensados, dibujados y finalmente enmarcados para que la humanidad lo contemplase bajo el techo del Museo del Prado. Ese viernes 8 de noviembre -celebrando los 200 años del museo- Robert Moreno también pedía en público que le dejaran realizar su obra, una que había comenzado Luis Enrique y que él estaba continuando. Pero Luis Enrique pidió nuevamente el pincel y Robert, esta vez, no quiso ser ayudante de pintor, sino tener su propio lienzo. Y no uno cualquiera, sino uno que podía terminar precisamente en una sala del recuerdo tan magna como las que tiene el Prado.

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