La empanada de Sergio Ramos en un Real Madrid con dependencia de Benzema
El Real Madrid tiene pulso. El que le da Benzema con sus goles e inspiración cuando está en apuros y el que le quita Sergio Ramos con un error garrafal que adelantó a la Real Sociedad.
Lo que estropeó Sergio Ramos, en la victoria contra la Real Sociedad (3-1), lo arregló Benzema. El Real Madrid mantiene el pulso del Barcelona en el liderato en un día que deja una mala noticia y otra excelente. La negativa es el grave error de Sergio Ramos, al inicio del partido, con un pase atrás que aprovechó William José para marcar. La positiva es ver cómo Benzema prolonga su mejor momento en el Real Madrid. El francés, media hora después de la pifia del capitán, igualó un partido que se estaba poniendo feo para los de Zidane. Centró Modric, con una exquisita rosca, y remató el francés con el hombro. La seguridad que transmite Benzema en todo lo que hace y la inspiración en sus acciones es la que le faltó a Sergio Ramos. El capitán no se puede permitir un fallo de esta envergadura.
A Sergio Ramos se le vio nervioso en la presión de Odegaard y pecó de exceso de confianza. No miró quien estaba en las cercanías del área, se giró y envió un balón envenenado a Courtois. El belga (hizo un gran partido) llegó más tarde a esa pelota divida que el delantero de la Real Sociedad. El capitán pidió perdón a su portero. Zidane tragó sapos. Un error de este tipo en un jugador de su experiencia es imperdonable. Es un exceso de confianza de un central que entró frío y desenchufado a un partido de altísima exigencia. El tanto supuso un mazazo para el equipo. Menos para Benzema, que tiene en su cabeza la idea de convertirse en uno de los mejores delanteros de la actualidad.
A Benzema no le tiemblan las piernas. Se siente capaz de todo. No duda. Está permanentemente enchufado, atento y con esa energía que necesita un equipo que tiene que aspirar a no cometer errores garrafales. Sergio Ramos metió a su equipo en problemas con el porrazo y, desde la acción, se le notó incómodo. Atolondrado. Vio una cartulina amarilla por una dura entrada. El capitán, como cualquier otro jugador, puede tener un mal día. Cometer un error. Pero no tan grave como echar un balón atrás sin mirar quien está a su alrrededor y comprometer al portero. A Courtois le dio la noche. A la Real Sociedad le sirivió para sentirse más cómoda y cogió confianza. El equipo de Imanol Alguacil tuvo fases de la primera parte en la que sometió al Real Madrid con un fútbol fluido, vivo, asociativo y vertical. El Madrid estaba zombi, a merced de los donostiarras, con el revés de Sergio Ramos.
La sonora pitada a Bale
La diferencia de este Real Madrid, a estas alturas de la temporada, con el de la pasada es que tiene un futbolista que marca las diferencias. Karim Benzema está en su madurez. Es un Real Madid con 'Benzemadependencia'. El francés está por todos los lados y no es solo ese jugador que le gusta dar pases. Tiene colmillo. Es contundente. Imaginativo y agresivo. Goleador. Salvó al Madrid de irse perdiendo al descanso y ese gol con el hombro sirvió para recuperar el ánimo perdido. Benzema llega a los 10 goles en la Liga (12 en toda la temporada). Es un futbolista que está enfadado con su situación en la Selección francesa. Ha pedido que le dejen jugar con otra Selección (Argelia) si se mantiene el veto de la Federación gala y del seleccionador Deschamps. Juega para reivindicarse. Razones deportivas no le faltan para estar en la Selección de Francia. A día de hoy está mejor que, por ejemplo, Griezmann.
El partido lo arregló Benzema y lo mejoró el juego colectivo en la segunda parte. La salida fue diferente a la empanada que tuvo Sergio Ramos. Los de Zidane tienen otro propósito y pulso. Reaccionaron con una buena entrada en la segunda parte y un gol del uruguayo Fede Valverde. La pelota la desvió Oyarzabal. El tanto reforzó las virtudes de un Real Madrid que tiene continuidad en el juego, ritmo y dinamismo. Cambió la dinámica a una Real Socidad que se empezó a sentir insegura e incómoda. Empequeñeció. Creció el Madrod. Benzema intimida. Algo que hace unos años era un reproche por su falta de sangre se ha convertido en elogiable. El partido lo cerró Modric con el tercer tanto. El croata sigue dando pasos para acercarse a su mejor versión. Lo necesita el Madrid para generar fútbol.
Faltó algo más de Hazard, al que se le ve con más chispa y descaro. Busca con insistencia el gol. Tiene otra pinta y otra silueta. Estuvo desaparecido Rodrygo (titular por delante de Gareth Bale y con Vinicius en la grada). Salió Bale por el joven brasileño y, desde que asomó la cabeza por el banquillo, se llevó una tremenda pitada. La afición no le perdona la celebración de la bandera con su Selección ('Gales. Golf. Madrid'). Zidane necesita recuperar a un futbolista que tiene gol y que está bajo sospecha por haber faltado al respeto al Real Madrid. La victoria suaviza la empanada de Sergio Ramos, pero no sirve para tapar la sonora pitada al galés.
Lo que estropeó Sergio Ramos, en la victoria contra la Real Sociedad (3-1), lo arregló Benzema. El Real Madrid mantiene el pulso del Barcelona en el liderato en un día que deja una mala noticia y otra excelente. La negativa es el grave error de Sergio Ramos, al inicio del partido, con un pase atrás que aprovechó William José para marcar. La positiva es ver cómo Benzema prolonga su mejor momento en el Real Madrid. El francés, media hora después de la pifia del capitán, igualó un partido que se estaba poniendo feo para los de Zidane. Centró Modric, con una exquisita rosca, y remató el francés con el hombro. La seguridad que transmite Benzema en todo lo que hace y la inspiración en sus acciones es la que le faltó a Sergio Ramos. El capitán no se puede permitir un fallo de esta envergadura.