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Lucas Ocampos, el último pelotazo del Sevilla y Monchi, multiplica su valor por tres
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sue contratado por 15 millones de euros

Lucas Ocampos, el último pelotazo del Sevilla y Monchi, multiplica su valor por tres

Internacional de nuevo cuño con Argentina, Lucas Ocampos es una de las revelaciones de la Liga, costó 15 millones y el Sevilla no lo venderá por menos de 70 si algún grande viene a por él

Foto: Lucas Ocampos rematando un centro. (EFE)
Lucas Ocampos rematando un centro. (EFE)

Lucas Ocampos (Quilmes, Argentina, 1994) parece un boxeador metido a futbolista, pero aunque corra como un avestruz despistado, no se engañen: sabe de qué va esto y puede meter una pelota por el sitio más inverosímil y también hacer un caño de malabarista. El argentino del Sevilla, flamante internacional con la albiceleste (donde lleva dos goles en dos partidos) es una de las sensaciones de la Liga. En Marsella, los aficionados del Olympique, se tiran de los pelos y no entienden a sus directivos por haberse dejado 'robar' por Monchi. En el Sevilla sonríen, huelen que Ocampos va a convertirse en su enésimo pelotazo.

Los sevillistas salieron la noche del domingo felices como perdices, pues el equipo que entrena Julen Lopetegui venció al Getafe, un rival que en los últimos tiempos se les quedaba en la garganta como un hueso de aceituna y que ahora, por la soberbia actuación de los blancos, hincaron la rodilla. Chicharito, tras espectacular pase del “Menino” Óliver Torres, y Lucas Ocampos, después de un magnífico envío de Jesús Navas, cerró la cuenta con una delicatessen de mago (son quintos, a un punto del liderato).

Lucas Ocampos, por el que el Sevilla abonó el pasado verano 15 millones al Marsella, se ha metido a los sevillistas en el bolsillo del pantalón. Lleva tres goles y una asistencia en la Liga (todavía no ha jugado la Europa League), y sus actuaciones le sirvieron para ser convocado por vez primera para la selección Argentina; con la albiceleste ha disputado dos partidos y dos goles más para su cuenta.

Le hizo dos caños a Matías Almeyda

Estos casi cuatro meses vistiendo la camiseta le han valido el reconocimiento de los analistas y los scoutings del planeta fútbol, cuyas páginas especializadas vierten un caudal de elogios sobre la figura del grandullón de Quilmes, aquel zagal que, jugando en los escalafones inferiores de River, se atrevió a propinarle dos caños a Matías Almeyda, una de las vacas sagradas del vestuario millonario, que no dudó en incorporarlo a la nómina profesional de River Plate. En España, Ocampos ha visto cómo en tan corto período de tiempo su cotización se ha disparado. En el Sevilla, a los dirigentes del club, con Monchi a la cabeza, les brillan los ojos con mil pares de motivos, y es que el Mago Merlín de San Fernando la ha vuelto a hacer.

Porque en los despachos del Sevilla han calculado que los 15 millones invertidos por Lucas Ocampos se han triplicado durante este corto espacio de tiempo, cuestión (hipotético traspaso) que el club ni se plantea y no deja de pintar un futuro azul, pues la plusvalía que pueden sacar los nervionenses será más que considerable, sobre todo teniendo en cuenta que la cláusula del argentino es de 70 millones de euros y el seguro de un contrato de cinco años de duración.

Lucas, entre tanto, no deja de disfrutar de Sevilla. Está casado con Majo Barbeito, modelo argentina e influencer de las redes sociales (tiene casi 100.000 seguidores en Instagram), el matrimonio tiene dos hijas pequeñas. La familia vive un presente de radiante y atisba un futuro de oro. En casa de los Ocampos no hablan de fútbol argentino, porque Lucas es hincha de River y Majo furibunda de Boca. Mejor hablar del Sevilla y de la buena onda que transmite el equipo que timonea Lopetegui.

Su socio Jesús Navas

La banda derecha sevillista, formada por Jesús Navas y Lucas Ocampos, es realmente demoledora. El incombustible duende de Los Palacios (33 años) ha encontrado en Lucas el compañero de baile perfecto. Ni el demonio de Tasmania conseguiría desquiciar al equipo contrario como ellos. El argentino sonríe y afirma sin pestañear: “Jesús (Navas) y yo nos entendemos desde el primer día, diría que es con el que mejor me entendí desde que juego como profesional. Es un orgullo jugar a su lado y entenderme de la manera que lo hago”.

El Sevilla, que ha cimentado su estatus en el podio del fútbol europeo merced a su peculiar política deportivo-financiera, procura llevar con naturalidad la buena cosecha emprendida tras el regreso de Monchi y su inmediata revolución: nada menos que trece futbolistas aterrizaron en Nervión este verano con el sello del León de San Fernando. Uno de ellos es Lucas Ocampos. Pero no será el único, pues ya están en la lista gente como Diego Carlos (al que Nolito le ha puesto Hulk “porque es más fuerte que el vinagre”), Joan Jordan, Óliver Torres o el joven Jules Koundé (20 años). La factoría que preside José Castro y pilota Monchi echa humo.

Lucas Ocampos (Quilmes, Argentina, 1994) parece un boxeador metido a futbolista, pero aunque corra como un avestruz despistado, no se engañen: sabe de qué va esto y puede meter una pelota por el sitio más inverosímil y también hacer un caño de malabarista. El argentino del Sevilla, flamante internacional con la albiceleste (donde lleva dos goles en dos partidos) es una de las sensaciones de la Liga. En Marsella, los aficionados del Olympique, se tiran de los pelos y no entienden a sus directivos por haberse dejado 'robar' por Monchi. En el Sevilla sonríen, huelen que Ocampos va a convertirse en su enésimo pelotazo.

Julen Lopetegui
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