La 'escapada' de Gareth Bale a Londres y el follón que genera en el Real Madrid
Unos motivos personales, alegan en el Real Madrid, han provocado que Bale viajara este lunes a Londres. Sigue sin entrenar y sin conocerse qué lesión tiene el gales. Es el lío que no cesa
El galés está desconectado del Real Madrid. Lo que parecía que podía tener un remedio, después de un verano agitado por su frustrada salida, vuelve a dar un giro para mal. Gareth Bale ha cogido un avión en la mañana del lunes (cazado por 'El Chiringuito') con destino a Londres. No hay motivo de causa mayor porque se desconoce, por petición propia del futbolista, el alcance de la lesión que le ha impedido jugar los dos últimos partidos (Mallorca y el decisivo para Zidane en Estambul). Bale no quiere que el club haga públicos los partes médicos que a él le afectan. Lo único que se conoce es que regresó hace ya más de dos semanas con unos calambres en el gemelo provocados durante el partido de su Selección contra Croacia. Desde ese momento, Bale decidió que no hay nada más importante que él y puso al Real Madrid en un segundo plano. Con el consiguiente follón y molestias que le genera al club el tener un futbolista (muy bien pagado) que no demuestra implicación. Durmió la noche del domingo en la Ciudad Deportiva de Valdebebas, se levantó, entrenó y se fue al aeropuerto.
La 'escapada' de Bale, aunque en el Real Madrid señalen que el viaje a Londres es por motivos personales, alimenta las sospechas del poco compromiso del galés para querer recuperarse con los servicios del club y su fragilidad. Lleva varios días sin pisar el campo de entrenamiento, dentro de las instalaciones, y ahora necesita viajar a Londres. Lo hace por su cuenta bajo el argumento de motivos personales. Bale no tiene la cabeza en el Real Madrid. Es lo que se deduce de su actitud en las últimas semanas y, entre los motivos por los que puede haberse torcido de nuevo su situación, se señala el enfado por haberse quedado fuera de la convocatoria del partido de Champions contra el Brujas en el Bernabéu.
La situación con el gales sigue siendo la de un jugador que no es imprescindible a ojos del entrenador. Zidane pidió su salida y chocó con la fuerte oposición del representante, el poderoso Jonathan Barnett, y el deseo del galés de quedarse en Madrid. Decía que su familia no quería moverse, que eran felices en España y tenía contrato. Llegó a amenazar con que le pagaran los tres años (105 millones de euros brutos) como única condición para desvincularse del Real Madrid. Ni dio facilidades ni quería renunciar al dinero. Respetable porque los contratos están para cumplirse, pero contradictorio a ojos del entrenador y la percepción de sus compañeros de vestuario cuando comprueban que cada vez va más por su cuenta. En ningún momento ha manifestado sus ganas de ser un líder del proyecto.
Las sospechas de que se borra
Gareth Bale entrena, cuando puede y como quiere, y elige jugar aquellos partidos en los que no siente la más mínima molestia. La idea que cobra fuerza es que se borra con frecuencia y no quiere forzar. Es un caso conocido. Pero no por eso molesto. Sobre todo para el entrenador y sus ayudantes que recalcan una falta de actitud, el victimismo y el daño que provoca no tener a un futbolista que dé continuidad a su rendimiento. Todo indica que tampoco estará para el partido de Liga de este miércoles en el Bernabéu contra el Leganés.
Zidane había pasado página con Bale. No parece que haya servido que el entrenador francés le diera la oportunidad de empezar como titular en los primeros partidos de Liga. Bale tiene una forma de ser que es difícil de cambiar. Distante. La relación entre el técnico y el futbolista es más protocolaria que otra cosa. En el club se respetan los motivos personales y se valora que es un futbolista que tiene un potencial para marcar las diferencias. Desaprovechado por la cantidad de partidos que deja de jugar. Para lograrlo necesita estar sano de cuerpo y cabeza. Porque los problemas de Bale tienen que ver mucho con los psicológico y ese miedo a romperse o sufrir una recaída. Sigue sin dar el paso adelante que le corresponde después de haber sido uno de los señalados la temporada pasada por bajo rendimiento y una actitud distante con Solari, primero, y después con Zidane. La conducta de Bale, por silenciosa que parezca, genera más lío en el Real Madrid.
El galés está desconectado del Real Madrid. Lo que parecía que podía tener un remedio, después de un verano agitado por su frustrada salida, vuelve a dar un giro para mal. Gareth Bale ha cogido un avión en la mañana del lunes (cazado por 'El Chiringuito') con destino a Londres. No hay motivo de causa mayor porque se desconoce, por petición propia del futbolista, el alcance de la lesión que le ha impedido jugar los dos últimos partidos (Mallorca y el decisivo para Zidane en Estambul). Bale no quiere que el club haga públicos los partes médicos que a él le afectan. Lo único que se conoce es que regresó hace ya más de dos semanas con unos calambres en el gemelo provocados durante el partido de su Selección contra Croacia. Desde ese momento, Bale decidió que no hay nada más importante que él y puso al Real Madrid en un segundo plano. Con el consiguiente follón y molestias que le genera al club el tener un futbolista (muy bien pagado) que no demuestra implicación. Durmió la noche del domingo en la Ciudad Deportiva de Valdebebas, se levantó, entrenó y se fue al aeropuerto.