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Siete claves para entender las dos caras del Real Madrid o por qué le pintan la cara
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JEKYLL Y HYDE EN EL SANTIAGO BERNABÉU

Siete claves para entender las dos caras del Real Madrid o por qué le pintan la cara

El conjunto blanco sufre ciertas desconexiones en algunos momentos del partido, relacionadas en buena parte con una serie de hechos que se acumulan en el césped

Foto: Benzema se queja amargamente después del segundo gol del Brujas. (EFE)
Benzema se queja amargamente después del segundo gol del Brujas. (EFE)

Minuto 45 en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid está con una rodilla en la lona, después de una primera mitad para el olvido en la que el equipo pierde 0 a 2 y donde no ha mostrado la imagen que se espera del trece veces campeón de Europa. El Brujas, un conjunto teóricamente menor, ha pintado la cara al conjunto de Zinedine Zidane, incapaz de entender qué le pasa, sin ideas en ataque y con una fragilidad inexplicable en defensa. Una imagen demasiado habitual en los últimos meses.

El Real Madrid es una especie de Jekyll y Hyde: unos días ofrece una grandísima cara; otros, una absolutamente incomprensible... y, en ocasiones, es capaz de hacerlo incluso en el mismo partido, como ocurrió ante el Brujas. Entender por qué el equipo sufre estas desconexiones no es sencillo, pero si observamos los últimos partidos en los que el combinado blanco ha sufrido, se observan una serie de patrones comunes que explican por dónde vienen los problemas.

Foto: Courtois, cabizbajo, junto a Sergio Ramos y Modric tras un gol del Brujas. (EFE)

Partidos como el del Brujas, PSG o Villarreal -o, incluso observando la pasada temporada, el Ajax, Barcelona, Betis o Real Sociedad- confirman una serie de síntomas comunes que hacen que el equipo no funcione como tal. Estas son las claves:

Una defensa de cristal

Sería injusto culpar solo a los cuatro jugadores de la zaga, pues se trata de un problema general en el concepto defensivo. El equipo no defiende como un bloque, no repliega bien y, en ocasiones, muchos hombres están fuera de posición. Esto provoca que cualquier pérdida haga vulnerable al Madrid, especialmente a campo abierto y con muchos metros que recorrer. La solidez mostrada ante Sevilla, Osasuna y Atlético vino fruto de juntar líneas y trabajar en bloque, limitando los espacios abiertos en su campo. Cuando el equipo se olvida de eso, el rival encuentra muchas facilidades para crear problemas al Madrid.

Un esquema que no ayuda

Este problema en defensa lo nota el Madrid especialmente cuando juega con 4-3-3, y aún más sin Gareth Bale en el campo, quien trabaja mucho en la ayuda a la medular y defensa en el repliegue. En un teórico partido sencillo, como ante el Brujas, es el esquema es idóneo para jugar en campo contrario y al ataque pero, para ello, hay que asegurar mucho la posesión. Cuando cometes pérdidas con el equipo saliendo o en posiciones que no son de ataque, se desnudan las carencias del Madrid corriendo hacia atrás. Cualquier equipo que huela la sangre es capaz de hacerle daño.

Equipos rápidos = sufrimiento

Los problemas se hacen mucho más evidentes cuando el equipo rival cuenta con jugadores muy rápidos en ataque. De hecho, la primera parte del Brujas fue un calco del partido ante el Ajax. Equipos con el medio del campo muy poblado y jugadores muy veloces en punta: cada recuperación se convertía en un balón en largo que se convertía en una ocasión. El Madrid va subiendo metros con la posesión pero, al ser intrascendente en ataque, lenta y previsible, un robo de balón suele coger a los laterales muy altos y deja vendidos a los centrales ante jugadores veloces que, en carrera, son imposibles de parar, salvo jugándose una roja directa.

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Ausencia de presión tras pérdida

Quizá la clave más importante de todas es la presión tras pérdida. El equipo no aprieta al rival cuando se hacen con el balón, dándoles unos segundos para pensar fundamentales a la hora de elaborar la jugada. Si tu equipo está desplegado en ataque, con la defensa muy adelantada, no presionas y sus delanteros son balas, qué es lo que puede ocurrir es sencillo de adivinar. Cuando el Madrid ha sido capaz de paliar estas situaciones con las que le cogen la espalda es porque el medio del campo ahoga al rival, facilitando la recuperación para volver a elaborar una nueva jugada de ataque.

El debate de la portería

Fue ante el Brujas cuando se evidenció que la portería empieza a preocupar a la afición, con los pitos que recibió Thibaut Courtois durante los 45 minutos que jugó. Dos tiros, dos goles, algo que la estadística confirma: ha recibido cinco goles de los últimos ocho disparos recibidos entre los tres palos. Es cierto que un portero de un equipo como el Real Madrid no solo debe de parar lo parable, sino que debe de hacer alguna intervención de mérito que se transforme en puntos. Pero no es un problema exclusivo del arquero: la facilidad con la que le llegan hace complicada su labor bajo los palos.

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El gol, un capítulo sin resolver

Y en la otra cara de la moneda está el 'debe' que suma el equipo desde la marcha de Cristiano Ronaldo. No hay gol, más allá de las apariciones esporádicas de Karim Benzema y alguna jugada a balón parado. Cuando el equipo rival defiende con las líneas muy juntas cerca de su área, al combinado blanco le cuesta muchísimo generar ocasiones de gol con pases filtrados. La gran mayoría de jugadas terminan por ser centros laterales sin demasiada tensión que suelen ser sencillos para las defensas. Solo el balón parado, como ayer ante el Brujas, ofrece alguna ventaja a los blancos cuando se les bajan las persianas a los atacantes madridistas.

Falta de generación de espacios

Pero el problema del ataque está íntimamente relacionado con el medio del campo. Cuando el equipo está tan largo, los centrocampistas se ven obligados a hacer muchos metros para tapar huecos y, a la hora de construir el ataque, falta oxígeno con el que tener frescura en las decisiones. Pero hay un problema más: hay poco movimiento en ataque, pocos desmarques al espacio y demasiado balón al pie, lo que convierte el ataque del Madrid en previsible y sencillo de defender por simple acumulación de jugadores. Demasiada conducción de balón y poca velocidad sin él hacen que el equipo de Zidane sea fácil de interpretar.

Minuto 45 en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid está con una rodilla en la lona, después de una primera mitad para el olvido en la que el equipo pierde 0 a 2 y donde no ha mostrado la imagen que se espera del trece veces campeón de Europa. El Brujas, un conjunto teóricamente menor, ha pintado la cara al conjunto de Zinedine Zidane, incapaz de entender qué le pasa, sin ideas en ataque y con una fragilidad inexplicable en defensa. Una imagen demasiado habitual en los últimos meses.

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