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Por qué pitan al intocable Simeone cuando quita a Joao Félix
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el deseo de disfrutar del portugués

Por qué pitan al intocable Simeone cuando quita a Joao Félix

El runrún de la grada enfrenta a los que piden que el portugués acabe los partidos y se aproveche su talento con los que mantienen su confianza ciega en la gestión que hace el Cholo de los minutos

Foto: Joao Félix pugna por un balón en una carrera con Sergio Ramos en el derbi del Wanda Metropolitano. (EFE)
Joao Félix pugna por un balón en una carrera con Sergio Ramos en el derbi del Wanda Metropolitano. (EFE)

Toda la parroquia del Atlético de Madrid no comulga con la decisión de Simeome de quitar del campo a Joao Félix. Es un asunto que, por esperado conociendo el manual de actuación de un entrenador conservador, genera la desaprobación de un sector de aficionados que no tienen inconveniente en recordarle que el portugués no es un jugador cualquiera. La afición está deseando ver el talento de un chico que, de momento, tiene más destellos individuales que actuaciones completas. Pero ese cambio, que se hace habitual cuando el partido entra en su recta decisiva, no está bien visto para los que reclaman que juegue todos los minutos y no se les prive de disfrutar con el jugador que más ilusión provoca. Los tiempos del Cholo no son los de los aficionados y es aquí donde se produce el choque de intereses. El técnico se guía por su instinto de fortificar la estructura del equipo y la afición quiere algo más de vértigo y diversión.

Pocos seguidores del Atleti pueden poner en duda la figura del entrenador rojiblanco. La balanza entre defensores y admiradores cae con peso a favor de los primeros, aunque esto no significa que no se le pueda demostrar, como está sucediendo con Joao Félix, que algunas de sus decisiones no tienen toda la aprobación. El runrún de la grada enfrenta a los que piden que el portugués acabe los partidos y los que mantienen su confianza ciega en la gestión que hace el Cholo de sus minutos. Son los que no entienden por qué el fichaje más caro de la historia del club (127 millones de euros) se marcha antes de tiempo al banquillo, y lo hacen saber con silbidos. Sucedió en el derbi. Muy probablemente, en Joao Félix estaban puestas las esperanzas de ganar un partido cerrado entre dos entrenadores que no querían asumir riesgos.

placeholder Joao Félix, en una carrera por un balón ante Carvajal. (EFE)
Joao Félix, en una carrera por un balón ante Carvajal. (EFE)

La desaprobación del cambio se produjo cuando Simeone quitó a Joao Félix para reforzar el centro del campo con Marcos Llorente. Antes, Zidane había sacado a Modric con la intención de tener más control del partido. A la parroquia que no le gustó que el portugués fuera sustituido y entendió que el plan de Simeone era doblar su apuesta para contrarrestar el de Zidane. Fue mal aceptado y se lo hicieron saber. Los que pitan el cambio dejan claro su deseo de ver un Atlético que proponga un juego más ofensivo en los grandes partidos. Aquí radica gran parte del problema. El equipo rojiblanco venía de ganar con solvencia al Mallorca y se encogió contra el Real Madrid en un partido donde el más destacado fue Thomas. Ese sector que pide algo más considera que hay talento y calidad para proponer otro estilo que no deje de ser competitivo. Más aún cuando enfrente está el Real Madrid (un equipo con dudas) y se presenta una ocasión para asestarle un golpe.

Excita a la grada

No es un problema, por pequeño que pueda parecer, para Simeone. Los nuevos necesitan un periodo de adaptación a un estilo que exige sacrificio sin la pelota. Los que tienen más talento que físico están expuestos a no jugar todos los partidos o ser sustituidos con frecuencia. Lo que le sucede a Joao Félix lo vivió Griezmann y todavía está afectando a Lemar. Pero lo que produce el portugués es muy diferente al resto de casos. Es un jugador que tiene excitados a esos aficionados, que le ven como un regalo del club por el dineral gastado y con el que se puede dar una vuelta de tuerca al estilo sin renunciar a la esencia. La naturaleza de Joao Félix pide ser un equipo más vistoso, y cada minuto que no está en el campo es un motivo de desilusión para esos que le reclaman. Son los que quieren que el Cholo le saque más provecho y se olvide de plazos y ataduras.

Al Cholo no le interesan estos debates cuando se refieren a individualidades y dice que la fortaleza está en el equipo. Pero tiene que saber que hay aficionados que se quedan insatisfechos y le hacen saber que no desaproveche el talento. Joao Félix es un recién llegado, bien aleccionado por un entorno que le recomienda paciencia y se deje aconsejar por Simeone. Un chico obediente al que no le queda otra alternativa que convencer a su entrenador de que tiene energías y personalidad para acabar los partidos.

Toda la parroquia del Atlético de Madrid no comulga con la decisión de Simeome de quitar del campo a Joao Félix. Es un asunto que, por esperado conociendo el manual de actuación de un entrenador conservador, genera la desaprobación de un sector de aficionados que no tienen inconveniente en recordarle que el portugués no es un jugador cualquiera. La afición está deseando ver el talento de un chico que, de momento, tiene más destellos individuales que actuaciones completas. Pero ese cambio, que se hace habitual cuando el partido entra en su recta decisiva, no está bien visto para los que reclaman que juegue todos los minutos y no se les prive de disfrutar con el jugador que más ilusión provoca. Los tiempos del Cholo no son los de los aficionados y es aquí donde se produce el choque de intereses. El técnico se guía por su instinto de fortificar la estructura del equipo y la afición quiere algo más de vértigo y diversión.

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