Quiénes son los protectores de Vinícius en el Real Madrid en sus días más complicados

Cuando Vinicius José Paixão de Oliveira Júnior entró en el vestuario del Real Madrid, hubo una corriente de opinión dentro del mismo de que el club había fichado a un niño. Había gastado un dineral (45 millones de euros) en contratar a la estrella más rutilante de la cantera brasileira, convirtiendo con ello en millonario a un crío que dos años antes compartía con siete hermanos una pequeña habitación de su casa en una problemática zona de Río de Janeiro. Hoy, el joven vive rodeado de familiares y amigos en una lujosa casa de La Moraleja.

Vinicius vive protegido por su familia, por sus amigos y por el club. Alejado de los focos, el brasileño solo ha abierto las puertas de su casa a Tariq Panja, periodista del 'The New York Times' que el pasado mes de agosto publicó un extenso reportaje sobre el joven. Por aquel entonces Vinicius vivía días de vino y rosas a las órdenes del hombre que había tutelado el aterrizaje: el argentino Santiago Solari.

Actualmente, el brasileño atraviesa por un momento complicado. Con Zidane ha perdido ese protagonismo, no tiene acierto ante la portería y se le ha borrado la sonrisa. Pero el niño está más arropado que nunca. El vestuario blanco ha cerrado filas alrededor del chaval. Los pesos pesados del grupo están encima de él para que no se derrumbe anímicamente y siga siendo el joven risueño que entró un día en el vestuario del Bernabéu.

El pasado sábado, ante el Levante, Vinicius se marchó triste del coliseo blanco. Dispuso de cuatro ocasiones claras para marcar y en la única que logró hacerlo, el árbitro anuló el tanto por un fuera de juego previo. La falta de gol, sumado a su pérdida de protagonismo, ha generado en el brasileño frustración y una ansiedad que se aprecia en lo apagado que está. Sonríe menos, gasta menos bromas y está más callado que de costumbre.

Los 'protectores' de Vinicius

Pero los jugadores con más peso han decidido hacerse cargo del asunto. Sergio Ramos, Marcelo, Casemiro y Benzema se han acercado al brasileño para tratar de tutelar su estancia en el primer equipo y aconsejarle. Su compatriota Casemiro es el jugador más cercano al brasileño, quien escucha todo lo que le dice el mediocentro. Igual que a Marcelo, quien también llegó siendo un niño al Real Madrid y hoy es una referencia del madridismo.

Los dos vigilan la adaptación de un chico del que dicen "tiene la cabeza bien amueblada". Pocos habrían digerido con naturalidad el paso de la favela a La Moraleja en poco más de dos años. Vinicius lo ha hecho y detrás de eso aparece su familia, trabajadora y humilde, que ha frenado los excesos del chico. Poco tiene que ver Menegate, uno de los amigos del madridista que conviven con él, con los Toiss, esa pandilla que Neymar pasea por medio mundo.

Otra figura del vestuario que está pendiente de Vinicius es Benzema. El pasado sábado el francés le felicitó por su partido ante el Levante y le aconsejó no preocuparse por las ocasiones falladas. "Los goles acaban llegando, lo importante es seguir generando oportunidades", dijo al chico sobre el césped nada más terminar el partido. Karim es un jugador que ha contado con el apoyo del grupo siempre y especialmente de Zidane, con quien comía a diario cuando el francés aún no era entrenador del primer equipo, pero ya formaba parte del organigrama del Real Madrid.

Por último, aparece la figura del capitán Sergio Ramos. El sevillano llegó al vestuario blanco siendo un crío y encontró en los veteranos un espejo en el que mirarse. Y ahora está haciendo la misma labor con los recién llegados. Vinicius demuestra en cada entrenamiento el talento que tiene, pero la exigencia del Bernabéu y la competencia de la plantilla le han borrado la sonrisa de la cara. Sus compañeros están empeñados en que la recupere y Zidane también parece haberse subido al carro apostando por su titularidad y dejando un mensaje claro en rueda de prensa: "Vinicius es el futuro del Real Madrid". El problema es que el joven quiere ser el presente.