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El fanatismo de Sergio Ramos con España o por qué debería ser un héroe nacional
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El fanatismo de Sergio Ramos con España o por qué debería ser un héroe nacional

En algún momento se tiene que agotar, jubilar o llegará un seleccionador que no cuente con Sergio Ramos. El sevillano tiene el objetivo de jugar 200 partidos con España

Foto: Sergio Ramos celebra un gol de penalti en el partido contra Rumanía. (Efe)
Sergio Ramos celebra un gol de penalti en el partido contra Rumanía. (Efe)

España tiene un futbolista fanático. La cifra de los 167 partidos que alcanza Sergio Ramos con la Selección le convierten en un referente cuando se trata de representar a su país, sentir que por encima del Real Madrid está el equipo de todos, con el que no se negocia el esfuerzo ni al que hay que renunciar para prolongar una carrera en el club y evitar riesgos. El próximo partido se convertirá en el futbolista con más internacionalidades y romperá el empate con Iker Casillas. El portero es otro fanático de España que quedó fuera de los planes con la decisión de Del Bosque de dar el relevo a De Gea en la Eurocopa de 2016 y la confirmación de Lopetegui y Luis Enrique de la necesidad de un cambio. Con Sergio Ramos (33 años) no sucede algo similar por diferentes razones que provocan que los diferentes seleccionadores hayan confiado en él desde que debutó con 18 años en un partido amistoso contra China. Ese punto de partida está el 26 de marzo de 2005. Hasta hoy.

En el partido contra Islas Feroe en Gijón tocó la cima de los 167 partidos con España y anuncia que su objetivo es llegar a los 200 encuentros. Lo dice con la tranquilidad del que lo puede conseguir todo si le respetan la lesiones. Sin entender al desgaste que produce la edad y jugar en un equipo de la exigencia del Real Madrid. Se manifiesta con el entusiasmo de un recién llegado a una profesión en la que ha roto barreras, en la que es campeón del mundo y de Europa. La pasión que tiene el sevillano por ser partícipe de la Selección española da motivos para admirar a un profesional que se desvive como un patriota por ser partícipe activo de los éxitos a su país.

placeholder Sergio Ramos y Jordi Alba celebran un gol. (Efe)
Sergio Ramos y Jordi Alba celebran un gol. (Efe)

Tiene que llegar el seleccionador que jubile a Sergio Ramos y tienen que aparecer los centrales que puedan quitarle el puesto. No parece nada sencillo por lo que se viene comprobando en los últimos años en los que se daban las circunstancias para una renovación. La época dorada de la Selección española pasó de gris a oscura desde la debacle en el Mundial de Brasil, en 2014, y el decepcionante papel en el Mundial de Rusia de 2018. En este tiempo muchos emprendieron la retirada. Algunos por decisión de los seleccionadores y otros por el agotamiento que supone España. Entre ellos figuras como Puyol, Xabi Alonso, Iniesta, Xavi, David Silva… Ni Piqué, probablemente por otras razones en las que se encuentran las de índole empresarial, ha tenido la energía de darle continuidad a la Selección española de fútbol.

El papel de símbolo

En algún momento se tiene que retirar Sergio Ramos, agotar, o llegará ese seleccionador que ya no le transmita fiabilidad. Ese día se le puede hacer duro, en los sentimental, al sevillano. Será el momento en el que se tomará conciencia de lo que representa un futbolista infatigable y obstinado por jugar con España. Con una ambición sin límites por superarse, hacer historia y dejar un legado. El techo para convertirse en el futbolista que más partidos ha disputado con su Selección está en los 184 encuentros del egipcio Ahmed Hasan. Un centrocampista, de la década de los 90, que participó con Egipto durante 16 años y medio. En su país se le considera un héroe nacional. ¿Se podría decir lo mismo de Sergio Ramos? Al margen de rivalidades, de colores de los clubes y simpatías y antipatías es el momento para plantear si es profeta en su país.

Portugal tiene a Cristiano Ronaldo (34 años). Argentina a Messi (32 años). El papel de símbolo de la España futbolística le corresponde a Sergio Ramos. Es el exponente de la constancia, perseverancia, tesón y pasión por jugar con la Selección. Se lo ha ganado con sus 167 convocatorias en las listas, su exigencia por no bajar el nivel competitivo, la ilusión que manifiesta cuando se pone el reto de los 200 partidos y hasta el sentimiento que transmite cuando suena el himno. Al terco Sergio Ramos no se le puede subir a la cabeza este nuevo récord por dos razones: la primera porque es infatigable y la segunda es el aviso que da el seleccionador, Robert Moreno, cuando asegura que si baja el nivel no será titular. Mientras se encuentre bien de cabeza y piernas no se sospecha que corra peligro a pesar de los habituales altibajos que tienen todos los profesionales. No estará exento de la crítica un defensa que tiene el listón alto, está expuesto al cansancio de los aficionados que piden caras nuevas y los fallos.

España tiene un futbolista fanático. La cifra de los 167 partidos que alcanza Sergio Ramos con la Selección le convierten en un referente cuando se trata de representar a su país, sentir que por encima del Real Madrid está el equipo de todos, con el que no se negocia el esfuerzo ni al que hay que renunciar para prolongar una carrera en el club y evitar riesgos. El próximo partido se convertirá en el futbolista con más internacionalidades y romperá el empate con Iker Casillas. El portero es otro fanático de España que quedó fuera de los planes con la decisión de Del Bosque de dar el relevo a De Gea en la Eurocopa de 2016 y la confirmación de Lopetegui y Luis Enrique de la necesidad de un cambio. Con Sergio Ramos (33 años) no sucede algo similar por diferentes razones que provocan que los diferentes seleccionadores hayan confiado en él desde que debutó con 18 años en un partido amistoso contra China. Ese punto de partida está el 26 de marzo de 2005. Hasta hoy.

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