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Los motivos por los que se machaca a Sergio Ramos (en el Real Madrid y en su vida)
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el capitán provoca discrepancias

Los motivos por los que se machaca a Sergio Ramos (en el Real Madrid y en su vida)

Es protagonista del irregular inicio de la Liga del Real Madrid por los fallos colectivos e individuales en defensa. Sergio Ramos vuelve a despertar a sus críticos

Foto: Sergio Ramos, sonriente, saluda a la grada durante el calentamiento de un partido. (EFE)
Sergio Ramos, sonriente, saluda a la grada durante el calentamiento de un partido. (EFE)

El capitán del Real Madrid no está pasando por su mejor momento en el inicio de su decimoquinta temporada. Sobre Sergio Ramos sobrevuela la espada de Damocles, desde que manifestó su rechazo a la llegada de un entrenador de perfil duro y, como se suele decir en tiempos de crisis del club blanco, capacitado para sacar el látigo. Esto sucedió el 28 de octubre del año pasado, cuando el Real Madrid fue goleado en el Camp Nou y el capitán se echó encima a los que reclamaban el regreso de Mourinho. Las palabras de Ramos sentaron mal. Incluso en el club. Florentino Pérez hacía la digestión de los bochornos y el desplome de un equipo que empezaba a despedirse de la Liga. El sacrificado fue Julen Lopetegui. Por entonces, sonaba el nombre de Antonio Conte, hombre de hierro en el Chelsea y ahora en el Inter de Milán. Un italiano con fuerte carácter. El presidente se decantó por la opción de Solari y en el vestuario respiraron. Hasta que llegó Zinédine Zidane, el ideal, y se celebró como un triunfo.

A Sergio Ramos, por mucho que se le cuestione, se le respeta en el Bernabéu. No se conoce un partido en el que le hayan pitado. Es un caso diferente a otras estrellas. Aunque desde el despido de Lopetegui esté en el punto de mira, hay algo que todavía perdura en la memoria del madridismo. Con Ramos se han ganado cuatro Champions, cuatro Ligas, cuatro Mundiales de clubes… Nunca dejará de ser el del ‘minuto 93’ por ese gol de cabeza en la final de Lisboa a Courtois, entonces portero del Atlético de Madrid. Aun así, se le discute. No se libra del desgaste que provoca llevar tantos años en primera fila. Si en la época de vacas gordas ya tenía detractores que le sacaban defectos y no soportaban su protagonismo, el hartazgo hace mella entre los que consideran que debe dar un paso al lado o directamente abandonar el Real Madrid.

placeholder Sergio Ramos, con cara de preocupación en Villarreal. (EFE)
Sergio Ramos, con cara de preocupación en Villarreal. (EFE)

Los motivos por los que Sergio Ramos provoca antipatía o está en el centro de la diana se agravan en un irregular inicio de Liga, con fallos colectivos e individuales en defensa. No se le juzga únicamente por esa sensación que transmite de poner y quitar entrenadores. Una acusación infundada y que el afectado no comparte. “Ser capitán del Real Madrid es muy difícil”, transmite Sergio Ramos cuando se refiere a esa obligación que tiene de dar la cara ante Florentino, el entrenador y la prensa en las derrotas. Hay algo más en Sergio Ramos que desespera y provoca que sus ‘enemigos’ estén esperando la oportunidad de criticarle o burlarse. No se libra de ser carnaza para los ‘memes’ en las redes sociales, que pretenden ridiculizarle por sus fallos en el césped o los diferentes ‘looks’. Hay de todo. Comentarios constructivos y respetables y otros de mal gusto que tienen el objetivo de la mofa cuando aparece, por ejemplo, con un sombrero ante los periodistas después de empatar un partido.

Los descuidos en el juego

El personaje provoca discrepancias. Sea por su perfil alto, éxitos o fallos, la realidad es que tiene repercusión por un tuit o una imagen que se convierte en viral. Es de esos que no pasan desapercibidos en el césped y en su vida. Es imposible que te deje indiferente. O le amas y destacas su carisma, fuerte personalidad y ambición o le puedes llegar a odiar por exagerado y desmedido. En el argot futbolero, se suele decir que es un tribunero. También le pegan duro por su estilo combativo y competitivo. Lo pasó mal con el episodio de la lesión del egipcio Mohamed Salah en la final de la Champions en Kiev. Dio munición a los que le califican como antideportivo, violento, agresivo… Es el peaje que paga un defensa racial, con garra y mucho carácter. Es la mala fama que tiene por ser uno de los futbolistas que más tarjetas reciben en la Liga.

Foto: Sergio Ramos, frente a Joao Félix. (EFE)

Hay otros motivos extradeportivos que sirven para machacarle y se mezclan con los errores que puede cometer en un partido. A Sergio Ramos se le vuelve a criticar por un despiste en el partido de Liga contra el Villarreal. Perdió el balón cuando pretendía salir jugando desde atrás y el equipo recibió el primer gol. Este tipo de descuidos se pueden utilizar para recordar que ha perdido la concentración y ya no es el Sergio Ramos voraz y contundente de otras temporadas. Que tiene la tripa llena. Se le reprocha este fallo, como el pulso que tuvo con Florentino Pérez en el inicio de las vacaciones de verano para hacerle llegar una oferta de un equipo chino. Tuvo que sentarse en la sala de prensa para dar explicaciones y llegó a decir que jugaría gratis en el Real Madrid. Hay quien lo interpretó como un postureo y una forma de recular ante el presidente.

Críticos y admiradores

El universo Sergio Ramos es muy amplio y diverso fuera de los terrenos de juego. Con una vida intensa en el fútbol y los negocios, con la creación de la Yeguada SR4 y un caballo pura raza española (Yucatán) campeón del mundo. Es un futbolista que se expone en las redes sociales. En ocasiones, no tiene filtro y las consecuencias de sus mensajes y fotografías provocan comentarios de todo tipo. Malvados, los hay. Elogios también recibe de los que están de su parte. Tiene de todo. Críticos y admiradores.

Hay a quien no le gusta o ve como una frivolidad que haya grabado un documental sobre su vida y trascienda el día de la eliminación en la Champions contra el Ajax en el Bernabéu. También se puede interpretar que su fama —junto a la de su mujer, la presentadora Pilar Rubio, que triunfa en el programa ‘El Hormiguero’— confunda la imagen de futbolista con la del faranduleo. A lo que se suma una boda mediática que estuvo en el escaparate de la prensa del corazón. El cóctel Sergio Ramos llega a ser explosivo por la variedad de razones expuestas en lo profesional y personal de un sevillano que llegó hace 14 años a la capital de España y a sus 33 años es uno de los futbolistas más mediáticos y reconocidos del mundo y, a la vez, acumula un frente impopular.

El capitán del Real Madrid no está pasando por su mejor momento en el inicio de su decimoquinta temporada. Sobre Sergio Ramos sobrevuela la espada de Damocles, desde que manifestó su rechazo a la llegada de un entrenador de perfil duro y, como se suele decir en tiempos de crisis del club blanco, capacitado para sacar el látigo. Esto sucedió el 28 de octubre del año pasado, cuando el Real Madrid fue goleado en el Camp Nou y el capitán se echó encima a los que reclamaban el regreso de Mourinho. Las palabras de Ramos sentaron mal. Incluso en el club. Florentino Pérez hacía la digestión de los bochornos y el desplome de un equipo que empezaba a despedirse de la Liga. El sacrificado fue Julen Lopetegui. Por entonces, sonaba el nombre de Antonio Conte, hombre de hierro en el Chelsea y ahora en el Inter de Milán. Un italiano con fuerte carácter. El presidente se decantó por la opción de Solari y en el vestuario respiraron. Hasta que llegó Zinédine Zidane, el ideal, y se celebró como un triunfo.

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