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Revolución inacabada: el verano en que Florentino no pudo satisfacer a Zidane
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Revolución inacabada: el verano en que Florentino no pudo satisfacer a Zidane

Las exigencias del United para traspasar a Pogba y la negativa de Bale y James a marcharse impidieron que el francés completase la anunciada revolución en el vestuario blanco

Foto: Zinédine Zidane, durante la conferencia de prensa antes del partido contra el Villarreal. (EFE)
Zinédine Zidane, durante la conferencia de prensa antes del partido contra el Villarreal. (EFE)

Se cierra un mercado de fichajes muy contradictorio para el Real Madrid. El regreso de Zinédine Zidane al banquillo blanco implicaba asumir que el francés participase en la toma de decisiones de la anunciada revolución del vestuario. Y lo cierto es que Florentino Pérez ha cumplido su compromiso con el técnico, cuya opinión ha sido tenida en cuenta en todo momento. Incluso en decisiones que no compartía con su técnico. El Real Madrid comenzó haciendo los deberes temprano y llegaron los fichajes pronto. Uno por línea y, sobre todo, reforzando el perfil defensivo, como exigió Zidane. Eso provocó la llegada de Militao, central del Oporto, club del entorno de Jorge Mendes, y del lateral y central francés Ferland Mendy. Zizou respiraba aliviado mientras Florentino buscaba en el mercado pólvora, lo que se tradujo en dos nuevo fichajes.

Por un lado, se cerró la contratación de otra vieja pretensión de Zidane: Eden Hazard. El hombre que recomendó Zizou cuando jugaba en el Lille y al que Florentino desestimó en varias ocasiones porque no acaba de enamorarle. El jugador había hecho todo lo posible por llamar la atención del Real Madrid, con declaraciones públicas al respecto. Pero fue su buen desempeño en el Mundial de Rusia el que terminó por convencer a Florentino, que concedió a Zidane el 'capricho' de traer al belga a un precio más que aceptable teniendo en cuenta la inflación del mercado futbolístico este pasado verano. La operación se elevó a 100 millones, los mismos que dejó en la caja la marcha de Cristiano en su día, más 30 en variables.

placeholder Vinícius, en el partido contra el Villarreal. (EFE)
Vinícius, en el partido contra el Villarreal. (EFE)

A ese refuerzo se sumó el del delantero Luka Jovic, un goleador con instinto en el área con un perfil muy diferente y complementario a Karim Benzema. Una contratación que no molestaba al ariete francés y agradecía Zidane para afilar su maltrecha delantera. Zidane tenía todo lo que había pedido. Sin embargo, los problemas de la renovación del vestuario comenzaron con la salida de los jugadores que el entrenador y el club señalaron como transferibles.

Bale, James, Keylor Navas y Mariano estaban en la rampa de salida, pero ninguno de ellos estaba dispuesto a salir. El galés se convirtió en el principal escollo, porque el club contaba con una cantidad generosa de dinero por su marcha para luego acometer algún fichaje más. Concretamente, el de un centrocampista. Florentino se reunió con Zidane y el francés le dio un solo nombre: Paul Pogba. El presidente abrió el abanico y le ofreció tres más: el holandés Van de Beek, el danés Eriksen y el argentino Lo Celso. Pero Zidane solo contemplaba el fichaje de Pogba.

Zizou solo quiso a Pogba

El presidente blanco cumplió su palabra e hizo caso de los deseos del técnico. Sondeó el fichaje de Pogba, que tensó la cuerda para salir ante la negativa del Manchester United. Pero las exigencias del club inglés (160 millones), unidas a las del futbolista (17 millones netos por temporada), resultaban imposibles de satisfacer si no lograban convencer a Bale de que saliera. Zidane presionó advirtiendo en aquella famosa rueda de prensa en Estados Unidos: "Mejor que Bale salga cuanto antes". Y el club apretó al representante del galés, Jonathan Barnett, que llegó a poner encima de la mesa una oferta del Jiangsu Suning chino. Pero Bale ni se molestó en contestarla.

Con Bale encastillado en la pretemporada, el Real Madrid se fijó en James para hacer caja. Pero obtuvo la misma respuesta del colombiano. El jugador, cuyo trato con Zidane es nulo, dejó un mensaje claro al club: "Me quedo en Madrid. O me voy al Atlético o jugaré en el Real Madrid". Por más que los blancos intentaron incluirlo en el intento de fichaje de Neymar, como a Bale, el jugador se negó a salir y bloqueó su marcha. El Nápoles preguntó por él, pero obtuvo la misma respuesta del futbolista: "Gracias, pero me quedo". Ancelotti terminó fichando a Lozano y a Fernando Llorente.

Pasaban los días y aumentaba la frustración de Zidane ante la imposibilidad de vender a Bale y James para traer a Pogba. Por su parte, Florentino encauzaba la llegada de Van de Beek. El acuerdo con el jugador se cerró rápido y con el Ajax la negociación resultó sencilla. Diez millones y una llamada del presidente blanco distanciaban a los holandeses del fichaje del internacional de la Oranje. Pero Zidane insistió en Pogba y se negó a traer un sucedáneo.

placeholder Foto: EFE.
Foto: EFE.

Todo esto ocurría con el incendio de la portería blanca abierto. Keylor Navas pedía mucho dinero para irse y el Real Madrid buscaba un lugar donde colocarle para quitar a Zidane otro dolor de cabeza. En el club sospechaban que era mejor traspasar al costarricense para evitarle a Zizou la tentación de darle la titularidad en algún momento de debilidad de Courtois. Y la solución la encontraron en París, adonde fueron preguntando por Neymar y se acabaron encontrando con un intercambio de porteros: Areola por Keylor.

En las últimas horas, con Neymar descartado y Pogba arrinconado en Mánchester, Zidane anunció que podían llegar una o dos bombas. Poniendo de nuevo al club en el ojo del huracán. Se habló de Bruno Fernandes, de la posibilidad de repescar el fichaje de Eriksen, de cerrar la llamada al Ajax por Van de Beek... Pero lo cierto es que el mercado de este verano se cierra con un Zidane frustrado por no poder cerrar el fichaje de Pogba, mientras Florentino cumplía con paciencia tibetana su compromiso de obedecer los deseos de su entrenador. El mercado y los contratos largos firmados por el club blanco han impedido que el Real Madrid completase su anunciada revolución. Zidane ha vuelto a utilizar la vieja receta: "Mover muchas cosas para no cambiar nada". Ahora veremos la paciencia que tiene Florentino con el francés, cuya relación ha sufrido un desgaste evidente en estos meses complicados de negociaciones y salidas inexplicables para los ocupantes de los despachos del Bernabéu.

Se cierra un mercado de fichajes muy contradictorio para el Real Madrid. El regreso de Zinédine Zidane al banquillo blanco implicaba asumir que el francés participase en la toma de decisiones de la anunciada revolución del vestuario. Y lo cierto es que Florentino Pérez ha cumplido su compromiso con el técnico, cuya opinión ha sido tenida en cuenta en todo momento. Incluso en decisiones que no compartía con su técnico. El Real Madrid comenzó haciendo los deberes temprano y llegaron los fichajes pronto. Uno por línea y, sobre todo, reforzando el perfil defensivo, como exigió Zidane. Eso provocó la llegada de Militao, central del Oporto, club del entorno de Jorge Mendes, y del lateral y central francés Ferland Mendy. Zizou respiraba aliviado mientras Florentino buscaba en el mercado pólvora, lo que se tradujo en dos nuevo fichajes.

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