El ejemplo que explica cómo funciona el Valencia: así es el 'obligado' adiós a Rodrigo
El Valencia va a traspasar a Rodrigo al Atlético de Madrid y en esta decisión poco han podido opinar los responsables deportivos de un proyecto que recientemente ganó la Copa y jugará Champions
Este verano, tanto el director general —Mateu Alemany— como el entrenador —Marcelino García— habían acordado la contratación del defensa central Víctor Laguardia, del Alavés, por 10 millones de euros. Sin embargo, cuando fue comunicado al club para el visto bueno del dueño, Peter Lim, se encontraron con una negativa y la propuesta 'obligatoria' de otro jugador de su puesto: Eliaquim Mangala, del Manchester City (y de Jorge Mendes) que quedaba libre. El Valencia de Singapur, como otras veces, ordenó sobre el Valencia de Valencia. Sirva este fichaje frustrado de ejemplo para explicar por qué Rodrigo (representado por Mendes) se marchará de Mestalla en dirección al Atlético de Madrid sin poder hacer mucho los responsables deportivos para retenerlo.
El fútbol como industria tiene en el Valencia a un ejemplo de vanguardia. El dueño, quien tiene su dinero en el club que todavía tiene una deuda de 400 millones de euros, no vive ni siquiera en el mismo continente y está a unos 10.000 kilómetros. Demasiado lejos para comprender o escuchar sentimientos que le influyan en la toma de decisiones cuyo fin último no son los trofeos sino obtener un beneficio económico. El Valencia de Valencia (Alemany y Marcelino) es conscientes de cuáles son las directrices y reglas del juego en este particular club de fútbol (sobre todo a partir de la reunión del 2 de agosto en Singapur en la que Alemany estuvo cerca de ser despedido) pero con el título de Copa del Rey y la clasificación para Champions pensaba que, quizás, podían tener más protagonismo en la toma de decisiones…
No es que Rodrigo abandone Valencia contra su voluntad (se negó previamente a ir al Nápoles y Everton porque esperaba una entidad de mayor peso), pero el club che no ha hecho el amago de retenerle y rechazar una oferta de 60 millones de euros (la mitad de lo que estipula su cláusula de rescisión) procedentes del Metropolitano. Amén de que al jugador -y su agente, Jorge Mendes- le pudiera interesar el nuevo puesto laboral (tenía contrato hasta junio de 2022), lo deportivo se ha quedado en un segundo plano y, sin 'plan B', este fin de semana comienza la Liga y en dos semanas se cierra el mercado de fichajes. ¿Quién vendrá por una cifra (presuntamente) inferior y que le pueda cubrir con garantías? Posiblemente Jorge Mendes maneje ya unas cuantas alternativas teniendo en cuenta que la actual situación económica del Valencia es la de ser un conjunto vendedor.
"Rodrigo, una merma importante"
“Rodrigo no va a dejar el Valencia porque eso no está dentro de su cabeza, pero como todo jugador a esa edad [tiene 28 años] y trayectoria, si llega una gran oferta -buena para las dos partes-, el entrenador tiene que aceptarlo”, sostenía Marcelino en junio a 'Goal.com'. Hace unos días, cuando se cerró el mercado de la Premier, afirmó que su sensación era de que iba “a seguir. Debemos tratar de que sea feliz y él es feliz aquí. La falta de Rodrigo sería una merma muy importante en nuestro potencial. Tendríamos que ir al mercado para sustituir a un futbolista que es determinante en nuestro juego y no sería fácil”. Alemany, por su parte, aclaró este martes que “nunca hemos hablado de esta operación”, dando a entender que 'el Valencia de Valencia' poco o nada ha intervenido. Se desmarca sabiendo que este martes el futbolista nacido en Río de Janeiro vació su taquilla y se despidió de sus compañeros.
Entre altas y bajas, con los 60 millones de Rodrigo, el Valencia (de Singapur) tendrá un balance de '+ 42 millones de euros' en este mercado de fichajes, aunque se espera que haya un desembolso en el delantero que intente igualar o superar los 52 goles y 30 asistencias de Rodrigo en los 186 partidos que ha disputado con el escudo del murciélago, el del club de Valencia con sede en Singapur y que ha día de hoy busca el déficit cero antes que una Champions.
Este verano, tanto el director general —Mateu Alemany— como el entrenador —Marcelino García— habían acordado la contratación del defensa central Víctor Laguardia, del Alavés, por 10 millones de euros. Sin embargo, cuando fue comunicado al club para el visto bueno del dueño, Peter Lim, se encontraron con una negativa y la propuesta 'obligatoria' de otro jugador de su puesto: Eliaquim Mangala, del Manchester City (y de Jorge Mendes) que quedaba libre. El Valencia de Singapur, como otras veces, ordenó sobre el Valencia de Valencia. Sirva este fichaje frustrado de ejemplo para explicar por qué Rodrigo (representado por Mendes) se marchará de Mestalla en dirección al Atlético de Madrid sin poder hacer mucho los responsables deportivos para retenerlo.