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El racismo a Malcom en Rusia y por qué el Zenit no es el Athletic Club
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"Negros, sed cautelosos"

El racismo a Malcom en Rusia y por qué el Zenit no es el Athletic Club

Malcom no es el primer futbolista que sufre el racismo en carne propia en Rusia, un país donde la xenofobia y la homofobia están a la orden del día. Las autoridades miran hacia otro lado

Foto: Malcom, tras marcarle un gol al Madrid con la camiseta del Barça. (Reuters)
Malcom, tras marcarle un gol al Madrid con la camiseta del Barça. (Reuters)

Si la travesía de Malcom en Barcelona no ha sido todo lo placentera que al jugador le hubiera gustado, la que le espera en San Petersburgo tampoco tiene pinta de acabar bien. El delanteró dejó Can Barça a principios de mes para emprender una nueva aventura en Rusia, en las filas de un Zenit que pagó una cantidad fija de 40 millones (más cinco en variables) para hacerse con sus servicios. Un fichaje de peso para la entidad rusa en su objetivo de asaltar su liga y de mostrarse más competitiva en Europa. Sus directivos se congratulaban, no así su afición. Malcom, que no dejó el Camp Nou por gusto, ya sabe como se las gastan los seguidores de su nuevo club.

Al mismo tiempo que el jugador hacía su debut en la Premier rusa contra el Krasnodar en el 72', parte de la grada sur del Gazprom Arena, donde se concentran los principales hinchas radicales del club, desplegaron una pancarta con la siguiente frase: "Gracias por respetar las tradiciones del club". Todo un órdago a sus mandamases y un mensaje oculto muy directo a Malcom: "No eres bien recibido en esta casa". Así es Rusia, un país donde la espiral de violencia -las peleas entre ultras son habituales- y psicosis no parece tener fin. En este contexto de controversia, racismo y xenofobia en el fútbol los abanderados son los aficionados del Zenit.

Malcom recibió el rechazo de 'los suyos' simplemente por el color de su piel, un mal que lejos de haberse erradicado por completo de la faz de la tierra todavía sigue muy presente en algunas sociedades. Lo peor no es eso, sino que tenga la complaciencia de los gobiernos de turno como el de Vladimir Putin, un personaje de tendencia autoritaria y supremacista blanco que casa muy bien con su homólogo en Estados Unidos, Donald Trump, donde precisamente este pasado fin de semana se produjeron ataques terroristas contra la comunidad mexicana en El Paso. Lejos de castigar este tipo de actitudes, los políticos miran a otro lado.

"Es una tradición"

Tal es la situación en Rusia, más exacerbada aún, que antes de la celebración del pasado mundial algunas organizaciones como Human Rights Watch (HRW) y Football Against Racism (FARE) publicaron una serie de recomendaciones para aquellos aficionados aventureros que osaran adentrarse en el país soviético. "A los gais les digo que sean cautelosos en los lugares en los que la comunidad LGBT no es bienvenida. El mismo mensaje le damos a los negros o miembros de otras minorías étnicas. Id a la Copa del Mundo, pero sed cautelosos. En Rusia los aficionados homosexuales que vayan cogidos de la mano corren peligro", comentó Piara Power, director ejecutivo de FARE. Solo el poder del dinero convenció a la FIFA (mercantilista a más no poder) de organizar todo un campeonato de selecciones allí.

Así las cosas, el nuevo capítulo abierto por los aficionados del Zenit la semana pasada no sorprende a nadie, aunque igual sí a Malcom. La pregunta es si nadie avisó al jugador del sitio en el que se estaba metiendo o, como ocurre muchas veces, los billetes despejaron las dudas del futbolista. Otros jugadores extranjeros ya denunciaron antaño hechos similares, al tiempo que criticaban la pasividad de las autoridades. Este lunes el Zenit, a través de un comunicado, negaba que el sentido de la frase expuesta en el campo girara en torno al racismo y el rechazo a Malcom. Lo dicho, lejos de condenar el comportamiento de su gente prefieren lavar su imagen. Cabe recordar que antes de la disputa del partido algunos aficionados 'artilleros' ya habían firmado un manifiesto quejándose por el fichaje del ex culé, por lo que la pancarta durante el encuentro fue una manera de visibilizar aún más sus consignias. "Para nosotros la ausencia de jugadores negros es solo una tradición, no somos racistas", aseguraron.

placeholder Villas Boas y Hulk, durante su paso por el Zenit de San Petersburgo. (Reuters)
Villas Boas y Hulk, durante su paso por el Zenit de San Petersburgo. (Reuters)

La desagradable comparación

Sorprende, además, que comparen su 'politica interna' de contrataciones con la del Athletic Club. Fue lo que hicieron en 2012 cuando otro brasileño, Hulk, llegó a la entidad por sorpresa procedente del Oporto, donde se había consolidado como gran goleador. En aquel manifiesto los firmantes se preguntaban: "¿Por qué el Athletic de Bilbao, que juega sólo con jugadores de la región, es admirado mientras nuestro club y sus fans son acusados de racismo?". Los rojiblancos realizan incorporaciones en base a criterios de identidad y territorio -ser vasco o de ascendencia vasca, fundamentalmente- no de piel (ahí esta Iñaki Williams). En el Zenit no existe filosofía alguna, por mucho que sus hinchas insistan, y a lo largo de su historia han jugado nacionalidades de todo tipo: rusos (sin importar que sean exclusivamente petersburgueses o de la Región de Leningrado), argentinos, iraníes o colombianos. La única razón por la que Malcom genera rechazo es que sea negro. A Hulk se le llegó a tolerar porque era de piel mestiza, como Álex Witsel y actualmente Wilmar Barrios o Douglas Santos. Así es el débil y contradictorio argumentario de los hinchas, que intentan a toda costa dar validez a sus idearios supremacistas.

La directiva del Zenit no prescindirá de Malcom y justifica su compra, pero tampoco se enfrentará a ese sector radical de sus aficionados. El lamentable comunicado anteriormente mencionado así lo deja entrever. “En casi todos los partidos veo que el racismo está presente. Solía ​​enfadarme, pero ahora veo que esto no ayuda, así que les envío un beso a nuestros fanáticos", dijo con ironía Hulk en 2015 antes de poner rumbo a China. André Villas-Boas, técnico del equipo aquel curso salió en defensa de su jugador y criticó abiertamente el comportamiento de los hinchas rusos: "Los insultos a Hulk, los insultos racistas hacia él, dan la vuelta al mundo y esa es la imagen que transmite la Premier". Una liga de la que no se esperan medidas que ayuden a paliar este problema, desgraciadamente.

Si la travesía de Malcom en Barcelona no ha sido todo lo placentera que al jugador le hubiera gustado, la que le espera en San Petersburgo tampoco tiene pinta de acabar bien. El delanteró dejó Can Barça a principios de mes para emprender una nueva aventura en Rusia, en las filas de un Zenit que pagó una cantidad fija de 40 millones (más cinco en variables) para hacerse con sus servicios. Un fichaje de peso para la entidad rusa en su objetivo de asaltar su liga y de mostrarse más competitiva en Europa. Sus directivos se congratulaban, no así su afición. Malcom, que no dejó el Camp Nou por gusto, ya sabe como se las gastan los seguidores de su nuevo club.

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