El error con Bale o el último choque entre Florentino Pérez y Zidane

En el Real Madrid les resulta difìcil de entender por qué la relación entre Zidane y Bale es irreconciliable. Un entrenador del que se destaca su facilidad para empatizar con el vestuario está a la gresca, desde hace tiempo, con una de las estrellas de la plantilla. Zidane siempre tuvo facilidad para congeniar con Cristiano Ronaldo y en Bale hay algo que le produce rechazo. Mantiene que la decisión de abrirle la puerta de salida no se debe a motivos personales, aunque esto no lo comparten ni el galés ni su representante (Jonathan Barnett) cuando se quejan de una falta de respeto y no tienen inconveniente en ver en el comportamiento de Zizou un cierto ninguneo. Si Zidane es implacable con el galés, su agente muerde. Barnett es la china en el zapato de ZZ y vuelve a asegurar, en declaraciones a 'Sky Sports', que "no habrá acuerdos improvisados para sacar a Bale del club. Gareth es uno de los mejores jugadores del planeta y puedo garantizar que no será cedido".

El técnico tiene sus manías y obsesiones. Entre sus preferidos nunca estuvo Bale y esto lo sabe bien Florentino Pérez. Zidane tiene sus preferencias, como puede ser la oportunidad que le da a Marcelo para resarcirse o el máximo respeto a Keylor Navas pese a que ya no vaya a ser el titular. Al costarricense le recomendó que buscara un nuevo equipo porque el titular es Courtois y Navas decide quedarse. No hay problema. Zidane le valora y no se lo queda a regañadientes. Florentino y Zidane chocaron en su día con el tema de la portería cuando el entrenador se negó en rotundo al fichaje de Kepa Arrizabalaga. Se habían propuesto, con el regreso en el peor momento de la crisis, no repetir esa situación y se vuelve a producir un conflicto con el asunto del galés.

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Bale no está entre sus debilidades. Le parece un estorbo. El club ha tenido que actuar para que no se le noten tanto las ganas que tiene por resolver la salida de un futbolista que no es un cualquiera. Es el mejor pagado de la plantilla, un activo importante para Florentino Pérez que el entrenador ha ido devaluando hasta el punto de estropear una negociación. A Zidane se le ha dicho que no sea tan descarado y mida sus palabras porque no es justificable que diga públicamente que "si sale mañana, mejor". Zidane ha tenido que recular con Bale y se encuentra en una situación embarazosa. Bale sigue resistiéndose a tener que marcharse y duda de que su futuro esté en China.

La falta de tacto

Florentino Pérez tampoco tenía empatía con Cristiano Ronaldo y no soportaba al portugués cuando le reclamaba más atención personal y económica. Aún así, el presidente tuvo otro tacto para sobrellevar el choque de intereses y no precipitarse. Florentino regateaba a Cristiano hasta esperar su momento. El órdago acabó con una salida airosa para los intereses del club. Se quitó una ficha de 50 millones de euros brutos e ingresó 100 millones de euros con el traspaso a la Juventus. Los daños deportivos son irreparables porque el Madrid dejó de tener un goleador y lo sigue echando en falta. Pero en el conflicto, la batalla, el pulso y los órdagos se consiguió sacar tajada por Cristiano. Zidane se deja llevar más por el corazón que por la cabeza y despacha a Bale antes de tiempo. Lo que provoca una ruina para Florentino.

Gareth Bale no se puede marchar del Real Madrid gratis por mucho que se pretenda vender la versión de que, después de seis años, los 101 millones de euros que costó ya están amortizados. O que el club se ahorra los 100 millones de euros brutos que le quedan por cobrar de los tres años de contrato que aún le restan. Si Zidane no quiere a Bale ni tiene empatía le recomiendan que asuma un papel de empleado, que es estar en consonancia con la política empresarial. Reventar un negocio a Florentino no es una buena idea.